Mientras el poder ejecutivo y el legislativo están ocupados en cambiar la constitución y cooptar al poder judicial, el país arde en las llamas de la violencia.
Uno de los estados incendiados por el exponencial crecimiento del crimen organizado en el sexenio de AMLO es Guanajuato, desde donde la gobernadora Libia Denisse García Muñoz Ledo le demostró con datos a la Presidenta Claudia Sheinbaum que hay otras entidades más violentas que la suya y que son gobernadas por Morena, ante la narrativa oficialista que usa a Guanajuato para señalar falsamente que las entidades gobernadas por la oposición son las más peligrosas en México.
“Si pero en Guanajuato hay más homicidio ” se oye a las y los gobernantes de la 4t cuando son cuestionados por los hechos violentos en sus propios estados
No es sorpresivo que el resultado de que la gobernadora hubiera expuesto está realidad públicamente, fuera el regreso de coches bombas contra instalaciones de policías locales.
Se necesitaba algo aparatoso para distraer la atención de lo 19 muertos en la masacre de Culiacán y ya encarrerados, mandarle un mensaje al gobierno de Guanajuato.
De comprobarse está versión estaríamos ante el radicalismo de los métodos ya empleados por AMLO y su brazo armado, la delincuencia organizada en contra de quien no se someta al poder presidencialista .
Bastaría recordar la violencia en Zacatecas, que hasta que no se alineó Ricardo Monreal con el proyecto de López Obrador no cesaron las masacres de jóvenes en la entidad .
En esta política guinda no hay coincidencias.