Crecen colectivos y marchas en el estado de Veracruz por desaparición forzada .

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30.08.2023 Veracruz.- La entidad Veracruzana se vio sumergido en una ola de movilizaciones y protestas en el marco de la lucha contra este flagelo que ha dejado en la país más de 112 mil personas desaparecidas, que buscan dar visibilidad a una problemática que ha cobrado dimensiones alarmantes: la desaparición forzada.

A lo largo y ancho de la entidad, colectivos de familiares y amigos de personas desaparecidas han unido sus fuerzas para exigir justicia y verdad, y al mismo tiempo, denunciar la crisis que enfrenta la región.

Estas manifestaciones han logrado poner en primer plano el drama humano y las graves deficiencias en la respuesta institucional.

En un panorama en el que las detenciones arbitrarias, la trata de personas, la violencia de género y los ataques de la delincuencia organizada se entrelazan para perpetuar una realidad lacerante, las marchas han emergido como una herramienta clave para dar voz a aquellos cuyos seres queridos han sido arrebatados sin razón aparente.

A través de estas protestas, los colectivos buscan no solo sensibilizar a la sociedad, sino también generar presión sobre las autoridades para que se tomen medidas efectivas que pongan fin a la crisis de desaparición forzada.

Las principales ciudades veracruzanas han sido testigo de la convocatoria masiva de personas provenientes de los 202 municipios del estado, cada uno de los cuales alberga casos de desaparición que persisten sin resolverse, a pesar de las cifras oficiales que indican que el 70 por ciento de los casos han sido cerrados.

Las marchas se convierten así en un espacio de unidad y solidaridad, donde las historias de dolor se entrelazan y los rostros de los ausentes se hacen presentes en pancartas y mantas que claman por justicia.

La diversidad de demandas y expresiones durante estas marchas refleja la complejidad de la problemática. Desde el grito “¡Hasta encontrarles! ¡Ya basta de desaparecer a los desaparecidos!” hasta la condena de un censo gubernamental criticado, la comunidad busca expresar su descontento y su urgencia por encontrar respuestas.

El grito unánime es el de la justicia y la acción concreta, lo que subraya la necesidad de que las autoridades asuman la gravedad de la situación y actúen en consecuencia.

En algunas localidades, la inseguridad y el temor han llevado a los colectivos a evitar espacios públicos o a acortar la duración de las manifestaciones. Por ejemplo, en Poza Rica y Coatzacoalcos, la preocupación por la seguridad de los manifestantes ha llevado a la decisión de resguardar la integridad de los participantes.

Aunque la lucha sigue siendo incansable, estas decisiones evidencian la grave situación de riesgo que enfrentan aquellos que buscan justicia.

El Colectivo de Familiares en Búsqueda María Herrera, en la región de Poza Rica, ha llamado a la sociedad civil a sumarse a través de mensajes y carteles que promuevan la paz en hogares y comunidades.

Este llamado no solo refuerza la importancia de la solidaridad, sino también la urgencia de sensibilizar a la sociedad en su conjunto. La dimensión de la crisis exige una respuesta colectiva y una toma de conciencia que trascienda las fronteras de los colectivos directamente afectados.

En Coatzacoalcos, los colectivos han optado por formar cadenas humanas en honor a las personas desaparecidas, manteniendo viva la esperanza de un reencuentro. Aunque sus objetivos y demandas varíen, comparten la determinación de seguir adelante, exigiendo respuestas, justicia y soluciones efectivas a una crisis que ha tocado a tantas familias en la región.

Es importante subrayar que estos colectivos no buscan hacer justicia por mano propia. En cambio, insisten en que la búsqueda de los responsables es tarea del Estado y las autoridades correspondientes. A pesar de los obstáculos y los peligros inherentes a su labor, estos grupos se mantienen enfocados en su objetivo principal: encontrar a sus seres queridos y asegurar su regreso con dignidad a sus familias.

Veracruz Puerto se ha convertido en un epicentro de las manifestaciones, con colectivos como Solecito alzando la voz contra la falta de capacitación y el amedrentamiento por parte de las autoridades.

El censo que a modo ha ordenado López Obrador para bajar las cifras de personas desaparecidas, ha sido ampliamente criticado. El intento de maquillarla bajo la justificación del enfoque inadecuado o la falta de preparación del personal encargado de llevar a cabo el censo han generado revictimización y desconfianza en las comunidades afectadas.

Estas manifestaciones han sido un recordatorio inquebrantable de la crisis que afecta a Veracruz.

Las voces de los colectivos exigen no solo respuestas inmediatas, sino también acciones concretas que permitan enfrentar esta crisis humanitaria de manera efectiva.

Más allá de las cifras y las estadísticas, estas marchas ponen rostros y nombres a la desaparición forzada, recordando a todos que detrás de cada número hay una historia, una familia y un dolor profundo.