Congreso de CDMX sanciona con cárcel las terapias de conversión de género

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/Redacción/

Cdmx. 26 julio 2020.- Con 49 votos a favor, 9 en contra y 5 abstenciones, el pleno del Congreso en la Ciudad de México aprobó el dictamen para sancionar “aquellas prácticas consistentes en sesiones psicológicas, psiquiátricas, métodos o tratamientos que tengan como objeto: anular, obstaculizar, modificar o menoscabar la expresión o identidad de género, así como la orientación sexual de una persona”.

El Congreso de la Ciudad de México aprobó la penalización de las terapias de conversión porque es un delito contra el libre desarrollo de la personalidad e la identidad sexual de las personas, ya que las terapias pretenden cambiar identidad, orientación sexual o la expresión de género de aquellos individuos diferentes a una heterosexualidad binaria cisgénero.

La iniciativa reforma el Código Penal de Ciudad de México, y fue presentada originalmente por el diputado Temístocles Villanueva y apoyada por la bancada de Morena, el partido del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador,

Habrá penas de 2 a 5 años de cárcel y de 50 a 100 horas de trabajo comunitario a quien obligue a una persona someterse a estos métodos

Los nueve votos en contra fueron de los diputados del PAN, América Rangel, Héctor Barrera, Diego Orlando Garrido, Gabriela Salido Magos, Christian von Roehrich y Patricia Báez; de los diputados de la alianza parlamentaria del Partido Encuentro Social, Fernando Aboitiz y Miguel Ángel Álvarez Melo y del morenista Efraín Morales.

la reforma reconoce el derecho a determinar la libre orientación sexual y el que “ninguna persona, en respeto a esta libre capacidad de autodeterminación, puede ser obligada, bajo ninguna circunstancia, o presionada para modificar su preferencia u orientación sexual”.

Al presentar el dictamen en la sesión extraordinaria, el presidente de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia, Eduardo Santillán, explicó que se castigará toda aquel tratamiento que se aplique de manera obligada a una persona y que “tiene por objeto modificar la identidad sexual de una persona, a través de mecanismos de violencia y actos crueles y denigrantes que van en contra de la dignidad humana.

“De tal suerte que se salvaguarda la práctica médica profesional, de igual manera el acompañamiento espiritual o religioso” y que se asuma de manera voluntaria. La pena con cárcel será precisó, para las prácticas que “utilicen métodos violentos, especificándose violencia física, moral o psicoemocional, en donde hay tratos crueles o degradantes”, expuso.

De acuerdo con datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en México, cuatro de cada diez jóvenes LGTB han reconocido vivir en un espacio hostil que busca cambiar su orientación sexual o identidad de género.

Tipos de terapias de conversión.

Existen una diversidad en os tipos de las terapias que se pueden resumir en dos: a base de religión y medicamentos, realizadas por instituciones religiosas, donde se dice, utilizan medicinas como Ludiomil y Dogmatil, utilizados para psicológico neurológicos o psicológico.

En la terapia de aversión al parecer inyectan a los paciente altas cantidades de adrenalina para que ésta les provoque un miedo extremo.

También está la castración química, aquí se inyecta a las personas y se práctica la ingesta de medicamentos que provocan una disminución de hormonas.

Además se ubican las pláticas y terapia que imparten organizaciones que apoyan con terapias psicológicas o de autoayuda, pero en realidad tienen como finalidad la conversión sexual.

Hoy en día, en 9 países han prohibido los ECOSIG y todas sus modalidades: Argentina, Brasil, Ecuador, Fiji, Malta, Uruguay, Samoa, Suiza y Taiwán.

Mientras que en cuatro países las prácticas son ilegales en alguno de sus estados o provincias:
Australia, Canadá, España y Estados Unidos y los países que están en proceso de prohibirlas, son Irlanda, Puerto Rico y Reino Unido.

Apenas en octubre de 2018 se presentó la primera iniciativa de reformas que busca legislar este aspecto y, proteger a la comunidad LGBT+ del daño que representa someterse a este tipo de torturas.