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02.11. 2025.Ciudad de México.- Carlos Manzo Rodríguez fue un político mexicano nacido el 9 de mayo de 1985 en Uruapan, Michoacán, cuya trayectoria pública estuvo marcada por una postura frontal contra el crimen organizado y una gestión municipal breve pero intensa.
Su asesinato este 1 de noviembre de 2025, durante un evento público, conmocionó a la sociedad michoacana y reavivó el debate sobre la seguridad de los funcionarios locales frente a un crimen organizado que controla Michoacan y otras regiones de México.
Originario de una de las regiones más afectadas por la violencia en el país, Manzo cursó la licenciatura en Ciencias Políticas y Gestión Pública en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), en Guadalajara. Su formación académica se enfocó en el análisis institucional, la administración pública y el diseño de políticas de seguridad.
Su trayectoria, marcada por rupturas con partidos y reclamos a autoridades federales, lo convirtió en una figura polémica y simbólica en el contexto de violencia institucional.
Originario de una familia de comerciantes, hijo de Carlos Manzo López y Teresa Rodríguez, creció en el barrio de San Juan Evangelista, en el centro de Uruapan. Desde joven mostró interés por la política local y la gestión pública. Estudió Ciencias Políticas y Gestión Pública en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), en Guadalajara, donde se especializó en administración municipal y políticas de seguridad.
Contrajo matrimonio en 2013 con Mariana Torres, con quien tuvo dos hijos. Su vida familiar fue discreta, aunque en sus últimos discursos públicos mencionó que su compromiso con la seguridad de Uruapan respondía también a una responsabilidad como padre.
Su primera incursión en el ámbito gubernamental fue como auditor del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Michoacán, entre 2017 y 2018. Posteriormente, en 2021, fue electo diputado federal por el partido Morena, desde donde impulsó iniciativas relacionadas con la transparencia administrativa y el fortalecimiento de las corporaciones de seguridad.
En 2021 fue electo diputado federal por Morena, pero renunció a la bancada en 2023 tras denunciar pactos de silencio frente a la violencia en Tierra Caliente. En 2024 se postuló como candidato independiente a la presidencia municipal de Uruapan, ganando con una campaña centrada en seguridad, depuración policial y recuperación de espacios públicos.
En 2024, Carlos Manzo se postuló como candidato independiente a la presidencia municipal de Uruapan, logrando una victoria histórica al convertirse en el primer alcalde sin afiliación partidista en ese municipio. Su campaña se centró en el combate a la inseguridad, la depuración de cuerpos policiacos y la recuperación de espacios públicos.
Durante su gestión, iniciada el 1 de septiembre de 2024, Manzo adoptó una política de confrontación directa contra grupos delictivos. Emitió mensajes públicos en los que instaba a los elementos de la Policía Municipal a responder con firmeza ante agresiones armadas, lo que le valió el apodo de “el Bukele mexicano”, en referencia al presidente de El Salvador. Esta postura generó tanto apoyo ciudadano como críticas por el riesgo que implicaba para su integridad y la de su equipo.
En una carta difundida en redes sociales, Carlos Manzo reclama a la federación que “la protección federal no puede limitarse a escoltas; necesitamos presencia territorial, inteligencia y voluntad política”.
A lo largo de su mandato, denunció amenazas en su contra y solicitó protección federal en distintos momentos. El Gobierno de México asignó 14 elementos de la Guardia Nacional para resguardar su seguridad en el 2024, aunque el esquema resultó insuficiente ante el ataque ocurrido durante el Festival de las Velas, en el marco del Día de Muertos. El agresor disparó en siete ocasiones y fue abatido en el lugar por las fuerzas de seguridad.
Este 1 de noviembre de 2025, mientras encabezaba el Festival de las Velas en el Centro Histórico de Uruapan, fue atacado por un hombre armado que le disparó siete veces. El agresor fue abatido en el lugar. Manzo murió en el hospital horas después. El Gobierno federal confirmó que contaba con 14 elementos de seguridad asignados, pero reconoció que el evento público representó una vulnerabilidad.
Carlos Manzo dejó una huella política marcada por la ruptura con estructuras partidistas, la exigencia de autonomía municipal y la denuncia constante de omisiones institucionales frente a la violencia.
Carlos Manzo murió a los 40 años, dejando una gestión marcada por la confrontación con el crimen organizado, la defensa de la autonomía municipal y el intento de recuperar la gobernabilidad en una de las zonas más conflictivas del país.
Su legado permanece como símbolo de los riesgos que enfrentan los funcionarios locales en contextos de violencia estructural.












