Con AMLO ha crecido como nunca el poderío de las fuerzas armadas

Miradas de reportero

Por Rogelio Hernández López

¿Presionaron las fuerzas armadas al presidente López Obrador para que defendiera de la DEA al exsecretario de la defensa?

Ese es un cuestionamiento todavía muy extendido, especialmente entre periodistas y comentaristas, pero que no encuentra evidencias concretas más que la aceptación pública del secretario de relaciones exteriores y el líder del Senado de que hubo algunas inconformidades en mandos castrenses por la detención en Estados Unidos de Salvador Cienfuegos.

No obstante, si las fuerzas armadas quisieran forzar al gobierno federal a tomar decisiones podrían hacerlo porque ha crecido, como nunca, su presencia y alcance. De eso sí hay datos suficientes: más presupuesto para 2021, más contrataciones de elementos, más injerencia en seguridad pública, 16 tareas de civiles que no tenía y hasta más aceptación ciudadana a sus tareas de seguridad.

No es improbable entonces que sociólogos reconozcan que las fuerzas armadas ya son la segunda fuente del poder y legitimidad presidencial.

Más presupuesto

En el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2021, aprobado como austero por el Congreso de la Unión, resulta significativo el total de 247 mil 118 millones de pesos por los incrementos que tendrán las fuerzas armadas y los cuerpos armados federales:

De acuerdo con documentos oficiales la Secretaría de la Defensa Nacional tendrá 112 mil 557 millones de pesos. Esto es un incremento del 15.7 por ciento respecto de los 94 mil 029 millones de pesos de 2020.

La Secretaría de Marina, dispondrá de 35 mil 477 millones de pesos lo que implica un aumento real, descontada de inflación de 2.1 por ciento en relación con el año anterior que fue de 33 mil 558 millones de pesos.

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, tendrá 1.9 más por los 63 mil 442 millones de pesos respecto a los 60 mil 151 millones de pesos de 2020

La Guardia Nacional tiene asignados 35 mil 672 millones de pesos que en comparación con el año anterior aumenta 17.7 por ciento cuando le autorizaron 29 millones 286 mil pesos

Más elementos

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informó en un comunicado el 20 de julio que las Fuerzas Armadas (Ejército, Fuerza Aérea y Marina), la Guardia Nacional y otras corporaciones suman ya un total de 317 mil 724 efectivos y los planes son que seguirán aumentando.

En este 2020 el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos tienen 165 mil 454 militares; en la Secretaría de Marina: 51 mil 946 y en la Guardia Nacional 100 mil 324, más los que se acumulen hasta completar alrededor de 150 mil en los años próximos.

En 2010 eran 10 mil 669 menos (307 mil 055 de la SEDENA y la Marina). No existía la Guardia Nacional que ha incorporado unos 30 mil elementos provenientes de las fuerzas armadas.

La Sedena informó que se destinarán recursos para la creación de otras 14,400 plazas de soldados para el cuerpo de Policía Militar (PM), en apoyo de actividades de Seguridad Pública.

Ya tienen 16 tareas de civiles

El 18 de noviembre de 2020 el presidente anunció que el ejército manejaría el padrón y las ayudas para damnificados en Tabasco, una tarea que normalmente realizan autoridades civiles. Con esta otra labor las fuerzas armadas han acumulado 16 de este tipo.

No obstante, se precisa que estas nuevas labores se apegan a una de las funciones que les asigna la constitución que es la de “promover acciones cívicas o de beneficio comunitario”.

Con fuentes hemerográficas se pueden enlistar esas asignaciones a las fuerzas armadas que antes se daban a instancias civiles:

  1. Combate al robo de combustible de Pemex;
  2. Custodia de pipas;
  3. Construcción de cuarteles para la Guardia Nacional;
  4. Construir en Santa Lucía el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles;
  5. Construcción del Parque Ecológico de Texcoco en los terrenos donde se construía el Aeropuerto Internacional.
  6. Construir las 2 mil 700 sucursales del Banco del Bienestar;
  7. Construir dos tramos del Tren Maya;
  8. Remodelación de 32 hospitales abandonados en sexenios pasados, en el marco de la emergencia sanitaria por Covid-19;
  9. Plan de vigilancia en las fronteras para frenar la migración hacia Estados Unidos;
  10. Apoyo a los programas Sembrando Vida
  11. Apoyo al programa Jóvenes Construyendo el Futuro;
  12. Distribución de fertilizantes;
  13. Vigilancia en la entrega de los recursos de programas sociales;
  14. Administración y Operación de Capitanías de Puerto y Asuntos Marítimos
  15. Funciones de Seguridad pública.
  16. Distribución de la ayuda a damnificados en Tabasco

Las funciones de las Fuerzas Armadas en conjunto (antes de la asignación para la seguridad pública que realizará por cinco años) eran: “garantizar la soberanía y la integridad territorial, la seguridad interior, auxiliar a la población en situaciones de emergencia, así como promover acciones cívicas o de beneficio comunitario.”

Más aceptación ciudadana

Y, muy probablemente por todo esto es que la aceptación ciudadana de las fuerzas armadas es superior al 85 por ciento en promedio. Esta confianza también ha aumentado de 2018 a la fecha y hace que contrate el poco aprecio ciudadano a policías estatales y municipales.

Así lo muestra la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), difundida en septiembre de 2020 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

El 85.9 por ciento de la población de 18 años y más consideró que las labores que realiza la Marina Armada de México son “muy o algo efectivas”. Subió casi un punto en dos años

Del Ejército, el 83.6 por ciento de la población de 18 años y más consideró que su trabajo es “muy o algo efectivo”. Aumento 1 punto y dos décimas respecto a 2018.

En contraste la policía estatal tiene 52.1 por ciento de aprobación y la policía municipal 43.7 por ciento.

En poco tiempo la presidencia de la República ha modificado las relaciones con entidades del Estado que eran, desde los tiempos de cardenismo, sus fuentes de poder y las ha alejado: con el partido y su nomenklatura que eran dominantes, los partidos opositores que daban soporte al régimen pluripartidista, con el corporativismo sindical y campesino, con el clientelismo entre organismos civiles y sociales, con cientos de grupos de presión y con las elites económicas, financieras e intelectuales.

Seguramente algunas entidades académicas estarán analizando que las dos principales fuentes de poder y legitimidad de López Obrador son nuevamente –como decían los politólogos clásicos–: las leyes y las fuerzas armadas, que por decisión presidencial han aumentado su alcance y poder, tanto como para inducir decisiones, si quisieran, al mismo presidente de la República.