Abril ya no puede gritar.

Alguien como tú.

Gladys de L. Pérez Maldonado.

El pasado lunes 25 de noviembre en México y en todo el mundo fue el día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Un día dedicado a la sensibilización de la sociedad y de los órganos de gobierno con el fin de evaluar los avances en la implementación de las políticas públicas y programas de gobierno dirigidos a erradicar la violencia contra la mujer.

Como era de esperarse, en nuestro país miles de mujeres salieron a la calle para manifestar su desesperación e impotencia por la violencia social que aún vivimos las mujeres pese a los grandes logros alcanzados en materia de salud, política, laboral que han quedado plasmados en la Constitución General de la República.

Las críticas no se dejaron esperar, mujeres y hombres manifestaron su descontento por la forma violenta en que se llevaron a cabo estas marchas de protesta, en virtud que en su andar habían hecho pintas de paredes y monumentos y algunas habían desnudado el dorso para ser vistas y llamar la atención en el reclamo.

Se dice que las mujeres se deben manifestar de manera ordenada y con cantos, como lo hicieron nuestras congéneres de Chile, lo cual no está mal, sin embargo, esa fue solo una manera de expresar la violencia que sufrimos, hace voltear la mirada hacia ellas sin duda, no obstante, solo queda en la memoria la imagen de una buena coreografía y desde nuestro punto de vista no deja una huella indeleble, equiparable a la tatúa en nuestro Ser la violencia que se ejerce contra la mujer.

Es muy fácil opinar desde una perspectiva patriarcal, machista y misógina, sin analizar el interior de cada una de esas mujeres que gritaron a los cuatro vientos por un pare en la inseguridad y la indiferencia de las instancias de poder para resolver esta problemática, ahora resulta que es mas importante una pared o monumento o el puritanismo de ver una mujer mostrando los senos, que la vida de un Ser Humano.

El tema de las mujeres no es una moda, como recientemente alguien nos dijo, el tema de las mujeres siempre ha estado, pero en estado cataléptico, ahora las mujeres se mueven con visibilidad, ya no se quedan calladas, tienen que gritar para que les hagan caso. En una anterior emisión de este espacio, comentamos la ineficacia de las Alertas de Violencia de Género, por falta de la correcta coordinación entre las autoridades encargadas de este programa de prevención y erradicación de la violencia contra la mujer, lo que conlleva a una implementación desafortunada.

Con tristeza se ha hecho viral en las redes sociales y los medios de comunicación el feminicidio perpetrado contra Abril Pérez Sagaón en la Ciudad de México, precisamente en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, quien al ir circulando a bordo de un vehículo, fue muerta por balazos certeros en la cabeza, dirigidos a ella solamente, a manos de dos individuos que se dieron a la fuga en una motocicleta. Las investigaciones se encaminan a suponer que su ex marido fue al autor intelectual del feminicidio, quien como ya sabemos tiene antecedes de haber violentado gravemente a golpes a Abril en enero pasado y que si no hubiera sido por la intervención de uno de sus menores hijos, quizás le hubiera quitado la vida con sus propias manos.

Juan Carlos García, ex esposo de Abril, fue vinculado a proceso por la probable responsabilidad del delito de violencia familiar y lesiones a pesar que la fiscalía lo puso a disposición de la autoridad jurisdiccional por la posible comisión del delito de Feminicidio en grado de tentativa y se le decretó una medida cautelar consistente en prisión preventiva por el tiempo que durara el proceso. No obstante, el magistrado que revisó en apelación la determinación del Juez de Control, dejó insubsistente la prisión preventiva y ordenó se fijara una medida precautoria diversa y lo dejó en libertad, días después Abril fue asesinada.

El magistrado en cita, motivó su determinación analizando los supuestos que se prevén en el artículo 19 de la Constitución General de la República para que proceda la prisión preventiva: “…en los casos de delincuencia organizada, homicidio doloso, violación, secuestro, trata de personas, delitos cometidos con medios violentos como armas y explosivos, así como los delitos graves que determine la ley en contra de la seguridad de la nación, el libre desarrollo de la personalidad y de la salud…”; y como a su parecer en el caso de Abril no se daba ninguno de estos supuestos, de manera inentendible revocó la prisión preventiva de Juan Carlos García.

En su resolución a nuestro parecer no valoró el peligro inminente en el que se encontraba Abril, quien desesperadamente y de manera oportuna se lo hizo saber tanto al juez como al magistrado. Este es el peligro de estar a expensas de impartidores de justicia misóginos que no aplican en sus resoluciones las Tratados y Convenciones Internacionales a favor de las Mujeres y de la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres y sin criterio jurídico y apego a la protección de los Derechos Humanos de las Mujeres firman una determinación de consecuencias fatales.

Ahora, tenemos otra mujer muerta por Feminicidio y a unos hijos sin madre como daño colateral, lo único que nos queda es que este desafortunado crimen sea un parteaguas para generar conciencia en los jueces, las autoridades y en la sociedad para que de una vez por todas eliminemos la violencia contra las mujeres.

Abril Pérez Sagaón ya no puede gritar, ni manifestarse, ni salir a las calles a pintar paredes o monumentos, ya no puede exigir que pare la violencia contra la mujer, que su muerte hable por las muchas otras mujeres que pierden diariamente la vida por las mismas circunstancias, que se haga justicia y los autores de estos delitos no queden impunes.

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