Con las prioridades torcidas

Columna la fiesta del Té

Brisa Gómez/

Este jueves la vida de dos mujeres quedó cegada por la violencia, una murió en su casa, cuando sujetos armados ingresaron en su vivienda y le dispararon a ella, a su hijo y se llevaron a su pareja. La otra murió al llegar a su casa, pues fue baleada mientras se encontraba dentro de su automóvil.

Las mujeres asesinadas este jueves, sin ánimo de hacer cuentas funestas, se convirtieron en la 24 y 25 víctimas femeninas del mes de marzo, que en lo que va de la actual administración de Cuitláhuac García suman ya 66 casos.

¿Cómo llegamos hasta acá? En que la violencia es diaria y se cuentan de uno a tres casos diarios, en días negros hasta seis en un fin de semana.

¿Cómo pudimos llegar este nivel de violencia feminicida? Si tenemos dos años y varios meses con una alerta de violencia de género decretada para que el estado se sacudiera y frenara la violencia feminicida?

La respuesta es terrible, pues no hay prevención y tampoco hay castigo, vivimos en un punto en el que no se ve respuesta del funcionariado público ni a nivel estatal y menos a nivel federal.

No hay prevención de la violencia, los mecanismos para frenar la violencia contra las mujeres (y contra la población total) no están funcionando, las agresiones siguen y diariamente se reportan casos de feminicidio u homicidio de mujeres.

La política pública no avanza, la Secretaría de Gobierno, cabeza de ese sector, mantiene su atención en otro lado, enfocado a cuestiones partidistas y no políticas públicas verdaderamente dirigidas a las cuestiones prioritarias, como la prevención del feminicidio.

La zona sur ha sido una de las regiones más afectadas por la violencia feminicida, lo señalan los datos del Observatorio Universitario de las Violencias contra las Mujeres, cuya coordinadora, Estela Casados, reconoce incluso que existen casos de desaparición en un severo aumento.

Tampoco hay castigo, pues en palabras de la directora del Instituto Veracruzano de las Mujeres, Yolanda Olivares, sólo cuatro de cada diez carpetas de feminicidio llegan a judicializarse, es decir ante el juez que debe emitir una sentencia.

El fiscal se mantiene también en asuntos distintos de la integración de carpetas, pues se enfoca en la pelea político-partidista-personal contra la administración estatal.

Los casos se acumulan y eso se ve no sólo porque el Fiscal salga cada lunes a dar cifras como si fueran un logro del que pudiera sentirse orgulloso (cosa que no hizo durante la administración pasada), sino porque los medios los reportan, las redes sociales los señalan en muestras de indignación que acaban haciendo catarsis en un emoticón, con compartir la publicación o incluso al hacer un comentario, muchas veces responsabilizando a las mujeres.

La sociedad ha perdido la capacidad de asombro, pero sobre todo la sensibilidad y aún peor que eso ha perdido el respeto por la vida de las personas, en particular la vida de las mujeres, lo cual va en aumento, se ve con 66 feminicidios u homicidios de mujeres desde el primero de diciembre al 28 de marzo.

Porque aquí tod@s estamos loc@s

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