CNDH: Y las mujeres, ¿cuándo?

/ Leopoldo Mendivil / CRONICA/

El día de ayer escuché en la radio una spot firmado por la CNDH, con un mensaje de apertura hacia los migrantes y promoviendo el derecho de cualquier persona de ir a vivir a otro país, ya sea por necesidad o por decisión propia.

Comulgo con la idea, máxime que tengo familiares muy cercanos que han optado por radicar fuera de México. Lo que me inquieta del spot son dos cosas: primero, el personaje central del mensaje, y segundo, el tema en sí mismo.

El haber escogido la nacionalidad cubana para el personaje del spot me parece muy desafortunado, porque no refleja del todo la realidad. Para desgracia de los cubanos, ellos NO pueden migrar cuando gustan; ellos se escapan de la isla. A ello agregaría el ámpula generada por la presencia de médicos cubanos acordada por el presidente.

Si en el spot apareciera un venezolano o a un haitiano, pues se entendería el exhorto ante las condiciones en las que se encuentran sus respectivos países, lo cual los ha convertido en expulsores de habitantes.

Pero más allá de los errores de los creativos de su agencia de publicidad -a menos de que recibieran la orden de incluir a un cubano como personaje para agradar a Palacio Nacional-, se entiende el desafío que para la CNDH representan los migrantes, según se desprende de su informe de actividades 2021. Permítame citarlo:

“Durante 2021, se realizaron 1,229 visitas a estaciones migratorias en las que se atendieron a 105,646 personas extranjeras y se efectuaron 29,536 gestiones en favor de las personas alojadas en las instalaciones. Derivado de ello se recabaron 371 quejas. (…) Además, se realizaron 454 visitas a lugares dependientes de una autoridad diferente de la migratoria como son hospitales, centros de atención a niños, procuradurías locales, centros de atención a menores fronterizos, juzgados, policías municipales, entre otros.”

No me extraña que el Instituto Nacional de Migración sea una piedrita en el zapato para la CNDH y alcance un buen número de Recomendaciones por Violaciones Graves a los Derechos Humanos. En fin, que encuentro muy loable la actividad que realiza sobre este problema.

Pero me sorprende que otro problema tan o más serio no reciba el mismo grado de atención. Me refiero al tema de la violencia hacia las mujeres.

Quiero ser claro: celebro que la Comisión haya generado el reporte “La violencia contra las mujeres en el contexto del COVID-19”, lo mismo que “Rutas para que las mujeres accedan a las órdenes de protección” y el “Atlas de Igualdad y Derechos Humanos,” por solo mencionar algunos.

Pero por lo que indica su informe, las acciones alrededor de la igualdad entre géneros se enfocan a reportes legislativos, sin duda, valiosos; lamentablemente mover a la acción a los diputados es como subir al Everest. Lo mismo debe pasar con los 29 procedimientos para 22 entidades relativas a Alertas de Violencia de Género.

En cuanto a los servicios de promoción relativos a la igualdad entre hombres y mujeres, apenas llegaron a 64 con el muy escaso impacto en cinco mil 500 personas. Aun cuando estas personas sean funcionarios, ONG y tomadores de decisiones sobre la materia, son muy pocos.

En la CNDH tienen muy medido el problema de la violencia contra las mujeres. ¿No cree que ellas merecen y necesitan ser educadas en su derechos? ¿No considera que los hombres deben recibir una buena sacudida en sus valores y patrones de conducta?

Si a números vamos, las mujeres mexicanas se cuentan por millones y los migrantes por miles.

Es cuestión de prioridades.

Investigación: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com