VAYA que la derrota electoral impactó en la manera en la que Claudia Sheinbaum gobierna la CDMX, pues el perfil técnico que presumía en 2018 ya dio paso a una fase política ruda.
PRIMERO, fichó como secretario de Gobierno a Martí Batres, un morenista puro y duro, para tratar con los nuevos alcaldes de oposición que toman posesión el 1o. de octubre.
LUEGO, cambió el color del logotipo de su administración borrando el verde en favor del guinda que usan el gobierno federal y Morena y explicó esa modificación como un “back to the basics”.
AHORA, emulando las mañaneras de Palacio Nacional, se lanzó con todo contra el Tribunal Electoral calificando como “un robo” la anulación de cuatro casillas en Azcapotzalco, con lo que los morenistas perdieron una diputación federal que ahora será del PAN. Y si alguien piensa que la mandataria local ya está en campaña para el 2024, seguramente… ¡tiene razón! Lo escriben en Templo Mayor en Reforma