- Escrito por Luz Cecilia Andrade .
02.09.2024 Ciudad de México.- Tras años de lucha, Gabriela, mujer periodista y defensora de derechos humanos víctima de violencia vicaria en 2018 y hasta la fecha, por fin ve la luz al final del camino, pues el pasado 15 de agosto fue notificada a través del equipo legal que la acompaña que su caso se encuentra en proceso de admisibilidad en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), convirtiéndose en el segundo caso aceptado por este órgano autónomo internacional por este tipo de violencia.
“Para mí es muy valioso que esta noticia llegue porque también es una manera de decirle a otras mamás que pasan por esta situación que resistan. Sé que muchas de ellas luchan desde espacios muy complicados, pero estoy segura de que este es un primer avance y precedente para otras mujeres que vivieron lo mismo que yo viví”, comparte Gabriela, una mujer y madre de dos hijos que se considera a si misma como una mujer “resiliente, fuerte y aguerrida”.
¿Qué es la violencia vicaria y en qué consiste?
De acuerdo con el dictamen con proyecto de decreto que reforma y adiciona diversas disposiciones a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) aprobado por la Cámara de Diputados en marzo de 2023, la violencia vicaria se puede definir como:
“La acción u omisión cometida en contra de una mujer, por quien tenga o haya tenido una relación, con la intención de causarle daño o sufrimiento al separarla de sus hijas e hijos”.
Gabriela
Cabe señalar que este tipo de violencia converge con muchas más que se entrelazan para causar daño psicológico y físico a las mujeres. Esto lo explica la investigadora Carla Angélica Gómez Macfarland a través de su investigación La violencia vicaria Acciones desde el legislativo federal y local para su prevención y erradicación, donde explica que los ejemplos más comunes de este tipo de violencia consisten en amenazar a las madres con quitarles la custodia de niñas y niños, llevarlos o, incluso, lastimarlos.
La investigadora también señala que es común que se aproveche la presencia de las hijas e hijos para insultar a la madre, hablar mal de ellas, humillarlas y amenazar e interrumpir los tratamientos médicos o farmacológicos de los niños y niñas.
Debido a que este tipo de violencia fue añadida en la Ley recientemente, aún no existe un dato oficial sobre el número de víctimas de violencia vicaria en el país, aunque en diciembre de 2022 Cimacnoticias documentó que la CNDH había dado la espalda a 150 mujeres víctimas de este tipo de violencia.
En busca de justicia: camino tortuoso y castigo mediático
Gabriela, una mujer afable y de risa ligera comparte que la lucha por encontrar justicia para ella y sus dos hijos inició en 2019, cuando decidió separarse de su expareja, Eduardo N, con quien vivió en Mazatlán, Sinaloa y tuvo a su primer hijo, tras reconocer que vivía violencia económica y psicológica.
“Cuando cursé la maestría yo estaba casada. Ese tiempo me ayudó a darme cuenta de cosas que no estaban chidas, de violencias que pude detectar en mi matrimonio, que el feminismo me ayudó a identificar y que gracias a ello pude salir de esa relación con mi hijito de un año”.
Sin mayores complicaciones Gabriela y su expareja llegan al común acuerdo de que ella se mudaría con su bebé a la Ciudad de México. No obstante, el “calvario”, como ella lo describe, comenzó cuando conoció a Michael N, un hombre de ascendencia francesa con quien tuvo un concubinato y a su segundo hijo.
Al principio, todo parecía indicar que Michael N no tenía interés en criar al hijo que tuvo con Gabriela, no obstante, a los siete meses de nacer, el hombre deliberadamente decide llevárselo, negándole a Gabriela la oportunidad de amamantarlo, cuidarlo y estar cerca de él.
“Como a muchas mamás, [su ex pareja] me dijo nada más que iba al parque con mi hijo y no volvió. No volví a saber de mi hijo en dos años”, señala con dureza e indignación.
El National Center for Missing & Exploited Children (NCMEC) señala que los secuestros de niños por parte de familiares o conocidos son más comunes que los secuestros por parte de extraños.
Tan solo en 2022, el 4,5 % de los casos de menores de edad, desaparecidos reportados al NCMEC fueron secuestros familiares, y el 58 % de todas las Alertas AMBER emitidas fueron por casos de secuestro familiar.
Después de este hecho, Michael N se alía con el exesposo de Gabriela para solicitar la guardia y custodia del niño, argumentando violencia por parte de ella en contra de su hijo y afirmando que era adicta a diversas drogas.
En este proceso Gabriela solicitó la Guardia Custodia de su hijo menor, presentó pruebas de violencia intrafamiliar por parte de su exmarido, y solicitó al Juzgado que se activaran los protocolos para juzgar con perspectiva de género y se priorizara el bien superior del niño. Sin embargo, el juez fue omiso y violó el juicio justo, el principio de inocencia y la convencionalidad, negándole la guardia y custodia de su hijo menor a Gabriela.
Tras estos hechos, la periodista no sólo vivió revictimización por parte de jueces y abogados que permitían que ambos hombres lanzaran constantes acusaciones hacia su persona sin recibir sanciones por ello, también presencia violencia psicológica, digital y mediática en razón de género sin precedentes tras hacer público su caso.
“Ya no solo fue la violencia digital que había vivido. Ahora fue mediática y con ello odio social, o sea que hasta la fecha yo recibo amenazas de muerte de gente. ‘Te vamos a matar’, ‘Te vamos a meter a la cárcel’ son algunas de las cosas que me dicen en mis redes sociales”, asegura Gabriela sin poder creer lo que vive.
“El sistema de justicia no nos cuida, pero seguimos luchando”
Aunque actualmente Gabriela vive con sus padres y su primer hijo, sufre la ausencia de su hijo menor, a quien ve una vez a la semana después de años de lucha.
“Las autoridades dicen que esto es un avance a mi caso, pero no es así, no es normal que una madre tenga que ver a su hijo de cuatro años una vez a la semana porque su expareja se lo arrebató […] la mayor mentira que nos han vendido es que el sistema de justicia protege a las mujeres y sus intereses”.
De acuerdo con estadísticas del INEGI, la violencia familiar ocurre aproximadamente el doble de veces en las niñas que en niños y se incrementa conforme las mujeres crecen, mientras que en hombres disminuye durante la última etapa de la adolescencia.
Aunque actualmente Gabriela trabaja como periodista, los ahorros que ella pudo hacer de su trabajo se han terminado, así como sus bienes materiales. Los padres de Gabriela que la acompañan, también han terminado con los suyos en este caminar jurídico nacional donde se les ha negado la justicia.
Pese a ello, los esfuerzos que ella ha realizado junto con el equipo legal de la organización de derechos humanos Red Solidaria Década Contra la Impunidad AC (RSDCIAC) han conseguido la admisibilidad de su caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Este no sólo es un paso en favor de la visibilización de la violencia vicaria en el país, también alienta a que víctimas de esta violencia, levanten la voz y denuncien.
“Deseamos que primero Dios las personas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos puedan ver más allá que mi caso, pues este es solamente una pequeñísima parte del sufrimiento y dolor de tantas madres y de tantas infancias en nuestro país no que han sido pues arrebatados; del amor, del cuidado y de vivir una vida libre de violencia”.<