orma Meraz
Pandemia sanitaria, económica, social y política es la que enfrenta México por ahora.
No es menor la conjunción de problemas que exigen atención por parte del gobierno federal, sin embargo sólo existen oídos sordos a tales gritos de auxilio.
México fue por muchos años ejemplo de país democrático luego de la Revolución Mexicana, la primera revolución social del siglo XX.
Para América Latina fue como el hermano mayor.
Nuestro país gozó de estabilidad social, aunque con enormes desigualdades económicas y abandono de los grupos indígenas dispersos por todo el territorio nacional.
México se ganó el respeto en el ámbito internacional aportando ideas y doctrinas que aún rigen en el derecho internacional y un Premio Nobel de la Paz a Don Alfonso García Robles, canciller promotor de la “no proliferación de las armas nucleares” que llevó a firmar el ya famoso Tratado de Tlatelolco.
En los años 70 la gran mayoría de países latinoamericanos estaban gobernados por regímenes militares a excepción de México, Costa Rica y Venezuela.
La insignia de nuestro país fue la de un régimen democrático con todos los defectos que hasta la fecha tiene, pero como “todo por servir se acaba”, este régimen se fue agotando a manos de gobernantes irresponsables, faltos de ética, de conocimiento y amor a México. También ha habido gobernantes honorables y comprometidos con el deber de servir por encima de los intereses personales y de grupos de poder.
Cierto es que el poder va de la mano del dinero, pero aquí hemos padecido la desmedida avaricia de personajes que han sumido al país en una vergüenza que trasciende nuestras fronteras.
Nos ha tocado vivir la alternancia en el poder; de priistas –de centro amplio, como se auto nombran– a panistas, conservadores, de derecha a veces recalcitrante. Y hoy gobernados por una corriente tibia de izquierda.
Ninguno de estos trajes le embona ya a México. Los tres regímenes contagiados por la corrupción dejan hoy al país como un cuerpo sin huesos.
El actual Presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que, como él es incorruptible, el resto de los funcionarios también lo son, pero eso es imposible –personalmente he enfrentado la tentación de policías que no digieren el no pedir para el refresco, aunque no se haya registrado ninguna infracción.
López Obrador aún no se ha definido como liberal del siglo XXI o conservador del siglo XIX.
¿Cuáles son las credenciales democráticas del Presidente
El hecho es que fue el colapso del sistema de partidos lo que llevó a López Obrador al poder y hoy sigue este sistema de partidos, desfondado, agonizante que necesita con urgencia un tanto de oxígeno pues no hay democracia sin partidos
El Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) está roto. Hasta la fecha no ha logrado tomar forma y tal vez menos llegue a la institucionalidad.
Este Movimiento que llevo a López Obrador a la Presidencia de la República enfrenta luchas internas por ganar espacios. Las diferentes “tribus” le están causando dolores de cabeza al Presidente, al grado de haber amenazado que, de seguir así, él podría abandonar a MORENA.
Hay fricciones entre López Obrador y MORENA y ya pintan una brecha.
Ahora bien, el Presidente no acepta la postura de una democracia liberal. Cuando expresa: “aquellos que no están conmigo, están contra mí”, ¿a dónde nos remite?
López Obrador se ha resistido a llevar a cabo una reforma política. No quiere que hablemos de la curva no aplanada del Coronavirus; no quiere que se hable de la debacle económica, menos de señalar que tendremos un decrecimiento del 10.5%, y no quiere que hablemos de los efectos negativos de la pandemia en los ámbitos socio económicos y políticos.
El Presidente continúa llamando a la población a salir de sus casas, a fin de reactivar la economía, aun cuando seguimos en semáforo rojo. Y esto es una contradicción muy peligrosa.
El fondo de ese llamado a reactivar la vida en las calles no es otra cosa que un banderazo político.
La pandemia del Covid19, obligó al Presidente a adelantar los tiempos políticos de las elecciones el año que viene.
Es una elección que recorrerá todo el país. Más de tres mil puestos de elección popular; entre otros, 15 gubernaturas –la tercera parte del padrón electoral–, la Cámara de Diputados Federal, congresos locales, alcaldes y regidores.
La lógica de las próximas elecciones va a ser local. Tomemos en cuenta un nuevo elemento, que es la reelección de diputados, y que serán los partidos los que decidan quienes van y quienes no van a la reelección.
El intento de adelantar la agenda es, en sí, un riesgo para López Obrador. Si MORENA no se institucionaliza, está en peligro de caer en un escenario de mayor fragmentación.
Las elecciones intermedias son para MORENA, una clase de sucesión presidencial, pues. de perder la Cámara de Diputados, el Presidente perderá su instrumento de gobierno.
Las fuerzas de los liderazgos locales son las que van a ir a la lucha por los puestos y las clases medias proletarizadas definirán las elecciones ya que tienen un horizonte incierto con los recortes de empleo y cierre de empresas. Han quedado miles de jefes de familia sin ingresos, claro, en pos de la austeridad, amén de la condición que los deje el Covid 19.
Esta clase media confrontará al gobierno contra sus resultados.
¿Cuánto cobrarán los programas sociales de la 4T en las elecciones?
El déficit de resultados del gobierno lopezobradorista será el costo del voto de castigo para MORENA.
Y a propósito, ¿dónde está la oposición? Por lo pronto el Presidente López Obrador califica de politiquería los acuerdos que el frente panista está haciendo.
Los Estados en disputa son 12 del PRI y tres del PAN que significan por lo pronto dos terceras partes de los gobernadores del país.
¿Quién de los contendientes propondrá un nuevo proyecto de país, con un líder que sepa comunicar, que deje atrás el discurso trivial, las contradicciones y las descalificaciones a quien opina diferente; que se ocupe de los problemas de fondo y no haga proselitismo permanente; atienda a las víctimas de los desaparecidos y asesinados, además de no menospreciar y agredir a los periodistas mexicanos y extranjeros?
¡Cuidado con la polarización que se está adelantando con gran o tolerancia!
¡Ya estamos en cuenta regresiva!
¡Digamos la Verdad!orma Meraz
Pandemia sanitaria, económica, social y política es la que enfrenta México por ahora.
No es menor la conjunción de problemas que exigen atención por parte del gobierno federal, sin embargo sólo existen oídos sordos a tales gritos de auxilio.
México fue por muchos años ejemplo de país democrático luego de la Revolución Mexicana, la primera revolución social del siglo XX.
Para América Latina fue como el hermano mayor.
Nuestro país gozó de estabilidad social, aunque con enormes desigualdades económicas y abandono de los grupos indígenas dispersos por todo el territorio nacional.
México se ganó el respeto en el ámbito internacional aportando ideas y doctrinas que aún rigen en el derecho internacional y un Premio Nobel de la Paz a Don Alfonso García Robles, canciller promotor de la “no proliferación de las armas nucleares” que llevó a firmar el ya famoso Tratado de Tlatelolco.
En los años 70 la gran mayoría de países latinoamericanos estaban gobernados por regímenes militares a excepción de México, Costa Rica y Venezuela.
La insignia de nuestro país fue la de un régimen democrático con todos los defectos que hasta la fecha tiene, pero como “todo por servir se acaba”, este régimen se fue agotando a manos de gobernantes irresponsables, faltos de ética, de conocimiento y amor a México. También ha habido gobernantes honorables y comprometidos con el deber de servir por encima de los intereses personales y de grupos de poder.
Cierto es que el poder va de la mano del dinero, pero aquí hemos padecido la desmedida avaricia de personajes que han sumido al país en una vergüenza que trasciende nuestras fronteras.
Nos ha tocado vivir la alternancia en el poder; de priistas –de centro amplio, como se auto nombran– a panistas, conservadores, de derecha a veces recalcitrante. Y hoy gobernados por una corriente tibia de izquierda.
Ninguno de estos trajes le embona ya a México. Los tres regímenes contagiados por la corrupción dejan hoy al país como un cuerpo sin huesos.
El actual Presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que, como él es incorruptible, el resto de los funcionarios también lo son, pero eso es imposible –personalmente he enfrentado la tentación de policías que no digieren el no pedir para el refresco, aunque no se haya registrado ninguna infracción.
López Obrador aún no se ha definido como liberal del siglo XXI o conservador del siglo XIX.
¿Cuáles son las credenciales democráticas del Presidente
El hecho es que fue el colapso del sistema de partidos lo que llevó a López Obrador al poder y hoy sigue este sistema de partidos, desfondado, agonizante que necesita con urgencia un tanto de oxígeno pues no hay democracia sin partidos
El Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) está roto. Hasta la fecha no ha logrado tomar forma y tal vez menos llegue a la institucionalidad.
Este Movimiento que llevo a López Obrador a la Presidencia de la República enfrenta luchas internas por ganar espacios. Las diferentes “tribus” le están causando dolores de cabeza al Presidente, al grado de haber amenazado que, de seguir así, él podría abandonar a MORENA.
Hay fricciones entre López Obrador y MORENA y ya pintan una brecha.
Ahora bien, el Presidente no acepta la postura de una democracia liberal. Cuando expresa: “aquellos que no están conmigo, están contra mí”, ¿a dónde nos remite?
López Obrador se ha resistido a llevar a cabo una reforma política. No quiere que hablemos de la curva no aplanada del Coronavirus; no quiere que se hable de la debacle económica, menos de señalar que tendremos un decrecimiento del 10.5%, y no quiere que hablemos de los efectos negativos de la pandemia en los ámbitos socio económicos y políticos.
El Presidente continúa llamando a la población a salir de sus casas, a fin de reactivar la economía, aun cuando seguimos en semáforo rojo. Y esto es una contradicción muy peligrosa.
El fondo de ese llamado a reactivar la vida en las calles no es otra cosa que un banderazo político.
La pandemia del Covid19, obligó al Presidente a adelantar los tiempos políticos de las elecciones el año que viene.
Es una elección que recorrerá todo el país. Más de tres mil puestos de elección popular; entre otros, 15 gubernaturas –la tercera parte del padrón electoral–, la Cámara de Diputados Federal, congresos locales, alcaldes y regidores.
La lógica de las próximas elecciones va a ser local. Tomemos en cuenta un nuevo elemento, que es la reelección de diputados, y que serán los partidos los que decidan quienes van y quienes no van a la reelección.
El intento de adelantar la agenda es, en sí, un riesgo para López Obrador. Si MORENA no se institucionaliza, está en peligro de caer en un escenario de mayor fragmentación.
Las elecciones intermedias son para MORENA, una clase de sucesión presidencial, pues. de perder la Cámara de Diputados, el Presidente perderá su instrumento de gobierno.
Las fuerzas de los liderazgos locales son las que van a ir a la lucha por los puestos y las clases medias proletarizadas definirán las elecciones ya que tienen un horizonte incierto con los recortes de empleo y cierre de empresas. Han quedado miles de jefes de familia sin ingresos, claro, en pos de la austeridad, amén de la condición que los deje el Covid 19.
Esta clase media confrontará al gobierno contra sus resultados.
¿Cuánto cobrarán los programas sociales de la 4T en las elecciones?
El déficit de resultados del gobierno lopezobradorista será el costo del voto de castigo para MORENA.
Y a propósito, ¿dónde está la oposición? Por lo pronto el Presidente López Obrador califica de politiquería los acuerdos que el frente panista está haciendo.
Los Estados en disputa son 12 del PRI y tres del PAN que significan por lo pronto dos terceras partes de los gobernadores del país.
¿Quién de los contendientes propondrá un nuevo proyecto de país, con un líder que sepa comunicar, que deje atrás el discurso trivial, las contradicciones y las descalificaciones a quien opina diferente; que se ocupe de los problemas de fondo y no haga proselitismo permanente; atienda a las víctimas de los desaparecidos y asesinados, además de no menospreciar y agredir a los periodistas mexicanos y extranjeros?
¡Cuidado con la polarización que se está adelantando con gran o tolerancia!
¡Ya estamos en cuenta regresiva!
¡Digamos la Verdad!