Acta Pública.
Claudia Rodríguez
Inseguridad que aterroriza.
No es asunto noticioso que, en el Estado de México, entidad gobernada por el priista Alfredo del Mazo Maza, la inseguridad más que ser una asignatura pendiente es un tema preocupante que atemoriza no sólo a sus gobernados, sino hasta de todos aquellos quienes conocen de la alta incidencia delictiva en la región. El propio gobernador mexiquense reconoció el pasado mes de septiembre, en el mensaje que ofreció con motivo de la entrega de su II Informe de Resultados a la Legislatura local, que la inseguridad en la entidad es cuestión para atender con urgencia.
Homicidios, extorsiones, secuestros, narcomenudeo, robo a vehículo, a casa y negocio; lesiones, violencia familiar, violaciones y feminicidios, tienen el semáforo delictivo en la mayoría de los 125 municipios del Estado de México, en rojo encendido.
Más allá de las mediciones y las estadísticas o el lugar que ocupe en materia de inseguridad la entidad gobernada por quien vendió el lema de campaña “mano dura contra la delincuencia”, los mexiquenses de todos los rincones siguen esperando ante los delitos de alto impacto que siguen en aumento, que las autoridades responsables los defiendan y protejan de la delincuencia común y organizada.
Académica que no da resultados
Quien detenta la titularidad de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, no es ninguna improvisada. La Maestra en Administración Militar para la Seguridad y Defensa Nacional, Maribel Cervantes Guerrero, llegó al cargo de la mano del propio Alfredo del Mazo desde el inició de su mandato en septiembre de 2017, y más allá de sus cargos académicos que no dejan de impresionar en materia de técnicas de investigación e inteligencia policial, combate al crimen organizado y hasta en operativos contra terrorismo internacional con reconocimientos en Estados Unidos, España e Israel; la realidad es que sus metas en combate a la delincuencia han sido pobres en el Estado de México, incluso lo fueron cuando se desempeñó como comisionada general de la Policía Federal en el último año del gobierno de la Administración Federal del panista Felipe Calderón.
El hecho es que, en su actual cargo, la impresionante curricula académica de la Maestra Cervantes Guerrero, de poco le ha servido en primer lugar, para devolverles la dignidad y la cohesión a las corporaciones de Policía en la entidad mexiquense, mismas que hoy en día más que fortalecidas se sienten maltrechas tras la idea de implantar nuevos modelos para sus funciones que no han sido bien recibidos.
Un policía que no tiene la confianza de su líder no es garantía de defensa alguna para la ciudadanía, siendo estos los responsables del primer contacto con el gobernado.
El relevo inminente
El “si no pueden renuncien” llegó para quedarse entre el ideario de los mexicanos que hacen valer su voz ante quienes no pueden con el encargo público. La titular de Seguridad en el Estado de México ya ha sido increpada hasta en la Legislatura local por sus pobres resultados en el combate a las altas tasas delictivas que asolan la entidad.
Continuar haciendo lo mismo, arrojará iguales resultados e incluso peores.
No son pocas las voces, sobre todo entre los policías que se sienten acéfalos de un mando y piden atención y dirección en contra del crimen en el Estado de México. Hay quienes enuncian el regreso de Rogelio Cortés Cruz quien por 15 años estuvo al frente de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito en el Estado de México, para ahora relevar a Cervantes Guerrero.
“Cronos”, Cortés Cruz, quien fue objeto de una campaña amañada para desprestigiarle en el 2011, resistió al frente de su encargo de la seguridad mexiquense, por los resultados que entregaba al incidir en la criminalidad de alto impacto en el Estado de México.
Mexiquenses, vecinos y visitantes a la entidad gobernada por Alfredo del Mazo, merecemos más que promesas en el accionar en contra de la delincuencia.
Acta Divina… Alfredo del Mazo, gobernador mexiquense reconoce la asignatura pendiente en inseguridad.
Para advertir… Los mexiquenses más inseguros que nunca.
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