/Texto y fotos: Johana Utrera /
03.09.2024. Desinformémonos En una tarde de viernes en Orizaba, Veracruz, se puede observar a personas que se dirigen a sus casas tras una jornada de trabajo, a niños y niñas después de una semana más de estudios, y a turistas que recorren las calles en búsqueda de atractivos que vieron en algún folleto.
No obstante, un viernes 30 de agosto, en alguna calle de Orizaba, un grupo de personas se saludan y se prepara con camisas blancas, mientras portan en sus manos una flor color esperanza:
“De acuerdo con las cifras que este año la Comisión Nacional de Búsqueda actualizó, a través del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, en 2006, año en que inició la llamada «guerra contra el narcotráfico», se reportaron 610 personas desaparecidas; número que aumentó año con año, hasta llegar este 2024 a la escalofriante cifra de 115 mil 487 personas desaparecidas y no localizadas en todo México. Este mismo registra que en Veracruz se tiene el reporte de 7 mil 20 personas desaparecidas; cifra que está alejada de la realidad.”
Ese grupo es un colectivo llamado Familias Desaparecidos Orizaba-Córdoba, cuyos integrantes, tras compartir su mensaje, comienzan a recorrer las calles que los llevarán hasta el Parque Castillo. Con ellos van las fotografías de sus familiares: Ashley Arcos, Ángelo Montiel, Joel Reyes, Luisa Carrera, Yael Zuriel Monterrosas, Chrystian Orlando Pérez y muchos más nombres que son parte de esa “cifra alejada de la realidad”.
Los integrantes del colectivo son abuelas, abuelos, padres, madres, hijos e hijas a quienes les hacen falta una abuela, abuelo, padre, madre, hijo e hija. “Siempre rezo para que regrese mi nieto”, dice Gabriela, una mujer de la tercera edad que va en silla de ruedas, portando una flor color esperanza.
“¡Castigo a los culpables!”, gritan las infancias acompañadas de sus familiares, portando su flor blanca y la fotografía de su ser querido. “¡Presente!”, gritan al momento del pase de lista frente al Palacio Municipal. “¡Presente!”, vuelven a gritar al mismo tiempo que alzan su puño. Mientras tanto, las puertas del Palacio Municipal permanecen cerradas, y se logra escuchar que dentro están aplaudiendo.
Yo te llevo dentro
Hasta la raíz
Y, por más que crezca,
Vas a estar aquí
Cantan los familiares hasta llegar al Parque Castillo y hacer un llamado a la sociedad. Sin importar que los policías se rían y tomen fotografías, los familiares rezan y terminan pacíficamente la marcha, conmemorando un año más el Día Internacional de los Desaparecidos, no sin antes regalar la flor blanca que llevaban en su mano, como símbolo de esperanza y una invitación para que la sociedad sea empática con su lucha.