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20.19.2024.- Aunque son conductas normalizadas, en nuestra sociedad todavía existen comportamientos contrarios a la igualdad total entre hombres y mujeres. Uno de ellos es el llamado manterrupting.
La palabra manterrupting proviene del inglés y se puede traducir al español como machointerrupción (de la combinación de macho e interrupción).
“Son expresiones de un machismo profundo que todavía circula por nuestra sociedad y que sitúa a las mujeres y otros sujetos conceptualizados como no dominantes, como seres inferiores”, señalan estudiosas del tema.
Se define como la práctica masculina de interrumpir de forma innecesaria el discurso de una mujer en repetidas ocasiones y sin el mayor recato, porque quieren y porque pueden. Como en los feminicidios.
Se da tanto en el mundo físico como en el virtual, donde tratan de desplazar a la mujer, anularla, invisibilizarla, y se trata de una de las prácticas machistas más obviadas en chats en la esfera tecnológica que a falta de regulación, hay que desenmascarar, obviar, exhibir y enfrentar para cambiar la mentalidad.
De las muchas prácticas machistas que se han normalizado es urgente nombrar y visibilizar prácticas como el ‘mansplaining’, el ‘manspreading’ o el ‘manterrupting’ en los discursos sociales y políticos como factor clave para lograr un cambio social
Pero el manterrupting, entendido como la práctica machista de interrumpir a una mujer de forma innecesaria y repetida, es muy socorrido; una evidencia del grado del machismo del sujeto que la practica, no obstante sus habituales líneas discursivas de ´yo nací de una mujer me casé con una mujer y tengo hijas mujeres´.
De las constantes interpelaciones en manada, pues así actúan las y los machos, el manterrupting es un fenómeno universal que afecta a mujeres de todos los estratos sociales, culturales y profesionales.
En la mayoria de las veces no hay argumentos y se da cuando un hombre interrumpe a una mujer para que la conversación gire solo en torno a él y sus productos.
El manterrupting puede tener consecuencias a nivel laboral y social. Las investigaciones han demostrado que las interrupciones son más frecuentes en discusiones de estilo panel, en segundo lugar en las juntas y en tercer lugar, durante reuniones a distancia o de forma digital en chats.
Uno de los muchos ejemplos que especialistas analizan en su trabajo se dio durante el debate a la vicepresidencia de Estados Unidos, que tuvo lugar el 7 de octubre de 2020, y tiene como protagonistas a Kamala Harris, candidata demócrata, y Mike Pence, candidato republicano. Este interrumpió en varias ocasiones a Harris, quien respondió con una expresión rotunda: “¡Estoy hablando!”. Sus palabras, llenaron Instagram y Twitter de memes y referencias al manterrupting y al mansplaining.
Es decir la interrupción a mujeres siempre viene acompañada de otras prácticas machistas, como el robo de ideas, de frases, de artículos, de columnas, de planes, de teorias o hipotesis porque para ellos, los machos, la mujer es mas bonita quedándose calladita.
El mantenimiento de estas prácticas y el hecho de dominar el discurso y el espacio físico y ahora el virtual, son ejemplos del privilegio masculino y mujeres machistas con el mismo pensamiento, normalizado y naturalizado.
A los hombres y mujeres machistas se les supone el derecho a saber y a expresarse sin temor a ser cuestionados constantemente, y también se les invita a ocupar y dominar el espacio público y ahora el virtual.