“DEBO NO NIEGO; PAGO LO JUSTO”.
Teresa Carbajal.
Derivado de las últimas noticias sobre fraudes cometidos por instituciones bancarias, pareciera que en los bancos es en donde menos seguro está nuestro dinero; un día los acusan de retiros no autorizados, otro de cargos no reconocidos e incluso incipientes grupos de usuarios en facebook hacen pública su molestia al denunciar que prácticamente “vaciaron” sus cuentas y que les han negado el reembolso incluso una respuesta coherente sobre el destino de su dinero.
Uno de los principales motivos que lleva a las víctimas a no demandar a su banco es pensar que es “muy caro” hacerlo o que nunca le “vamos a ganar al Banco”.
Desafortunadamente en México no se ha invertido mucho en nuestra formación y conciencia sobre la cultura de la legalidad, que es el único camino viable, pacífico y efectivo para ir de la denuncia social y ciudadana ó “protesta” a la acción concreta en los tribunales competentes para obtener sentencias que legitimen las causas justas.
Precisamente hoy hace ocho días que recibí uno de los mejores reconocimientos de mi carrera en la defensa de usuarios de servicios financieros, un banco (el de color azul) el de mayor presencia en la república por el manejo que tiene de las nóminas, pagó vía cheque dentro de juicio oral mercantil que se tramitó en el Juzgado de Distrito en Materia Mercantil Federal en el Estado de Veracruz con residencia en esta ciudad a connotada empresaria xalapeña -cuyo derecho me tocó defender- el reembolso de una cantidad que le fue sustraída de su cuenta bancaria mediante cheques robados durante un ilícito cometido a su negociación mercantil.
Los hechos acontecieron hace más de dos años pero en aquel entonces no tuvo orientación legal adecuada, cambiando de abogados en diversas ocasiones pues ninguno le daba esperanzas; sin embargo no se rindió y siguió buscando ayuda, pues estaba segura de que ella tenía la razón y que iba a dar la pelea hasta lograr que le devolvieran su dinero, así fue que llegó al Barzón.
Siempre he estado segura que la convicción de las personas en congruencia de sus actos, cuando se conducen con verdad nunca nos llevará a mal puerto, así que tomamos el caso e iniciamos aquella aventura legal de “demandar al banco”, a los que gusten de la ciencia jurídica les platico los detalles de la historia, por razón de espacio solo puedo decir que ¡ganamos!, logramos el sueño de muchos o de todos, que es demandar al banco y ganarle.
Eso me motiva para decirles que no es difícil hacerlo (tampoco fácil), pero hay que intentarlo, ¡no se rindan!, los servicios bancarios deben ser seguros, los bancos deben cuidar el dinero que les damos a guardar so pena de responder por su falta, y si no quieren hacerlo por las buenas hay que obligarlos, para eso están las leyes. Tenemos que enfrentarnos a lo que creemos invencible y venceremos, como David y Goliat.
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