*Sus estudios han permitido demostrar que la cultura genera identidades opresivas y las propias mujeres pueden emprender acciones para transformarla.
/ Paola Cortés Pérez /
29/09/2021, Xalapa, Ver.- Martha Patricia Castañeda Salgado, investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CIICH) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), como parte de las actividades del posgrado del Centro de Estudios de Género de la Universidad Veracruzana (UV), dictó la conferencia “Aportes de la antropología a la metodología feminista”.
En su intervención dijo que por décadas el rasgo distintivo de la antropología feminista ha sido la elaboración de vastos estudios etnográficos sobre las mujeres en distintos contextos.
La antropología feminista, informó, vincula dos ámbitos que son interdisciplinarios: la antropología, por su campo de estudio, y el feminismo, que es una postura y un campo académico profundamente interdisciplinario.
“Tienen un punto de encuentro: el lugar que ocupan dentro de la organización social; la pregunta central es: ¿para quienes crean la cultura?, a fin de ir más allá de la noción de que las mujeres reproducen la cultura y preguntarse quiénes la crean, cómo la crean, en qué condiciones, cómo se reproduce, cómo se transmite y cómo se inventa.”
Mencionó que la antropología y el feminismo han desarrollado abordajes integrales y contextuales, porque el contexto histórico, político, social y económico en el que se analiza una pauta cultural es el punto de distinción de algunos problemas relacionados con algunos sujetos en concreto.
Otro punto en que confluyen estas disciplinas es en el interés por analizar la otredad, la identidad, la mismidad, particularmente con la otra, por las otras, lo que ha dado pie a innumerables reflexiones y aportaciones teóricas, incluso ha permitido nombrar a algunas colectivas antropólogas.
“Desde ambas posturas se ha ampliado la noción de diferencia y se ha abonado a la categorización de las semejanzas a nivel sociocultural; el punto fundamental es que ambas hacen una crítica fuerte a los binarismos y a las sobregeneraciones en distintos planos.”
La antropología feminista, indicó, se suma y retoma la crítica feminista al androcentrismo en la ciencia, así como al etnocentrismo y a todas las derivaciones que de ahí surgen.
Estudios etnográficos sobre las mujeres
Martha Patricia Castañeda indicó que uno de los rasgos más distintivos de la antropología feminista ha sido la elaboración de vastos estudios etnográficos sobre las mujeres, en distintos contextos.
“Es una línea que ha acompañado este camino en el cual se ha perfilado la antropología de la mujer, la antropología de género y la antropología feminista, a veces con matices y posiciones muy claros, sin dejar de reconocer en las mujeres el sujeto que estimula y provoca la investigación.”
La antropología feminista ha desarrollado estudios profundos desde el punto de vista etnográfico para mostrar a las mujeres, para darlas a conocer, para poner en evidencia lo que durante mucho tiempo estuvo oculto: la existencia misma de las mujeres.
“Esto fue, no porque los antropólogos no las vieran, sino porque no les daban la suficiente relevancia en sus estudios o etnografías clásicas.”
Enfatizó que estos estudios sobre las experiencias de las mujeres en distintos contextos y momentos históricos, abordados desde la perspectiva antropológica, han permitido demostrar cómo la cultura genera identidades que son opresivas y cómo las propias mujeres pueden emprender acciones para transformarla, que apunte a otras composiciones, contenidos, identidades no marcadas por la opresión de género.
“La etnografía feminista se ha perfilado como un ámbito en el que no solamente se lleva a la práctica un conjunto de prescripciones metódicas, también la discusión sobre quiénes son los sujetos de la etnografía, sus formas de relacionarse, qué lugares ocupan, cada sujeto tiene una voz y una manera de expresar sus concepciones, qué lugar ocupan en el mundo, sus simbolizaciones y prácticas.
Por último, dijo que la antropología feminista se plantea como una posibilidad de dar respuestas a las preguntas teóricas y, al mismo tiempo, plantear nuevas preguntas.