*Amnistía Internacional alerta que el mayor evento deportivo de la historia plantea graves riesgos para aficiones, trabajadores y deportistas.
16.06.2025 La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) debe tomar de inmediato medidas tangibles para salvaguardar los derechos humanos de todas las personas implicadas en la Copa Mundial de fútbol masculino 2026, ha declarado Sport & Rights Alliance.
Cuando falta sólo un año para el inicio del colosal evento en Estados Unidos, Canadá y México, y apenas unos días para que comience la Copa Mundial de Clubes, el 14 de junio de 2025, la escalada de ataques contra los derechos humanos y las libertades civiles amenaza con desvirtuar los compromisos y responsabilidades de la FIFA en materia de derechos humanos, advierte Amnistía Internacional.
“En 2018, Estados Unidos, México y Canadá ofrecieron compromisos claros en materia de derechos humanos en sus expedientes de candidatura para albergar la Copa Mundial de fútbol masculino 2026 de la FIFA”, ha declarado Andrea Florence, directora ejecutiva de Sport & Rights Alliance. “A pesar de que el mantra de la FIFA es ‘el fútbol une al mundo’, al celebrar una Copa Mundial en el marco de políticas discriminatorias y excluyentes se corre el peligro de que las diferencias sociales se agudicen, en lugar de reducirse. La FIFA debe ejercer su influencia y exigir garantías concretas y legalmente vinculantes de que no se sacrificarán más los derechos humanos en aras del juego.”
En sus estatutos, su Política de Derechos Humanos y su Guía del proceso de adjudicación de la Copa Mundial 2026, la FIFA acepta su responsabilidad de respetar los derechos humanos con arreglo a los Principios rectores sobre las empresas y los derechos humanos de la ONU. La Guía del proceso de adjudicación exige específicamente que los países que optan a ser anfitriones documenten su compromiso de garantizar que la organización y celebración de la Competición no supone ningún impacto negativo en los derechos humanos reconocidos internacionalmente. La guía presta especial atención a “los derechos laborales, los derechos de la infancia, la igualdad de género, la libertad de expresión y de reunión pacífica y la protección de todas las personas frente a cualquier forma de discriminación”.
Sport & Rights Alliance ha identificado varias áreas críticas donde las políticas gubernamentales de los países anfitriones de la Copa Mundial 2026 —particularmente Estados Unidos con la presidencia de Donald Trump— suponen riesgos importantes e inmediatos para los derechos humanos de las personas inmigrantes, la libertad de expresión y de prensa, los derechos de las personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales), la seguridad de niños y niñas, y el derecho a no sufrir discriminación, y requieren una intervención urgente y transparente.
Políticas de inmigración discriminatorias
La FIFA prevé una asistencia al torneo de 2026 de 6,5 millones de personas entre los tres países organizadores. Las abusivas políticas de inmigración de la actual administración estadounidense, que incluyen desapariciones forzadas en aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros, prohibiciones de viajar al país, aumento de las detenciones y restricciones en la obtención de visados, representan una amenaza para el carácter inclusivo y global de la Copa Mundial.
A pesar de la orden ejecutiva del presidente Trump en virtud de la cual los equipos que se clasifiquen para la Copa Mundial de fútbol masculino 2026 quedarán exentos de las prohibiciones de viajar, por ahora los familiares no directos y las aficiones de estos equipos que procedan de países cuyos ciudadanos tienen prohibida la entrada en Estados Unidos no podrán acceder a ese país anfitrión. Retrasos, denegaciones y la posibilidad de que se detenga a aficionados, representantes de medios de comunicación y otros participantes procedentes de países concretos podrían alterar gravemente el torneo.
“La FIFA debe reconocer públicamente la amenaza que suponen las políticas de inmigración y otras políticas contrarias a los derechos humanos de Estados Unidos para la integridad del torneo, y utilizar su influencia sobre el gobierno estadounidense para garantizar que se respetan los derechos de todos los equipos clasificados, el personal de apoyo, los medios de comunicación y las aficiones que traten de entrar en Estados Unidos, no importa cuál sea su nacionalidad, identidad de género, religión u opinión”, ha declarado Minky Worden, directora de iniciativas globales de Human Rights Watch. “La FIFA debe establecer criterios y plazos claros para los cambios que deben producirse en las políticas estadounidenses a fin de garantizar que se respetan los derechos de las personas inmigrantes durante la Copa Mundial 2026 y una vez finalizado este torneo.”
Human Rights Watch se dirigió por escrito a la FIFA el 5 de mayo para indicarle que utilizara su influencia y presionara a la administración Trump para que retirara las políticas de inmigración discriminatorias en Estados Unidos. La FIFA respondió el 3 de junio que “espera […] que los países anfitriones tomen medidas para garantizar que toda persona habilitada que forme parte de la Competición pueda entrar a los correspondientes países” y que “está trabajando activamente sobre este asunto con las autoridades pertinentes”. La FIFA afirmó también que se pondría en contacto con las autoridades competentes si tuviera conocimiento de problemas de derechos humanos.
“Las aficiones de los equipos viajan a los países de la Copa Mundial para celebrar y expresar su entusiasmo, y cualquier intento de restringir nuestros derechos fundamentales, incluido el de expresarnos libremente, supone una traición al espíritu del fútbol”, afirmó Ronan Evain, director ejecutivo de Football Supporters Europe. “Nos preocupa especialmente la posibilidad de que se aplique la ley de manera selectiva y se discrimine a las personas aficionadas por sus supuestas opiniones políticas o su país de origen. La FIFA debe obtener las garantías necesarias para asegurar a las aficiones de todo el mundo que pueden viajar con seguridad y asistir a los partidos.”
Derecho a la protesta: libertad de expresión
Dado que la Copa Mundial de fútbol masculino 2026 puede servir de foco de atención para críticas y polémicas públicas, el aumento de las medidas represivas contra la libertad de expresión y el derecho de reunión pacífica, especialmente contra las personas que expresan su opinión y protestan en relación con la situación palestina es profundamente preocupante, en opinión de Sport & Rights Alliance. Se ha detenido a estudiantes y activistas y se les han anulado sus visados por expresar su opinión. La administración Trump también ha desplegado a la Guardia Nacional en Los Ángeles tras las protestas por las detenciones de inmigrantes, por considerar estas protestas actos de “rebelión” contra el gobierno.
La posibilidad de protestar pacíficamente sin temor a sufrir represalias, piedra angular de una sociedad libre, está cada vez más amenazada en Estados Unidos.
Daniel Noroña, director de trabajo de incidencia para las Américas de Amnistía Internacional Estados unidos.
En ocasiones anteriores, el compromiso que afirma tener la FIFA con la libertad de expresión también se contradijo con la imposición de normas que prohibían a jugadores y aficionados hacer declaraciones políticas o religiosas. En la Copa Mundial 2022 de Fútbol Masculino, celebrada en Qatar, por ejemplo, se sacó de los estadios a iraníes que mostraban pancartas con el lema “Woman, Life, Freedom” (Mujer, Vida, Libertad), y se confiscaron banderas arcoíris en varios partidos.
“La posibilidad de protestar pacíficamente sin temor a sufrir represalias, piedra angular de una sociedad libre, está cada vez más amenazada en Estados Unidos”, declaró Daniel Noroña, director de trabajo de incidencia para las Américas de Amnistía Internacional Estados unidos. “El fútbol mundial tiene una larga historia de protestas pacíficas. La FIFA y las autoridades estadounidenses deben garantizar que la Copa Mundial no se convierte en un pretexto para reprimir la disidencia o ampliar la vigilancia masiva, y que cualquier persona, sea jugador, aficionado, periodista o residente puede participar y protestar sin temor a sufrir sanciones, detenciones arbitrarias o trato discriminatorio.”
Discriminación, violencia contra personas LGTBI
El aumento de los ataques legislativos y verbales contra los derechos de las personas LGBTI, especialmente las personas transgénero, en Estados Unidos, pone de relieve la intención del actual gobierno de borrarlas de la vida pública y desmantelar protecciones de cruciales de derechos humanos. Leyes discriminatorias y un clima político hostil respecto a los derechos LGTBI en Estados Unidos podrían amenazar directamente la seguridad, la autonomía corporal, la dignidad y la inclusión de aficionados/as, jugadores y trabajadores/as LGBTI en la Copa Mundial de fútbol masculino 2026.
En México, las personas LGBTI, especialmente las trans y de género diverso, son objeto de violencia en todo el país, una violencia que afecta a su vida diaria y a su participación en actos públicos. Las autoridades federales y estatales deben tomar medidas urgentes para evitar y penalizar la violencia contra personas LGBTI, con especial atención a los peligros que afectan de manera específica a las personas trans y de género diverso.
“La alarmante discriminación y violencia contra las personas LGBTI que existe en Estados Unidos y México arroja una terrible sombra sobre la promesa de una Copa Mundial inclusiva”, ha declarado Gurchaten Sandhu, director de programas de ILGA Mundo. “Como entidad organizadora del evento, la FIFA debe exigir que todas las ciudades y países anfitriones respeten y defiendan los derechos humanos, garantizando que ningún aficionado, trabajador o deportista sufre discriminación por su orientación sexual, expresión de género, identidad de género o características sexuales, y que cualquier ley discriminatoria se impugna activamente y es anulada.”
Libertad de prensa
Los y las periodistas que cubren la Copa Mundial de fútbol masculino 2026 en enfrentan a riesgos específicos y alarmantes tanto en México como en Estados Unidos. México figura siempre como uno de los países del mundo más peligrosos y letales para los y las periodistas, que sufren amenazas, hostigamiento y violencia tanto por parte de la delincuencia común organizada como del funcionariado. La impunidad generalizada de estos delitos crea un efecto intimidatorio, así como zonas de silencio en las que se suprime toda información crítica. En Estados Unidos, los y las periodistas podrían sufrir control invasivo, vigilancia de sus redes sociales y denegación de entrada por sus supuestas opiniones políticas, en menoscabo de su capacidad de informar con independencia.
“A los periodistas que cubren la Copa Mundial debe garantizárseles un acceso sin obstáculos ni restricciones arbitrarias, detenciones o violencia”, ha afirmado Antoine Bernard, director de trabajo de incidencia y ayuda de Reporteros sin Fronteras (RSF). “La FIFA y las autoridades locales deben implementar medidas excepcionales para proteger a todas las personas que trabajan en medios de comunicación, no sólo garantizando que la prensa extranjera puede entrar al país sin complicaciones, sino salvaguardando a todos los periodistas que informen sobre realicen su labor informativa en medio de grandes multitudes y con espectadores enfervorizados, y abordando la impunidad sistémica que permite que persista la violencia en su contra. Es preciso reforzar las políticas locales de aplicación de la ley para garantizar que se distingue a periodistas de manifestantes, transeúntes y aficionados, y comunicar claramente las políticas que piensan seguir para garantizar esta distinción, con total respeto de la libertad e independencia de los periodistas.
Derechos laborales
La enorme magnitud de la Copa Mundial de fútbol masculino 2026 hará preciso que en las ciudades anfitrionas haya una gran cantidad de personas trabajando en estadios, alojamientos, transportes, etc. El desmantelamiento de los programas federales y el sentimiento antisindical de la administración Trump aumentan el riesgo de explotación y trabajo infantil, el robo de salarios y la falta de seguridad en el trabajo para estos trabajadores y trabajadoras esenciales.
“La amplia red de contratos para la construcción de estadios, alojamientos y servicios para la celebración del evento en las ciudades anfitrionas debe basarse en el respeto de los derechos laborales”, declaró Luc Triangle, secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CSI). “Nos preocupa mucho que, sin una protección laboral fuerte y de obligado cumplimiento, este torneo fomente inadvertidamente el trabajo precario e infantil, rebaje los salarios y niegue a los trabajadores y trabajadoras sus derechos fundamentales de organizarse y negociar colectivamente. La FIFA debe exigir un diálogo social fuerte y acuerdos vinculantes para proteger a todos y cada uno de los trabajadores y trabajadoras que contribuyan a esta Copa Mundial.”
Transparencia y lucha contra la corrupción
Sport & Rights Alliance también alberga grandes temores sobre la poca transparencia gubernamental y las débiles normativas contra la corrupción existentes tanto dentro como en torno a la Copa Mundial de fútbol masculino 2016, especialmente dados los cambios de política que han tenido lugar recientemente en Estados Unidos y en México. Al acercarse las fechas del torneo, es necesario que haya una sólida supervisión y un compromiso inquebrantable para evitar la explotación de este acontecimiento mundial para beneficio privado a expensas de los derechos humanos y del interés público.
“La Copa Mundial 2026 de la FIFA tendrá lugar en un contexto global en el que la lucha contra la corrupción está cada vez sometida a más presiones”, ha manifestado Tor Dølvik, asesor especial de Transparencia Internacional. “Todos los países anfitriones y la FIFA deben cumplir y defender sus responsabilidades en esa lucha estableciendo mecanismos integrales de gestión de riesgos que cierren posibles resquicios para la corrupción, así como sistemas fiables para detectar y denunciar irregularidades. La total transparencia de todos los gastos relacionados con la Copa Mundial —antes, durante y después de los eventos— será vital para crear confianza y asegurar la integridad a lo largo de todo el proceso.”
Responsabilidad de la FIFA
La FIFA, como principal agente responsable de un evento que dejará una enorme huella, debe llevar a cabo una evaluación actualizada sobre diligencia debida en materia de derechos humanos y aprovechar inequívocamente su influencia para asegurar que la Copa Mundial de fútbol masculino de 2026 sea un acontecimiento en el que se respetan y se promueven los derechos humanos.
Esta nueva evaluación actualizada sobre diligencia debida en materia de derechos humanos debe tener en cuenta la necesidad de compromisos tangibles para revertir políticas discriminatorias, reforzar las protecciones de grupos históricamente marginados, garantizar una rendición de cuentas real respecto a abusos contra los derechos humanos y establecer mecanismos de denuncia realmente eficaces, transparentes e independientes para las personas que buscan apoyo y reparación. Si no se actúa con firmeza, se corre el peligro de dañar irremisiblemente el legado de la Copa Mundial de fútbol masculino 2026 de la FIFA y sentar un peligroso precedente para futuros grandes eventos deportivos.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
La misión de Sport & Rights Alliance es promover los derechos y el bienestar de las personas a quienes más afectan los riesgos para los derechos humanos asociados con la oferta de deporte. La coalición está formada por Amnistía Internacional, The Army of Survivors, el Comité para la Protección de los Periodistas, Football Supporters Europe, Human Rights Watch, ILGA Mundo (Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex), la Confederación Sindical Internacional (CSI), Reporteros sin Fronteras, Transparencia Internacional y la Asociación Mundial de Jugadores, inserta en Uni Global Union. Como coalición global de destacadas organizaciones no gubernamentales y sindicales, Sport & Rights Alliance trabaja para garantizar que organismos deportivos, gobiernos y otras partes interesadas pertinentes den lugar a un mundo deportivo que proteja, respete y haga realidad las normas internacionales de derechos humanos, los derechos laborales, el bienestar y la protección de la infancia, y la lucha contra la corrupción.