Ciudad de México.- Después de ser recibida con júbilo en el Palacio de San Lázaro por diputadas y diputados de todos los partidos, a las 5:13 de la tarde, la mandataria del Poder Ejecutivo, Claudia Sheinbaum Pardo, atravesó las arterias del Zócalo Capitalino de la Ciudad de México para llegar a su corazón —la plancha— y nombrar sus primeras promesas a todas las mujeres, adolescentes y niñas del país en las que incluyó sus 100 compromisos, de los cuales 7 fueron dirigidos a ellas.
Tres horas antes de su llegada, alrededor de las 2:30 de la tarde, las antiguas calles del Centro Histórico se tiñeron de guinda —el color del partido de la presidenta— gracias a que más de 35 millones de mujeres, hombres, niñas y niños provenientes de diversas partes del país asistieron al lugar para escuchar a Claudia Sheinbaum Pardo y despedir el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Es importante señalar que este no es cualquier cambio de gobierno, pues la llegada de Sheinbaum al poder se ha leído en clave feminista. Después de 70 años, desde que las mexicanas consiguieron el voto en México, los tres poderes, Legislativo, Ejecutivo y Judicial, han estado, por primera vez, encabezados por mujeres.
“Doctora Sheinbaum, gracias a usted… mis hijas crecerán sabiendo que es posible el sueño de ser Presidenta. Corazón que late a la izquierda”, se leía en el reverso de un cartel con la silueta de la mandataria que una mujer cargaba con alegría entre sus brazos sobre la avenida Francisco I. Madero.
Dijo una mujer de mediana edad que con emoción y acompañada de su hermana, sostenían la silueta de la primera presidenta de México.
Pese a que aún faltaban algunas horas para que la mandataria del Ejecutivo llegase al Centro Histórico, el paso sobre Avenida Juárez estaba cerrado por la multitud; era imposible para todas y todos llegar hasta donde se divisaba la presidenta y su equipo técnico lo sabía. Por ello, a través de pantallas gigantes distribuidas a lo largo de las calles principales del centro, los altoparlantes anunciaron la llegada de Sheinbaum al pódium, espacio donde mujeres indígenas y afrodescendientes la esperaban para otorgarle el bastón de mando de los pueblos indígenas.
Mientras algunas personas esperaban el paso, otras tantas decidieron quedarse a mirar frente a estas pantallas gigantes la llegada de la presidenta de México, misma que fue recibida con lágrimas en los ojos.
Algunas personas expresaron su asombro, como fue el caso de Cecilia, una mujer de 56 años que advirtió a Cimacnoticias que había esperado mucho tiempo este momento. «Ustedes jóvenes, las muchachas del género femenino, han hecho posible que esto pase. Me siento orgullosa de tener a mi primera presidenta».
Tras esta entrevista, los rostros de las mujeres, muchas de ellas adultas mayores, voltearon la cabeza a las grandes pantallas: Claudia Sheibaum había subido a la tarima montada frente a Palacio de Bellas artes con un vestido blanco bordado a mano por la artesana oaxaqueña Claudia Vásquez Aquino de la comunidad de Santa María Xadni.
Con jubilo, muchas de ellas desplegaron sus bancos, sabían que no llegarían a la plancha del Zócalo, pero eso no las detuvo, iban bien preparadas para el momento que nadie les iba a arrebatar.
“Hoy primero de octubre de 2024 es un día histórico para las mujeres. Por primera vez, después de 200 años de existencia del estado mexicano, una mujer recibe el noble encargo de dirigir el destino de este país, así lo quiso el pueblo y los pueblos indígenas y afromexicanos en la elección del 2 de junio del presente año», se escuchó decir a una de las mujeres encargadas de entregarle el bastón de Mando a la presidenta por los altoparlantes.
Ahora todo el Centro escuchaba a las mujeres que acompañaban a la presidenta de México y sus 100 promesas de gobierno.
El discurso de las 100 promesas
La mandataria fue rápida y concisa. Tras una breve despedida para Andrés Manuel López Obrador, expresidente de la república, la mandataria remarcó el lema que tanto se ha repetido en el sexenio pasado: “Con el pueblo todo; sin el pueblo nada”.
En su primer discurso enumeró los cien compromisos de su administración, entre estos resaltan algunos puntos nuevos e importantes para las mujeres como los siguientes:
- Elevar a rango constitucional la igualdad sustantiva de las mujeres en todas sus formas y el derecho que tenemos a una vida libre de violencias.
- Desarrollar un programa nuevo que proteja a las mujeres de 60 a 64 años con un apoyo bimestral equivalente a la mitad de la pensión de los 65 y más.
- Creará el Programa SOS Mujeres, que incluye un número de atención nacional vinculado con el 911 y la obligatoriedad de abogadas mujeres en Ministerios Públicos.
- Se enviará al congreso iniciativas para garantizar refugios, pero sobre todos para que los agresores se salgan de casa y las mujeres permanezcan en el hogar con sus hijos.
- Se busca promover también la creación de fiscalías especializadas de feminicidios y la obligatoriedad de que cada muerte de una mujer sea investigada como feminicidio, nunca más lo que ocurrió en Morelos.
- Garantizar el acceso a la salud de las mujeres en todo su ciclo de vida especialmente en lo que se refiere a salud sexual y reproductiva.
- Más de 150 mil mujeres tendrán apoyo para ser reconocidas como garantes de derechos agrarios.
Adicional a estas iniciativas, la presidenta señaló que implementará los Centros de educación y cuidado de la primera infancia, que permitan avanzar en materia de igualdad sustantiva entre mujeres y hombres.
Otros hitos importantes que no se encontraban en el antiguo sexenio, tienen que ver con que ahora habrá una reforma para revertir la reelección de legisladores y presidentes municipales, la creación de la Secretaría Anticorrupción en sustitución de la actual Secretaría de la Función Pública y la creación de una red de Farmacias del Bienestar.
Remarcó que no usará avión presidencial, no tendrá Estado Mayor Presidencial y pedirá a los legisladores de Morena que hagan nuevas reformas para que nadie en el sector público gane más que la Presidenta de la República. Pero eso sí, remarcó que no vivirá en Los Pinos, sino en Palacio Nacional.
También comentó que seguirá los pasos de Andrés Manuel López Obrador y continuará con las conferencias de prensa “mañaneras”, pero ella las comenzará a las 7:30 de la mañana, media hora más tarde que AMLO y con conferencias más cortas.
Ofreció mantener y mejorar programas como “La escuela es nuestra”, “la clínica es nuestra”, “jóvenes construyendo el futuro”, “becas Benito Juárez” y el de pensión de adultos mayores -el más añejo del lopezobradorismo.
Asimismo, dijo que su sexenio busca comprometerse con las y los más jóvenes, “sacándolos de la delincuencia”:
“Atender las causas significa garantizar el derecho a la educación, vivienda, trabajo digno de las y los jóvenes de nuestro país. Y haremos el programa Jóvenes Uniendo a la Nación para sacar a los jóvenes, seguir sacando a los jóvenes de la delincuencia”.
Por último, con voz enérgica condenó las acusaciones de que la Guardia Nacional era sinónimo de militarización, pues “no hay violaciones a los derechos humanos”.
“Además, la comandanta suprema de la Fuerzas Armadas es una civil y es mujer, y nunca vamos a dar una orden para reprimir al pueblo de México”.
Concluyó que ahora México tendrán “más democracia, más libertades y un verdadero Estado de derecho”, esto tras aprobar de igual forma la reforma al Poder Judicial.
“Tengo claro que el Segundo Piso de la Cuarta Transformación lo vamos a hacer todos y todas. Por ello, me comprometo con ustedes que entregaré mi conocimiento, mi alma, mi vida y lo mejor de mí misma por el bienestar del pueblo de México. Me comprometo con ustedes a defender siempre a México. Me comprometo a enaltecer el amor, la verdad, la honestidad y la fraternidad, y a condenar cualquier forma de discriminación.
Me comprometo a seguir haciendo historia.
¡Que viva la Cuarta Transformación! ¡Que viva México!”
Gritó la presidenta con energía, mismo que fue bien recibido por todas las y los asistentes que junto Claudia Sheinbaum, entonaron el Himno Nacional Mexicano antes de despedirla del Zócalo Capitalino.
Sin duda, el 1 de octubre de 2024 será recordado como la fecha en que México, un país machista y patriarcal, cedió el poder a la primera presidenta después de 65 hombres tras ella. El nuevo sexenio en México tiene nombre de mujer.