Cuando el Estado Renuncia a ser Estado.

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/Por Inocencio Yáñez Vicencio./

Dedico estas reflexiones a Bernardo Gutiérrez, periodista de Ligas Mayores, por el merecido reconocimiento que recibió el pasado 14 de febrero, por el Senado de la República.
Es escalofriante recibir la información del día de hoy de Jorge Fernández Menéndez y el análisis de Raymundo Riva Palacio, sobre la rendición del Estado mexicano al crimen organizado. El primero es quien conoce en nuestro país mejor que nadie la relación del narcotráfico con la política y el segundo, quien más llega al fondo de estas conductas delictivas.

No es cualquier cosa señores. Veracruz no tiene agua y todavía nos amenaza Amlo con llevársela para la CDMX y el Norte y sólo Pepe Yunes, levanta la voz para defender a los veracruzanos. En un Estado que constitucionalmente es laico las dos principales aspirantes a llevar sus riendas van al Vaticano, dando la impresión de que les importa más la bendición del Sumo Pontífice que los votos, una por su irrefrenable clericalismo y otra, como Enrique IV, aunque no sea ni siquiera creyente, sabe que México bien vale una misa. “En política no hay sorpresas, hay sorprendidos” espetó el morenista, sin darse cuenta Manuel Huerta, que esa es una declaración totalitarista, porque efectivamente en una dictadura todo es certidumbre, todo lo decide una burocracia, mientras en la democracia, para que sea tal, sus resultados siempre serán inciertos.

Está claro que no es lo mismo andar repartiendo migajas para los que Amlo, llama mascotas, que andar convenciendo ciudadanos que premien su demagogia. Hay muchos temas que exigen nuestra atención y que están sobre la mesa, pero el involucramiento de Andrés Manuel López Obrador, que recientemente destapó con el narcotráfico, la DEA, la Fiscalía del Sur de Nueva York y el Departamento de Estado, puso al descubierto una relación que todos conocían pero que necesitaba la fuerza del testimonio para su plena aceptación. Nada de extraño tiene que un Julio Astillero y demás paleros del presidente, le pidan a Anabel Hernández, pruebas, pruebas que son las mismas, los mismos testigos protegidos y procedimientos que tienen en la cárcel a Genaro García Luna y que a Amlo, lo tienen en la calle.

La entrevista que Celso Ortega Jiménez, que viene de los Zetas y ahora lidera los Ardillos, muestra que mientras los morenistas señalaban a otros de estar ligados al narco, era Amlo, quien recibía millones de pesos del crimen organizado. ¿Quieren más pruebas?
Jorge Fernández Menéndez, documenta la relación de obispos y curas, que tiene como fortalecer a los Ardillos, no lograr la paz, que son los que financian a la Iglesia Católica, por eso Amlo celebra la intromisión clerical.

Lo que hoy está aflorando no nos debe extrañar. Como bien lo explicitara Gramsci, el Estado es sociedad política más sociedad civil, es decir fuerza más consenso, lo que es lo mismo: aparatos coercitivos más los aparatos ideológicos. Lo he dicho y lo vuelvo a decir. La dominación más despiadada necesita de una ideología que la recubra, que la haga aparecer como buena o como producto del pecado original. Recuerden que San Pablo dijo que todo poder viene de Dios. La Santa Inquisición fue delito también civil. Hoy junto a los policías, soldados, jueces, alcaides, leyes, están las televisoras, radioemisoras, periódicos, revistas, cine, teatro, escuela privadas, iglesias… que tienen como propósito reproducir el orden y adaptarnos. Cada uno tiene y desempeña su papel para que unos cuantos puedan vivir de los muchos.

No es cierto que sin política estaríamos mejor. Aun sin política existirían las divisiones sociales, ideológicas, económicas, culturales e ideológicas que conocemos. La política surge o se inventa para encauzar esas diferencias y producir los acuerdos necesarios para una mejor convivencia, para eso se crean instituciones, para eso la política como concertación para alcanzar fines comunes o concebida como relación de manda y obediencia crean instituciones. La misma política interpretada como relación de mando y obediencia institucionaliza el poder en el Estado, que si bien formalmente es su asiento en realidad el poder no es más que una correlación de fuerzas, que la fuerza o las fuerzas de mayor peso inclinan a su favor, que al racionalizarse y legalizarse se producen contrapesos para que ninguna de ellas se aniquilen y, en lugar de su aplastamiento, se equilibren y toleren, para que quien hoy es oposición mañana pueda ser gobierno.

Cualquiera que haya visto las primeras páginas de La Política de Aristóteles, seguramente le llamó la atención que dice que sólo los Dioses o las bestias pueden vivir fuera del Estado. Hegel lo retoma para expresar que dentro del Estado todo, fuera del Estado nada. Sublimación que se deriva de que de su triada Familia, Sociedad Civil y Estado, es en este último donde alcanza su plenitud el individuo. En verdad, el Estado no es cualquier cosa. Thomas Hobbes, no acepta el derecho de resistencia, sin embargo, afirma que cuando el Estado que fundó no garantiza ya ni su vida ni sus bienes, sus miembros están en libertad de buscar otro abrigo. Tan importante es que el marxismo, a diferencia de los anarquistas que luchan por abolirlo, busca extinguirlo, pasando el derecho a ser reglas morales, que en lugar de administrar hombres, administre cosas y que se utilice para la transición socialista. La clase trabajadora pasa de ser una clase en si para si cuando va más allá de su lucha economicista, reivindicativa, a una lucha por los aparatos del Estado, para ponerlos al servicio de los productores directos, con el fin de dar a cada quien lo suyo.

La democracia puede dar lugar a que las mayorías electorales coloquen en el poder a partidos favorables a las oligarquías, a grupos clasemedieros, a grupos gerenciales, a grupos confesionales, a grupos populares… pero si ese poder se entrega a un grupo delincuencial como hoy lo hace Morena y el clero católico, para perpetuarse y en adelante solo simular elecciones limpias, como lo hacía el mismo contubernio que encabezaba don Porfirio Díaz, la democracia se acaba y el Estado renuncia a ser Estado.
Para llegar a este escenario escalofriante muchas cosas se han dicho y hecho. Se repite que Morena nos quiere regresar al pasado. Esa es una trampa si no se hace la aclaración de cual pasado.

Los revolucionarios que tumbaron la dictadura porfirista realizaron en 1911 las elecciones más limpias de que se tenga memoria. Bueno, Madero perdió la XXVI legislatura. Esa democracia la ahogó en sangre las cúpulas patronales, terratenientes, clericales y norteamericanas. A raíz del golpe militar del Chacal Huerta, la Revolución se radicaliza y la democracia ya no se plantea construirse súbitamente sino, como dice José Woldemberg, por goteo, gradualmente. Los revolucionarios producen en 1917 la mejor Constitución, recogiendo por primera vez los derechos sociales. Es ley suprema y es programa. Que para variar inmediatamente es desconocida en una carta por el Vaticano, carta que revive en 1926 para intentar asaltar el Estado de la Revolución, con la guerra cristera. En 1929, fundan el PNR, que después es PRM y ahora PRI, para dirimir sus controversias pacíficamente y vigilar que se cumpla el programa de la Revolución. En 1939 los grupos empresariales y clericales, con toda libertad dan nacimiento al PAN, que postula a la presidencia al general Juan Andrew Almazán, ex colaborador del Chacal Huerta.

A pesar de ser un hecho incuestionable, pocos hablan de que quien sacó adelante el paquete de reformas que inaugura la democracia moderna en México, que le dio registro al Partido Comunista Mexicano y a los Sinarquistas, fueron las mayorías del PRI, a diferencia de sus contrincantes. Y les digo contrincantes, porque no sólo Morena, hoy hace todo por ser partido único. No. Tengo muy en mente unas declaraciones que el panista Pablo Emilio Madero, al terminar el mandato de Calderón, hizo, cuando le preguntarán sobre los pendientes que, según él quedaron y sin ningún rubor dijo: nos faltó desmantelar al PRI. Creo que no han renunciado a ese propósito. Dejar solo al PRI en el Estado de México parece ser una contribución que va en ese sentido. Hacer que un Frente no propusiera una frentista sino una representante faccional, fue hacerle muchas concesiones a Morena. La cantaleta de que a Xochitl le pesan los partidos, es otra falacia de los mismos que quieren justificar por anticipado su fracaso. Ya sabemos, ese no es el problema, eso es habitual, que en cada campaña aparezcan por un lado los que le descubren todas las cualidades a su candidato como los que le inventan todos los defectos a los candidatos que no son de su simpatía, pero no se vale el autoengaño.

Los ataques hacia el presidente del CDE del PRI, Adolfo Ramírez y hacia el candidato de este partido a la gubernatura Pepe Yunes, por parte de Cuitlahuac y sus sicarios de la pluma, tienen origen en que hay renacer del orgullo priista, porque las ratas se fueron a Morena y porque cada día crece la convicción de que a Veracruz lo debe gobernar un verdadero veracruzano y que para rescatar las instituciones republicanas y el quehacer democrático de las mafias morenistas que se han entregado al crimen organizado, hay que votar por Fuerza y Corazón. No importa quien convoque la Marcha del domingo 18. Vamos a repudiar a los que se han rendido ante el narco y están destruyendo nuestras libertades.

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