Cuidado con las encuestas .

** Sin tacto .

/ Por Sergio González Levet /

La primera democracia moderna fue la de Estados Unidos, que se independizó de la Corona inglesa el 4 de julio de 1776 y fue reconocida por la Gran Bretaña mediante el tratado de París del 3 de septiembre de 1783. Seis años después de esa firma, los norteamericanos celebraron sus primeras elecciones, en las que arrolló George Washington, y de ahí se han seguido hasta la fecha, en que Joe Biden es el Presidente número 46.
Bueno, pero Thomas Jefferson en noviembre y diciembre de 1800 fue el primer candidato en utilizar las encuestas como una forma de medición de las simpatías de los ciudadanos, y le fue tan bien que fue designado ganador por el Colegio Electoral el 8 de febrero de 1801 y tomó posesión del cargo como tercer Presidente el 4 de marzo de 1801.
Eso quiere decir que las encuestas como método de medición de la opinión pública están por cumplir 223 años de ser utilizadas en EEUU y se han extendido por todo el mundo y hacia otros ámbitos diferentes al político, como la mercadotecnia. En esos casi dos siglos y cuarto, los estudios de opinión han pasado por todas las innovaciones posibles y también han sido bien o mal usadas en innumerables oportunidades, pues a la par de su eficacia para dar a conocer el pulso de la inclinación popular, han terminado por ser usadas como elementos de propaganda.
Algún abusado sociólogo debió haber descubierto hace algunas décadas que el resultado de las encuestas tenía efectos sobre la intención del voto si se hacía público con algunos trucos publicitarios.
Y no han parado, hasta convertir las encuestas en el artilugio más corrompido por quienes tienen dinero para comprar la conciencia y los resultados de las empresas encuestadoras.
Tienen dinero… es claro que por lo general son los políticos enquistados en el poder público los que disponen de amplios recursos presupuestales para desviarlos hacia las mediciones de opinión.
He ahí la razón por la que Claudia Sheinbaum aparece increíblemente con 30 puntos de preferencia sobre Xóchitl Gálvez según la encuesta realizada por De las Heras-Demotecnia de Rodrigo Galván de las Heras.
Y también ahí está la respuesta de por qué la zacatecana Rocío Nahle aparece de pronto -según Massive Caller de Carlos Campos Riojas- como si fuera doblemente más conocida en Veracruz que el archiconocido Pepe Yunes Zorrilla, quien en esta medición totalmente cuchareada viene siendo un incógnito para sus paisanos.
Si van a hacer esas marranadas, cuando menos pongan algo ligeramente creíble.

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