CORINA EN RIESGO POR LOS SICARIOS POLÍTICOS MEXICANOS QUE SIRVEN A MADURO

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/ Eduardo Sadot /

Realidad o ficción, casualidad, coincidencia o evidencia inminente, pero que sea una mujer latinoamericana la galardonada con el máximo reconocimiento mundial, conmueve, cimbra y enorgullece a la humanidad.

Sin duda, los reconocimientos Nobel tienen el mayor prestigio mundial. Los siete latinoamericanos que hasta hoy han recibido el premio Nobel de la Paz han sido: el argentino Carlos Saavedra Lamas en 1936; el argentino Adolfo Pérez Esquivel en 1980; el mexicano Alfonso García Robles en 1982; el costarricense Óscar Arias Sánchez en 1987; la guatemalteca Rigoberta Menchú en 1992, el colombiano Juan Manuel Santos en 2016 y ahora la venezolana María Corina Machado.

En el caso de la venezolana ha sido difundido el momento preciso en que es informada de la decisión a su favor del comité Nobel en Oslo Noruega. No podemos dejar de evocar la novela de Irving Wallace el premio Nobel donde describe las primeras reacciones de un grupo de premiados. Contrariamente a la imaginación de Irving Wallace, el aplomo y modestia con que recibe la noticia María Corina evidencia su actitud modesta, humilde y altruista.

Los narcos y los defensores de Maduro – como siempre sucede en la vida – pretenden desacreditarla, calumniarla, hasta presidentes pretenden demeritar su reconocimiento ignorándola. Patadas de ahogado, una narrativa en contra de la justicia y las libertades. Y atrás personajes como Epigmenio, triste papel, vergonzoso papel ejemplo de servilismo rastrero. Cuando observamos a tipos como él y Noroña, nos preguntamos si no tendrán hijos, si no tienen conciencia histórica, si no tienen familia a quien mirar a los ojos. Ya salió Epigmenio ha expresarse mal, defendiendo a su patrón Maduro por el dinero extranjero que les dieron para su movimiento, de verdad, de pena ajena después de que Obrador se robó 150 millones para Epigmenio, su servilismo no tiene parangón. Y él como Noroña se dicen amigos de Maduro, será por eso que no van a Estados Unidos.

Con Corina Machado, suman cuatro los premios Nobel Latinoamericanos que fueron determinantes en el restablecimiento de la democracia en América Latina.

Los aduladores de Maduro hacen intentos desesperados por minimizar el trabajo de Corina.
En extremis Epigmenio afirmó que María Corina pidió intervenir en su país exponiéndolo a la violación de su soberanía, de verdad Epigmenio igual a su patrón, cree que se puede confundir algo elemental como no conocer la diferencia entre pueblo y gobierno y como todos los tiranos cuando se sienten acorralados, acuden a la confusión y para defenderse acusan atentado a la soberanía cuando saben que a quien quieren sacar del gobierno es a quienes han llegado por fraude electoral y por eso, quieren hacer creer a la comunidad internacional y a quienes les creen que defender la soberanía es defender al pueblo cuando es evidente que lo que buscan es perpetuarse en el poder.

La famosa doctrina Estrada de no intervención en la soberanía de los estados tiene una excepción, cuando hay una dictadura, que llega mediante el engaño y el fraude, significa que ha ignorado a la voluntad popular y si en todo caso en uso de su soberanía el pueblo solicita ayuda para reestablecer su soberanía, en uso de su soberanía también el pueblo tiene derecho a solicitar ayuda de organismos internacionales. Así han solicitado en ocasiones la intervención, de los boinas azules de naciones unidas. No obstante, sí hay que reconocer que el tema es delicado, porque también los dictadores pueden solicitar la intervención de países aliados, así lo hizo en su momento Franco con el apoyo de tropas alemanas e italianas, para bombardear Guernica en 1937. Y por lo visto será primero Venezuela y después México, todo puede suceder.

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