De Ciudad Industrial a ciudad abandonada .

*Desde el Café .

/ Bernardo Gutiérrez Parra /

Cuando la Ciudad Industrial Bruno Pagliai (CIBP), comenzó a operar a finales de los años 70 del siglo anterior, fue sobre un terreno apenas cinco veces más grande que el que ocupó la Megafarmacia de Andrés López Obrador en Huehuetoca. La diferencia es que la Megafarmacia, cuya inversión fue de 15 mil millones de pesos ya no funciona, y la Ciudad Industrial ha crecido una barbaridad.

Situada entre la comunidad de Tejería y la colonia Progreso del puerto de Veracruz, lleva el nombre del italo-mexicano Bruno Pagliai que en los años 50, 60 y parte de los 70, fue considerado el empresario más rico del país y de América Latina.
¿Qué no era Miguel Alemán Valdés? No. En aquellos años don Miguel era considerado el POLITICO más rico del país y de América Latina.

La primera empresa que se instaló en esa Ciudad Industrial fue Tubos y Aceros de México (TAMSA), propiedad de Bruno Pagliai. Pero en la actualidad cuenta con aproximadamente 290 empresas e industrias de diversos giros como metalúrgicas, manufactureras, de servicios para la industria petrolera, empacadoras de alimentos y un largo, larguísimo etcétera.

A pesar de sus 50 años, la CIBP sigue siendo la zona de mayor proyección para los inversionistas por su estratégica posición y su conexión con el centro del país. Pero…
La Ciudad Industrial tiene problemas; serios problemas.El abandono es palpable y visitarla es un tormento porque su infraestructura carretera y urbana están prácticamente en el abandono.

Esto ya agotó la paciencia de los empresarios que han buscado de todas las formas posibles que el gobierno estatal los atienda y resuelva esa y otras irregularidades que son graves.

Los empresarios se preguntan qué se han hecho cientos de miles de pesos que pagan cada mes por concepto de mantenimiento y nadie les ha dado respuesta.

Esos recursos se entregan al Fideicomiso “Fondo del Futuro”, administrado por Ana Laura del Ángel Olivares, que ocupa el cargo desde el sexenio de Cuitláhuac García y evidentemente está actuando con opacidad ya que no les ha dicho a dónde ha ido ese dineral.

Los hombres y mujeres de empresa tocaron la puerta de la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario (SEDECOP) que preside Ernesto Pérez Astorga y los ignoraron. Quien sí los recibió fue el subsecretario, Eduardo Vega Yunes, que ofreció revisar las condiciones en las que opera ese Fondo e incluso habló de hacer una auditoría.
Pero nada.

El sábado anterior aparecieron lonas con reclamos a la gobernadora Rocío Nahle donde se lee: “Exigimos un plan de mantenimiento real, no más simulaciones. ¡Basta de opacidad!”
Como siguen sin hacerles caso, los empresarios están buscando un encuentro con el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, para exponerle sus quejas.

Si cualquier funcionario de la SEDECOP se diera una vuelta por la Ciudad Industrial se iría de espaldas al darse cuenta que sus calles simplemente están intransitables, que casi no existe alumbrado público y los empleados de las casi 300 empresas ahí asentadas están en riesgo permanente por la inseguridad, mientras la administradora Ana Laura del Ángel Olivares, hace como que hace y no hace nada.

Bueno sería saber si la gobernadora Nahle tiene conocimiento que quien presta los servicios de mantenimiento es Jorge Lohmann Díaz, cuñado de Fernando Yunes Márquez. Entre ambos tienen a Valentín Severino del Cueto Garcés como jefe de mantenimiento de la Ciudad Industrial Bruno Pagliai.

¿Quién protegerá a Ana Laura del Ángel Olivares y al grupo de prestadores de servicios ligados a la familia Yunes Márquez? Bueno sería saberlo.

El problema es serio lector, porque al ver el abandono en que se encuentra esa Ciudad Industrial, empresarios que han sido invitados a participar en nuevos proyectos como los que se tienen planeados para Tuxpan y Coatzacoalcos, temen que no les cumplan lo que les han ofrecido y estén pensando con mucho detenimiento si vale la pena invertir en Veracruz.
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