Alma Grande.
*Zona Turística en peligro de quedar aisladaGobierno indolente, se niega a dar a soluciónZofemat artífice del desastre en la zona costera
Por: Ángel Álvaro Peña
Una de las más bellas zonas turísticas costeras del municipio de Tuxpan está a punto de quedar aislada por las fuertes marejadas y el devastador avance del mar. Todo esto es resultado de acciones de funcionarios corruptos y por obras que autorizó Semarnat, sin medir el impacto negativo que esto traería en la costa.
Hasta hace 25 años Barra Galindo era una playa virgen, paradisíaca, bordeada por una franja de pinos que era una cortina natural contra las nubes de arena. De eso, prácticamente no queda nada. Ya desapareció el bosque de pinos, el mar se comió la playa y el camino paralelo a la costa solo funciona cuando no hay marea alta.
La destrucción inició cuando SEMARNAT autorizó la construcción de escolleras y espolones para proteger el canal de navegación del puerto y los canales de llamada y salida de la Termoeléctrica Adolfo López Mateos. Estas obras alteraron las corrientes y flujos hidrodinámicos, lo que en pocos años provocó que el mar se alejara en Barra Norte y, contrariamente, avanzara sobre la franja comprendida de San Antonio a Barra Galindo.
Además de lo anterior, la zona costera de Tuxpan cayó en la anarquía y en las invasiones, que más tarde fueron legalizadas por funcionarios de la Zona Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT) y de la propia SEMARNAT, a cambio de sobornos y otros tipos de beneficios propios de la corrupción.
Los funcionarios federales hicieron sus negocios al amparo del Artículo 232 de la Ley Federal de Derechos, que les autorizaba otorgar goce o aprovechamiento de la zona federal. Gracias a esta acción ilegal, vemos construcciones y toda clase de enramadas y palapas, que modificaron el paisaje y las playas.
Eduardo Hernández Montero, delegado regional de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Humanos (SEMARNAT), reconoció en su momento que, desde el año 2006 no se aplica una delimitación de la zona federal marítima en Tuxpan y que tampoco existía un padrón de los supuestos concesionarios. En pocas palabras, la zona costera de Tuxpan era tierra de nadie y una mina de dinero de vivales.
A toda esta anarquía se le suma la indolencia de los gobiernos municipales y su incumplimiento de un deber legal, al otorgar permisos de construcción a diestra y siniestra. También pisotearon el Plan de Desarrollo Urbano, y hoy, Barra Galindo está pagando las consecuencias.
Empresarios arriesgaron millones de pesos y su patrimonio en el desarrollo de Barra Galindo, gracias a ellos se pueden ver hoteles, parques de diversiones, quintas y proyectos inmobiliarios. Pero, todo esto está en peligro porque las recurrentes marejadas impiden el paso e incluso, ya están erosionando propiedades.
En temporadas vacacionales altas o puentes vacacionales, las familias se han quedado varadas en la playa o en el Hotel Isla Tajín porque sus vehículos no pudieron salir por el avance del mar. Si bien tienen la opción de trasladarse en lancha por la Laguna de Tampamachoco, lo cierto es que nadie quiere dejar sus autos abandonados, esperando que baje la marea.
Es urgente que el Gobierno Federal, el municipio y el Estado emprendan acciones conjuntas para rescatar a Barra Galindo porque, de lo contrario, toda el área podría perderse en pocos años.