La celebración eucarística fue presidida al mediodía por el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, quien durante la homilía recordó que el Papa Francisco vivió su ministerio “como buen sucesor de Pedro”
El Cardenal destacó que una de las principales enseñanzas del Pontífice fue su insistencia en advertir sobre “los riesgos de la guerra, los riesgos de los enfrentamientos”. En ese sentido, subrayó: “Si somos distintos no es para que nos peleemos entre sí, sino para que nos complementemos y podamos enriquecernos el uno al otro”.
Añadió también que el Papa Francisco “se empeñó en extender siempre la presencia de la Iglesia entre los pobres y más vulnerables de la sociedad, de distintas maneras”.

Basílica de Guadalupe: “el lugar preferido del Papa Francisco”
Aguiar Retes compartió, además, anécdotas personales con el Pontífice, quien le confesó haber visitado México en dos ocasiones antes de asumir el papado. La primera fue como sacerdote, exclusivamente para conocer el santuario guadalupano. La segunda, como provincial jesuita, durante una reunión en la Ciudad de México, cuando también aprovechó para visitar nuevamente el templo mariano.
Ya como Papa, Francisco regresó en 2016. De esa visita, el Cardenal recordó una frase significativa que le compartió el Pontífice: “No me di cuenta del tiempo que pasaba, hasta que fueron por mí, me dijeron: ‘Santo Padre, la multitud está esperándolo’. Y tuve que dejar a nuestra Madre”.
Por esta profunda conexión, el Cardenal afirmó que la Basílica de Guadalupe era “el lugar preferido del Papa Francisco y por ello hoy, aquí, ante nuestra Madre, le pedimos por su llegada a la casa del Padre”.
“Se me salieron las lágrimas de tristeza”
Al término de la Misa, los fieles acudieron al memorial instalado en el atrio de la Basílica, donde colocaron veladoras y flores como muestra de duelo y gratitud.
“Se me salieron las lágrimas de tristeza”, expresó a ACI Prensa, Alonso Martínez, seminarista de la Confraternidad de los Operarios del Reino de Cristo. “El Papa Francisco fue un peregrino que realmente caminó y caminó en esta tierra hacia Dios”.
Fernanda Tovar, otra asistente, se dijo conmovida, pero también esperanzada: “de saber que es una nueva era para la Iglesia, para nosotros, como jóvenes”.