Constructoras y desarrolladores, ¡Ufff.!

Ramón Ojeda Mestre.

Fue el gran escritor argentino Jorge Luis Borges quien escribió Historia Universal de la Infamia. En esta obra imperecedera y que debía ser lectura anhelada para los jóvenes que aspiran a cultivarse y obligatoria para los políticos que aspiran a gobernar, los cuentos de Historia Universal de la infamia comprenden una colección de villanos genialmente crueles y personajes disparatados a fuer de barrocos. Basándose en casos reales, Jorge Luis Borges ensayó en su primer libro de ficción un notable cruce de géneros en el que ya está presente, como en un criptograma, su peculiar universo literario.

 

Bueno, pues Baja California Sur está convirtiéndose en una enciclopedia de los trastupijes de terrenos, en un mega archivo de las trácalas de desarrolladores y constructores y en un mamotreto gigante de todo tipo de estafadores y malandrines extranjeros y nacionales, relacionados, lo mismo con predios, que con casas, barcos, yates, coches, camiones o pangas y desde luego con pequeños patrimonios de rancheros, ejidatarios o pescadores. Ya hasta el robo de torotes, paloverdes, mezquites, chinos y todo tipo de árboles y cactáceas entra en el repertorio de los traficantes descarados de lo ajeno, en contubernio, obviamente, con truhanes del aparato público. La sinvergüenzada no tiene límite ni llenadera.

 

A grado tal ha campeado la corrupción y el abuso, que ya la nota roja es incontenible en los medios de comunicación, desde el más modesto periodiquito parroquial, hasta las páginas webs o los chats celuláricos que comentan escandalizados todos los capítulos de terror relacionados con esta inveterata consuetudo de la transa y el vivalismo. Los juzgados ya no se “dan abasto”. Se oyen los lamentos por doquier de mi desdichada Borinquén diría el Jibarito Rafael Hernández. Hay casos paradigmáticos como los espantosos abusos de la Constructora Homex de Sinaloa de los hermanos Eustaquio y Gerardo de Nicolás Gutiérrez, Homex nombró nuevo director general tras investigación por fraude al propio Eustaquio de Nicolás, fundador y presidente del consejo de administración de Homex, y fue nombrado como director general de la constructora tras el aviso hecho por la SEC de Estados Unidos de cargos por presuntos fraudes. Apenas en junio ante pasado, Homex, con sede en Sinaloa, fue informada por la Comisión de Valores de Estados Unidos, la SEC, que es la autoridad bursátil de Estados Unidos de América, de cargos fincados en su contra, dándole oportunidad de declarar voluntariamente antes de presentar una demanda civil o un proceso administrativo.

 

Como se recordará, Homex dejó por todo el país una estela de obras mal hechas, inconclusas e ilegales. En Los Cabos las pillerías de Homex en Lunas del Tezal, Cumbres del Tezal y otras o en Puerto Vallarta y Nuevo Vallarta, en Jalapa Veracruz, en el estado de México, o en Jalisco, con todo y prestanombres, es ya un escándalo y un daño de dimensiones mayúsculas, después de la quiebra en que cayó el cochupo mayor.

 

Son tan descarados, que ahora vuelven disfrazados con otro nombre a los lugares donde en lugar de cubrir sus adeudos con los condóminos y adquirentes incautos. Ojalá que los Presidentes Municipales de todo el país tomen nota de todas las quejas que persiguen a estas y estos constructores, que además acostumbran corromper funcionarios y meter paleros a las administraciones de los conjuntos que mal construyen como el de Lunas del Tezal que parece ser de los peores donde a la Torre Uno le dicen el Titanic o la Torre de Pisa, porque ya está ladeada y hundiéndose. Lo de las plantas de tratamiento es como para que la Secretaría de Salud los metiera a la cárcel.

 

El problema se agrava porque muchos ya siguen el mismo camino y prácticamente todos los conjuntos residenciales o departamentales de los municipios de Baja California Sur son nidos de administradores sinvergüenzas, insaciables y contumaces. Es verdaderamente de escándalo y la Profeco ni siquiera se da por enterada, a pesar de que salen en todos los periódicos del país. El problema es que el destino turístico de los Cabos, como el del Vallarta, el de Cancún y los demás principales, como Acapulco, se están volviendo irrecuperables.

El modus operandi es no construir las obras públicas como banquetas, calles, guarniciones o poner luminarias y escapar de las localidades, dejando sin entregar los conjuntos, con lo cual ni el municipio ni los “desarrolladores” pueden ser alcanzados por los vecinos sufrientes que tienen que pagar el pato de las obras “mal hechotas” e inconclusas.

 

Ojalá vengan gobiernos más limpios y exigentes, para proceder mercantil, civil y penalmente contra estos asaltantes de cuello blanco y alma negra que se jactan de aparecer en revistas de sociedad o de negocios a pesar de que la nota roja los registra cotidianamente. Vea nada más https://secsearch.sec.gov/search?utf8=%3F&affiliate=secsearch&query=Homex  para que se dé cuenta en qué pasos andamos en la U.S. Securities and Exchange Commission del Gobierno de USA. Y este es nada más un ejemplo o una muestra de lo que nos está ocurriendo, por eso decimos qué si nos pusiéramos a inventariar o listar todos los hechos delictuosos de estos desarrolladores y constructores que dejan sin drenaje o sin agua potable o sin plantas de tratamiento o sin entregar a los municipios sus maleficios, en Baja california Sur se volvería a escribir el segundo tomo de la obra de Jorge Luis Borges. Tienen razón los de apesta.com Urge que hagamos además una especie de página ciudadana de cómo nos ha ido con estos tipos, al igual que con los electricistas, plomeros, carpinteros o cortineros, etc. etc. Para tener registro de los nombres de quienes traicionan la confianza que se les deposita.

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