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/ Por Victor Hall Díaz /
Lucha Reyes, cuyo nombre real era María de la Luz Flores Aceves, fue apodada la “Reina de la canción ranchera” por su voz rasposa y grave, moldeada por enfermedades en la garganta, como una infección en Berlín.
Su carrera despegó con interpretaciones en vivo intensas, acompañadas de tequila para potenciar su emoción, grabando películas junto a estrellas como Pedro Armendáriz y Jorge Negrete a pesar de que no era actriz.
Influida por su madre alcohólica, desarrolló una adicción al alcohol que la llevó a ser despedida del trío Reyes-Ascencio a pesar de su gran talento, lo cual afectó su vida personal, marcada por relaciones abusivas y un ab0rto traumático donde su primer esposo la abandonó cuando ella cayó de las escaleras, perdiendo al bebé en el acto, pues ser madre siempre fue su mayor sueño en la vida. Se dio otra oportunidad al amor pero su nueva pareja la violentaba física y psicológicamente, separándose de él.
Entre episodios de depresión, finalmente decidió adoptar a una niña a la que le dio su nombre, María de la Luz, pero su soledad y depresión se profundizaron, con intentos su1cidas como un salto fallido desde un hotel en España o consumir medicamentos en exceso. Mi teoría personal es que quizás, a pesar de que con su hija adoptiva habría en cierta forma satisfecho su sueño de ser madre, dicha niña no era carne de su carne y sangre de su sangre, ni tampoco mitad ella y mitad el amor de su vida.
El 24 de junio de 1944, en un episodio depresivo agravado por el alcohol, envió a su hija de 11 años a comprar barbitúricos a la farmacia. Su hija, quien había pasado varios días viendo a su madre alcoholizada, se sintió feliz creyendo que iba a traerle medicinas para que se recuperara, pero entonces, Lucha Reyes subió a su habitación, se tomó todas las tabletas (cerca de 40) junto con una botella de tequila y se acostó en su cama.
Su hija horas después la encontró y pidió auxilio. Al parecer, su madre seguía viva pero inconsciente. Rápidamente llegaron paramédicos y la llevaron al hospital donde le trataron de salvar la vida.
Al día siguiente, tras cuatro lavados estomacales que no lograron salvarla, falleció a los 38 años de edad; posibles causas de su depresión incluyeron la muerte de su ex suegra o un diagnóstico de cáncer temprano que ella no supo cómo afrontar.
Su legado perdura en la música ranchera, inspirando a generaciones, y sus restos descansan en el Panteón Civil de Dolores en México. En opinión de muchos, México no le ha dado el lugar que ella merece en la música mexicana pues casi nadie se acuerda ya de ella a pesar de que cantaba como nadie con una voz y estilo únicos. ¿La conocías a ella o conocías la historia de su vida?