*Escrito por Arantza Díaz y Lizbeth Ortiz Acevedo.
24.01.2025 /CimacNoticias.com/ Ciudad de México.- Luego que trabajadoras de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) fueran advertidas el pasado 16 de diciembre del 2024, que debían presentar su renuncia por la extinción del organismo, hoy, con sellos de clausura formalizan el cese de todas sus actividades y con ello, también se deja en vilo a las trabajadoras del área de Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, quienes se suman a la denuncia colectiva, no sin antes señalar el riesgo por no realizar un cambio de estafeta en programas fundamentales para la vida de las mujeres en el país.
Para dimensionar el poder de lo que representa este pequeño grupo mayoritariamente representado por mujeres trabajadoras del área de Refugios, estaba en sus manos la responsabilidad de entregar los subsidios a todos los Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, de las organizaciones civiles o estatales de nuestro país.
Cada una, tenía a su cargo más de 30 millones de pesos por proyecto; bajo su supervisión corrían 115 refugios nacionales que se sostienen gracias al subsidio federal, mismo que ellas debían operar de manera rigurosa y exacta para que no existieran discordancias o incoherencias en el presupuesto anual que les permitía sortear gastos de funcionalidad hasta por 10 meses.
De acuerdo con el Programa del Presupuesto de Egresos de la Federación del 2024, el Programa Apoyo para Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, tuvo una asignación de 485 millones 673 mil 998 pesos y para este 2025, tuvo una reducción, y se le otorgaron 484 millones 740 mil 910 pesos.
De acuerdo con el Inmujeres, los refugios surgieron como iniciativa de la sociedad civil organizada y del logro de los movimientos de mujeres que visibilizaron este problema y lo colocaron en la agenda pública. En México, el reconocimiento y compromiso del Estado quedó legitimado en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), en la que se estipula, como parte de las medidas y acciones del Estado mexicano para proteger a las víctimas de violencia familiar, favorecer la instalación y el mantenimiento de estos refugios.
El pasado 23 de diciembre, Cimacnoticias publicó una investigación sobre el despido masivo en Conavim contra más de 100 trabajadoras, y ya se advertía el problema laboral, así como la falta de estructura de la nueva Secretaría de las Mujeres, lo cual derivaría en una situación mayúscula por la opacidad con la que han actuado sus titulares.
Desde ese momento, la nueva Secretaría de las Mujeres, así como la Secretaría de Gobernación, están en el ojo público, debido a las denuncias públicas de sus trabajadoras quienes están siendo despedidas para conformar al nuevo organismo con tratos violatorios a derechos laborales así como violencia institucional.
Ahora, el empleo de estas trabajadoras quienes laboraban en el Programa Apoyo para Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, se tambalea mientras que este grupo de 10 mujeres y 4 hombres desconocen qué pasará con su administración, el dinero, las cuentas que deben saldar y el peso de una responsabilidad abismal al manipular y vigilar recursos, aún, cuando han dejado de ser servidores públicos desde el 31 de diciembre cuando terminó su relación contractual.
El Programa Apoyo para Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género tiene como objetivo brindar protección y atención integral y especializada a mujeres víctimas de violencia de género, y en su caso, sus hijas e hijos, mediante Refugios Especializados y sus Centros Externos de Atención. En estos espacios, personal especializado, altamente capacitado y sensible les proporciona un conjunto de servicios de carácter psicológico, educativo, médico, legal, de trabajo social y de inserción laboral gratuitos, así como hospedaje, alimentación, vestido y calzado, ofrecidos las 24 horas de los 365 días del año.
Les preocupan las computadoras y los archivos, por eso, nos dijeron que ya no podríamos volver. Legalmente, esto es un acto de despido, narra Patricia, una de las 130 trabajadoras que han quedado, desde la primera quincena de diciembre, sin recibir un salario por su trabajo tras la absorción de la Comisión por la Secretaría de las Mujeres que, a propósito, está próxima a cumplir 1 mes en funciones.
Un mes donde las trabajadoras de la extinta Conavim no han recibido respuestas de la Secretaría de Gobernación, menos, de Citlalli Hernández titular de la Secretaría de las Mujeres; un mes de trabajo no remunerado y sin posibilidad de buscar nuevas oportunidades laborales pues nadie les ha otorgado oficialmente, un documento que permita una liquidación justa.
21 de enero: El desalojo
Ingrid Gómez Saracibar, titular de la Secretaría de las Mujeres en Ciudad de México, arribó el 21 de enero a las oficinas de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contras las Mujeres (CONAVIM), acompañada de Juan Jesús Galicia Bravo, asesor jurídico de la Secretaría de las Mujeres con el objetivo de desalojar el espacio.
Ese mismo día, terminó de repartirse el acta de entrega que simboliza el cierre de las actividades de la Conavim.
Saracibar y Jesús Galicia hicieron un recorrido, hablaron con las trabajadoras y se informó que tendrían poco más de 1 hora para recoger sus pertenencias y desalojar el edificio por motivos de seguridad, al día siguiente, se ordenó frenar oficialmente todas las funciones de Conavim, incluyendo, el área de Refugios.
A poco más de 5 kilómetros de las oficinas desalojadas de Conavim, en las oficinas de la Secretaría de Gobernación, el equipo de Refugios conformado -ahora- por 10 mujeres y 4 hombres (solían ser 20 personas) habían estado trabajando bajo la promesa de recibir un contrato por honorarios, hecho que Saracibar negó rotundamente explicando que, ningún contrato por honorarios estaba contemplado y que, de hecho, las vacantes ya están ocupadas y no había lugar para ellas, todo ello, a pesar, de que este equipo es uno de los músculos financieros y administrativos más importantes de la Comisión.
El antecedente a la clausura
El 16 de enero de 2025, las trabajadoras del servicio profesional de carrera fueron informadas que tendrían una reunión con Citlalli Hernández. Esto representaba una gran victoria para el equipo que, desde el insistencialismo, había buscado una reunión con la titular de la Secretaría de las Mujeres y podría traer consigo la oportunidad de concretar la plaza que, por ley, les corresponde. Ese día, Hernández no se presentó, pero Saracibar sí.
“Llegamos todas a las oficinas de la Secretaría de las Mujeres allá en avenida Barranca del Muerto, queríamos entrar todas en grupo para apoyarnos, pero fue un no rotundo, no nos dejaron entrar, sólo a unas cuantas personas». Ella [Citlalli Hernández] nos citó en 3 grupos distintos, pero al final del día, la que nos atendió fue Ingrid Saracibar. No hemos vuelto a ver a Citlalli, no nos atendió, no nos respondió…”, dice Patricia.
Una vez dentro de las oficinas de la Semujeres, Jesús Galicia les explicó que su relación contractual había terminado oficialmente el 31 de diciembre; en respuesta, las trabajadoras lo increparon denunciando que ellas pertenecían al servicio profesional de carrera, es decir, se rigen por la Ley de Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal que pauta que si se extingue una plaza de trabajo se les debe reubicar. A pesar de la denuncia colectiva, la negociación con Galicia fue trunca.
“Él sólo nos decía que no y que no, que estábamos mal porque [nosotras] éramos apartado B. No quisimos pelear y sólo le decíamos «Esto que nos está diciendo es no es«, Ingrid intentaba mediar diciendo que ya había desaparecido [Conavim] y lo que nos explicó es que ya no había más plazas en la Secretaría de las Mujeres porque todo estaba ocupado, pero no entendíamos cómo era posible si nosotras somos titulares de esas plazas, en todo caso, si las dan, no pueden completar esta transacción porque nosotras estamos acá”.
La reunión concluyó sin ningún éxito, sin embargo, Saracibar prometió que la semana del 20 de enero les intentarían dar una solución, algo así como un intento de ver “qué podrían hacer por ellas”, pues esa era responsabilidad de Gobernación y no de la Secretaría de las Mujeres; una condescendencia que irritó a algunas trabajadoras, considerando que el recurso de sus plazas no lo tiene la Segob, sino Semujeres por lo que es una corresponsabilidad de ambos órganos darles el seguimiento puntual y garantizarles sus espacios de trabajo -o en última instancia, la liquidación que les corresponde-.
A las oficinas de Conavim, ubicadas en la colonia Narvarte en la Ciudad de México, varias trabajadoras continuaban asistiendo de manera regular a realizar su trabajo; trabajo necesario para el cierre financiero y concluir líneas de captura, su fecha límite terminaba en el mes de enero y de no realizarse, podrían existir serias repercusiones con la Secretaría de Hacienda.
El otro grupo de mujeres que continuaban al interior del recinto eran aquellas que esperaban que alguna autoridad les entregara una constancia de su rescisión de contrato.
Una vez que Saracibar y Galicia entraron a las oficinas de la Comisión, se entregó el acta de cierre y se les informó que las entrevistarían para elegir a los mejores perfiles, una postura nueva a lo informado en días anteriores sobre que no habían más lugares para ellas.
Se les pidió desalojar en un lapso máximo de una hora y media, Patricia reconoce que fue, de hecho, todo muy tranquilo porque sabe bien que ella y sus compañeras “están advertidas de que las observan para ver en qué falta incurren”.
“Sí, ahorita físicamente estamos fuera, pero no tenemos un documento oficial. Sólo es un “Ya váyanse”, sabemos que no nos quieren dar un oficio de baja”, dice Patricia en entrevista.
Al preguntarle a qué atribuye que existan tantas omisiones para entregarles el oficio, refiere que están evitando, a toda costa, entregarles una indemnización o reubicarlas porque las plazas que por ley les corresponden ya están ocupadas por personas cercanas a las directoras de la Semujeres, afirma.
Patricia dejó de recibir un salario desde el 15 de diciembre, desde entonces, las opciones han comenzado a agotarse; las preocupaciones y los gastos comienzan a acechar, en respuesta, refiere que ha iniciado a vender algunas de sus cosas en línea y hacerse de sus ahorros, pues no pretende echar para atrás la lucha, aún, cuando la espera de saber quién les dará una solución se ha extendido y a estas alturas, parece no tener expiración.
Patricia y sus compañeras decidieron no negociar y tampoco increpar a Saracibar en su última visita del 21 de enero por la situación: “Nos van a querer dar gato por liebre, mejor, vámonos a negociar en la mesa de conciliación”.
Acompañada de otras colegas ya han asistido a la Procuraduría de Defensa del Trabajador al Servicio del Estado y esperan su audiencia para el próximo 30 de enero, aún cuando saben bien, es probable que las personas representantes de Gobernación no se presenten.
Paralelamente, otro grupo de mujeres ha sacado nuevamente una audiencia y su cita está programada para principios de febrero, en caso de no presentarse e incurrir en omisiones, Patricia advierte que se va a proceder legalmente hasta obtener lo que, por ley, les corresponde.
Laboraron un mes sin paga
“Nos metieron gol y no nos dimos cuenta”.
Trabajadoras de refugios laboraron jornadas de 8 horas por más de 1 mes sin salario
Oficialmente, Conavim ha quedado extinta y las 150 trabajadoras y trabajadores que se desempeñaban en la Comisión detuvieron por completo sus funciones el día 22 de enero del 2025; los chats laborales se han borrado; el cierre anual y la repartición de subsidios al programa de refugios ha quedado congelado.
Yadira Blanco –extitular de la Comisión– abandonó todos los grupos; Citlalli Hernández nunca se reunió con las trabajadoras como había prometido y en medio de este vaivén opaco de la transición CONAVIM – Secretaría de las Mujeres, las mujeres son dejadas en vilo tras un pisoteo abrupto de sus derechos laborales; los responsables, Gobernación y la Semujeres.
Cimacnoticias conversó con Alejandra, quien se desempeña desde hace años en el área de refugios para saber qué sucederá con este programa y qué personas serán las responsables de atender los pendientes presupuestales de esta herramienta que auxilia y previene la violencia feminicida en nuestro país.
¿Qué pasará con los refugios y su recurso?: No sabemos y justo ahí es nuestra duda, pues durante 8 o 10 meses anualmente la federación les entrega su recurso por los meses de marzo o abril, con ese dinero los refugios operan hasta diciembre. También, durante los primeros 3 meses del año deben tener recurso propio para operar, ellos se hacen cargo 3 o 4 meses de su operación física, pero nosotras como ex- CONAVIM, somos las responsables de revisar toda la comprobación de compras y gastos que se hicieron.
En promedio, cada asesor tiene a su cargo 30 millones de pesos y tenemos 115 proyectos, por eso, ahorita nuestros meses más fuertes para el equipo de refugios es de enero a marzo o abril, porque hay que revisar todo lo del año pasado y a su vez, abrir convocatoria del año 2025.
En cuanto se abre la convocatoria tienen que llegar los nuevos proyectos y hay que revisar las fichas de visita, donde se les dice qué hay que mejorar, en dónde hay que invertir recurso para mejores instalaciones y todo esto lleva tiempo.
Cada año, los lineamientos de operación del programa de refugios sale la última semana de diciembre, ahorita estamos a finales de enero y mira la fecha, ¡no ha salido!, es obvio que el hecho de que se retrase un mes la salida de los lineamientos también retrasa 1 mes nuestro trabajo… del que nos corrieron.
Cuando las trabajadoras del área de refugios se enteraron del cierre de las instalaciones, cuestionaron a sus superiores qué iba a suceder con su trabajo y se les informó que ya nadie revisara nada, que todo ya estaba pausado, incluyendo el cierre de año y las líneas de captura para reintegrar el recurso.
Así, las trabajadoras de refugios terminaron por caer en cuenta que la labor desempeñada desde los primeros días de enero fue innecesaria, sin embargo, la preocupación de no saber qué sucederá con ese recurso, quién terminará de cerrar los gastos y quiénes se harán responsables de la administración de esos refugios se mantiene latente.
¿Qué te motivó a continuar laborando bajo estas condiciones?: Nosotras como equipo decidimos esperar al 15 de enero porque era cuando nos tenían que entregar informes finales de gasto, porque se nos comentó que los espacios en la Secretaría de las Mujeres ya estaban que sólo faltaban arreglar las computadoras para que nos pudiéramos mudar, pero que mientras tanto nos garantizaba poder seguir operando en Bucareli en las oficinas Segob, pero eso era falso; el 13 de diciembre fue el último día que recibimos un salario -correspondiente al mes de diciembre y aguinaldo-, zanja Alejandra.
Laborar sin membrete
El 2 de enero, la -entonces- titular Yadira Blanco mandó a llamar al equipo de refugios; Cimacnoticias supo que, Blanco preguntó a las y los trabajadores quién deseaba continuar laborando y que, aquellas personas que no lo estuvieran de acuerdo, ese era su momento para retirarse.
Tras una serie de bullicios, el equipo se mantuvo de pie bajo la promesa de que existirían contratos por honorarios y que, probablemente, serían re – contratadas en cuanto Citlalli Hernández y su equipo pusieran manos a la obra para administrar y dar el seguimiento correspondiente a los refugios.
La orden de Yadira Blanco y de la coordinadora Yunuen González era clara: Empiecen a trabajar con la revisión económica y administrativa del proyecto y una vez que terminaran, podían emitir las cédulas con observaciones a los refugios, para ese momento, ya habrían nuevos logotipos, documentos y todo sería “oficial”; el equipo pisó el acelerador con jornadas de completas para alcanzar a llegar a la fecha y continuar su trabajo en las nuevas oficinas de la Secretaría de las Mujeres; llegó el 15 de enero y eso nunca sucedió.
El temor entre el equipo de refugios era la vulnerabilidad, no sólo económica, sino también laboral pues habían dejado de ser funcionarias públicas con la extinción de la Conavim el pasado 31 de diciembre según la Ley Orgánica de la Administración Pública.
Por ello, se les indicó que debían emitir revisiones sin membrete, poner como remitentes “a quien corresponda”, firmarlo y enviar la documentación por WhatsApp una vez que fueran terminando las labores; el plan, aunque pintaba bien para comenzar a cerrar pendientes, también podría ser una doble trampa que colocara en vulnerabilidad a las trabajadoras, pues ahora, son civiles y no existe organización que pueda ampararlas o anteceder por ellas ante cualquier situación; maniobrando millones de pesos y una responsabilidad gigantesca con los refugios -y las mujeres que en ellos habitan-, el dilema apretaba a Alejandra y a sus compañeras.
“Sin un contrato, a nosotras quién nos ampara de estar revisando información confidencial, económica de recursos federales. No tenemos por qué saber esa información. Después, no tenemos cuentas de correo oficiales donde podamos responder de acusado o recibido, nos llegaban al correo y decías por WhatsApp, ya lo recibí, pero no te puedo responder. Ahora, hablar del recurso o estar diciendo esto o lo otro está mal, no es correcto ni para nosotras, ni para los refugios”
El riesgo más grande para los refugios ante estas acciones poco claras consiste en que, si más adelante, en un futuro cercano algún refugio pretende colocar una queja por haber recibido menos recursos o, por ejemplo, estar en desacuerdo con la evaluación hecha por alguna persona del equipo de refugios, esta queja no tendría validez, porque quien hizo todos esos movimientos y expidió esas cédulas no es una servidora pública.
Esta no es la primera vez que el programa de refugios atraviesa una serie de transiciones, pues a lo largo de 10 años, este proyecto ha pasado de mano a mano de diferentes Secretarías y el compromiso del equipo de trabajo, dice Alejandra, no puede ponerse a discusión; hasta el día 22 de enero, el equipo siguió dando asesorías a los refugios a través de WhatsApp, no se les negó continuidad en sus procesos y lo más importante, fueron ellas quienes cargaron el compromiso de dar la cara ante discrepancias en el manejo del recurso, pues como asesoras, han firmado un documento que las responsabiliza, hasta por 5 años, del uso de éste y su correcta repartición a los programas de refugios.
“Necesitamos saber qué hacer, si seguir esperando hasta quién sabe cuándo o si nos vamos ya cada quién a su casa, aún con el peligro de que, tú como asesor y quien está a cargo del programa, firmas una carta; carta que se necesita para acceder al subsidio el año que viene, en ese documento, dice que no estarás exenta de futuras revisiones, auditorias, asuntos legales o discrepancias, entonces, si hoy por hoy, yo me voy y otra persona viene a cerrar mis proyectos yo estoy en desventaja porque mi responsabilidad no terminó el 31 de diciembre, termina hasta dentro de 5 años cuando por ley termina mi responsabilidad de que yo ejecuté y revisé bien. Con todo esto que está pasando, es obvio que el programa será auditado (…) Tenemos miedo de que en un futuro nos carguen responsabilidades por ese dinero que nosotras no estamos cerrando. Sí, nuestro contrato terminó, pero la responsabilidad no”, dice Alejandra.
Alejandra también refiere que diversos proyectos de refugios estatales comenzaron a indagar sobre qué iba a suceder con el paso de estafeta y el programa, de manera conjunta, se iniciaron una serie de movimientos que pretendían arribar a la Secretaría de las Mujeres en la Ciudad de México, sin embargo, este hecho nunca sucedió «quién sabe qué o quién los calmó«, apunta la trabajadora.
Durante esa misma reunión del 2 de enero, Yadira Blanco le recordó al equipo mantener la “calma” entre las personas de refugios y no alterar aún la situación, pues “todavía no tenían respuestas y todo se iba a ir aclarando conforme se fuera acomodando estructuralmente [la nueva Secretaría de las Mujeres] con las nuevas atribuciones”.
Cambio de opinión
En la última reunión sostenida con el equipo de refugios, Yadira Blanco y Yunuen González pidieron encarecidamente a las y los trabajadores asistir a las oficinas para realizar el trabajo debido, según su argumento, si la Secretaría estaba contemplando recontratación, entonces, ya no eran un órgano autónomo y debían alienarse, pues ya no eran las mismas condiciones:
«Ya no nos podemos aventurar a actuar como antes, todas las decisiones deben ser consultadas, lo más importante aquí es que exista esa continuidad a su trabajo», les dijo González.
La discusión entre el equipo era que, aunque querían permanecer con el proyecto y no abandonar sus deberes con refugios, deseaban no asistir todos los días a las oficinas de Gobernación, pues representaba un gasto importante y ellas, no estaban recibiendo un sueldo.
Como respuesta, la excoordinadora de la Conavim, Yunuen González pidió a las trabajadoras entender el trabajo de Yadira Blanco y apretar el cinturón.
Todo cambió el pasado miércoles 15 de enero cuando seguían asistiendo diariamente sin percibir ninguna remuneración, «todas estábamos dando lo mejor, pero preparándonos para lo peor», dice Alejandra.
La noche de ese miércoles, las trabajadoras recibieron un mensaje de su superior preguntando quién tenía equipo de cómputo en casa para seguir trabajando a la distancia, lo que levantó algunas sospechas, porque apenas unos días antes la insistencia de que fueran a la oficina estaba presente y la amenaza de que les podían «ganar sus lugares» en las oficinas, las orillaba a asistir diariamente.
Todas y todos asentimos, les dijimos que teníamos equipo, narra Alejandra, pero a la mañana siguiente, cuando lo discutimos y lo pensamos con calma llegamos a una conclusión: Nos metieron un gol y no nos dimos cuenta.
Ese mismo día, el 16 de enero las trabajadoras estrecharon una reunión con el equipo de Citlalli Hernández, Ingrid Gómez Saracibar y Jesús Galicia; el equipo de refugios no fue contemplado por pertenecer al grupo de honorarios, sin embargo, durante la reunión, las compañeras de otros departamentos de la Conavim cuestionaron a Galicia y a Saracibar sobre qué estaba pasando con las trabajadoras de refugios, pues continuaban laborando sin salario al interior de la Secretaría de Gobernación;
“Abrieron los ojos como platos” e incrédulos, preguntaron que cómo era eso posible y entre varias compañeras les advirtieron: Las de refugios están trabajando desde hace semanas bajo condiciones irregulares, según comparte Patricia, quien estuvo presente en esa discusión.
Al preguntarle a Alejandra sobre cómo vivió este episodio –considerando que su equipo labora en otro edificio y no fue convocado a la reunión-, confirmó esta versión que llegó a rápidamente a los oídos del área de refugios; episodio que terminó por cuadrar el motivo por el que las habían mandado a casa con tanta insistencia y de forma atropellada apenas un día antes:
«Sí, supimos que llamaron a las y los trabajadores de Conavim por 3 bloques, menos a nosotras y algunos compañeros les preguntaron [a Saracibar y a Galicia]: Oigan, ¿alguien puede informarles a los de honorarios? porque las tienen ahí trabajando y nadie les dice nada. Saracibar y Galicia preguntaron que cómo era posible que hubiera gente trabajando si desde el 28 de diciembre se dio la orden de que todas dejaríamos de trabajar porque [Conavim] estaba oficialmente cerrado. Las compañeras los retaron diciéndoles que, si no les creían, nos fueran a ver, pero curiosamente, nosotras ya no estábamos ahí, fue el mismo día que nos habían mandado a trabajar desde casa».
Alejandra y sus compañeras han detenido, desde el día 22 absolutamente todas sus funciones, importando poco el cierre de año, la apertura en puerta de la nueva convocatoria para el año 2025 y el cúmulo de preocupaciones sobre a quién pasarán la estafeta para terminar esa inmensa cantidad de trabajo que tienen.
Este rezago laboral por toda esta situación le preocupa a la entrevistada, pues denuncia que al menos 10 de las 15 personas que ya han obtenido un lugar seguro al interior de la Secretaría de las Mujeres por su cercanía con Yadira Blanco o Yunuen González, y afirma: «desconocen la operatividad del programa».
“Toda la subsecretaría de gobernación sabe qué está pasando y nadie hace nada entonces, es bien duro que todos se volteen a otro lado. Queremos saber cuál es el criterio para que sigan teniendo a Yunuen González y a Rigoberto Guzmán, [director administrativo] ahí adentro cuando hay señalamientos de violencia laboral en su contra, queremos que nos digan, ¿quién los está encubriendo?, ¿de quién tienen miedo?
Ese es nuestro gran miedo de PAIMEF, Alertas [de Violencia de Género] y refugios, no sabemos quién hará el cierre y si ese cierre nos va a venir a morder en el futuro por millones de pesos. Quiero que sepan, que Gobernación y la Secretaría de las Mujeres son los responsables” (Alejandra, trabajadora por honorarios en el departamento de refugios de la CONAVIM
No olvidemos que todo este cambio se presentó luego del1 de noviembre de 2024 tras la disposición presidencial de Claudia Sheinbaum Pardo, cuando presentó la Iniciativa para realizar cambios en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, con el objetivo de fortalecer “la eficiencia y eficacia de cada una las Secretarías del Estado”.
Tras la aprobación en el Congreso de la Unión, se extinguió el actual Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y también Conavim, para dar paso a la Secretaría de las Mujeres, por lo que Presidencia, afirmó que estas acciones:
“Conllevan una mejora en el rango institucional, estructural y operativo que permitirá abordar de manera más efectiva las violencias y desigualdades históricas y estructurales que enfrentan las mujeres en México”.