De la comunidad UNAM, 5,529 personas se reconocen con por lo menos una de 20 expresiones o identidades del “arcoiris”: revela encuesta

• 17% experimentó ideaciones suicidas por la discriminación en la universidad, revela Primera Consulta de la comunidad LGBTTTIQ+
• Programa de Diversidades y Disidencias Sexogenéricas con 112 Comisiones Internas de Igualdad de Género, acciones desde la CIGU-UNAM

/ Miriam Ruiz Mendoza / Coordinación para la Igualdad de Género /

26.06.2023. Ciudad de México.- Vivo y pujante. Así es el movimiento por la diversidad en la UNAM, la mayor universidad de América Latina. Entre más de medio millón de personas, parte de la comunidad universitaria en el país, 5,529 afirman pertenecer por lo menos a uno de los colores del arcoiris. Aunque no es el paraíso y persisten actitudes discriminatorias, este mes ha sido de concientización y celebración, desde el estudiantado y profesorado hasta la rectoría, para dar un espacio a quienes viven su identidad y el amor de una manera distinta.

En 2022, la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU), instancia de la Rectoría, realizó la Primera Consulta Universitaria sobre condiciones de igualdad de género de la comunidad LGBTTTIQ+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Transgéneros, Transexuales, Intersexuales, Queer y más) en la UNAM, donde se visibilizó que 5,529 personas de la comunidad universitaria se reconocen con por lo menos una de 20 expresiones o identidades del arcoiris.

La encuesta reveló que más de 17% de respondientes “declaró haber experimentado ideaciones suicidas como resultado de la discriminación vivida dentro de la Universidad”. Casi 55% afirmó que no habla de su orientación sexual e identidad de género por tales acciones de discriminación.

Quienes respondieron esto último, como parte del alumnado, profesorado o exalumnado, argumentaron gestos de desagrado, comentarios estereotipados, burlas o chismes y obstáculos para acceder a espacios y derechos. También reportaron intimidaciones, amenazas y maltratos físicos.

La CIGU, oficina establecida por la Rectoría de la UNAM en 2020, cuenta con el Programa de Diversidades y Disidencias Sexogenéricas, para transformar la realidad universitaria. No todo se hace desde la oficina, ya que se han sumado más de 112 grupos conformados por estudiantes y profesorado en las diferentes facultades, llamadas Comisiones Internas de Igualdad de Género (Cinig). En este mes de junio realizaron un centenar de actividades, bajo el paraguas #OrgulloUnam.

Cabe señalar que la primera marcha del orgullo UNAM se llevó al cabo en 1978, hace 45 años. Los cambios se dieron a través de las décadas.

La doctora Tania Rocha Sánchez, quien pertenece al Sistema Nacional de Investigadores y con una trayectoria en la Facultad de la Psicología de la UNAM, desde la licenciatura hasta la fecha y donde hace investigación sobre la realidad de las mujeres y de las comunidades diversas, así como integrante de la Cinig en su facultad, valora los retos y avances de la visibilidad de estas.

“Me emociona y me conmueve ver las realidades que tiene hoy el estudiantado. Para mí, como estudiante, no hubo referentes tan cercanos, tan inmediatos, tan a la mano sobre diversidad y disidencias. De tal suerte que yo veo en las juventudes lo que posibilita verles en los diferentes espacios en la universidad, plantear sus dudas y retarnos a generaciones con mayores año de vida con otras formas posibles de nombrarnos y vivirnos”, expresó.

La doctora Rocha —investigadora principal en la Consulta Universitaria— conoce los retos actuales. Sobre la normatividad universitaria, expone que “falta una política clara y contundente, en papel, sobre el tema LGBTIQ+”. Se han hecho realidad iniciativas y propuestas, “pero no necesariamente parte de una mirada institucional”.

Atareada, la doctora Rocha colabora con la CIGU para la capacitación del profesorado de bachilleratos y otros en temas de igualdad y genera actividades feministas y de diversidad en la facultad, como parte de la Cinig. Si bien no se autodenomina activista, ha tenido presencia en el Senado y otros espacios para que se prohíban las llamadas “terapias de conversión” para la comunidad LGBTIQ+.

Aunque en otras universidades se habían hecho estudios sobre la comunidad LGBTIQ+, en la UNAM “nos enorgullece, no solo por dar cuenta de una situación que hay que atender, porque es grave. Hasta 80% personas LGBTIQ+ vivieron violencia por lo menos una vez en la UNAM”. Es importante también, porque “sirvió para visibilizar que existimos como comunidad LGBTIQ+ y más, no solo en el estudiantado, sino también en el profesorado y también en el personal administrativo y en el funcionariado. Las personas LGBTIQ+ estamos con diferentes formas, posibilidades y realidades”, añadió.

Doctorante en Ciencias Biomédicas, Juan Francisco Duarte Campos hace un balance de la vivencia de la diversidad en la UNAM: “Hay muchas cosas que ya hemos logrado como comunidad, como ganar visibilidad, ganar espacios, ganar respeto en muchos aspectos”.

Reconoce: “Mi experiencia personal es de mucho privilegio… Yo he pasado por lugares de la universidad, como la Prepa 6, la Facultad de Ciencias, ahora en el Instituto de Investigaciones Biomédicas, que de alguna forma privilegia la visibilidad, el respeto y la tolerancia, el tener eventos, el tener espacios exclusivos directamente o exclusivamente dedicados a la comunidad”.

Sin embargo, Juan Duarte, secretario de la Cinig de Instituto de Investigaciones Biomédicas analiza: “Yo sé que no todos la pasan igual… no sé. Yo sé que a pesar de que existe toda está representación del arcoiris, como dices, no están ganados los espacios. Igual para las otras diversidades y las formas de violencia. Sí están ahí. Siguen presentes, siguen muy patentes en muchos espacios”.

“La comunidad trans está mucho más invisibilizada, y la violencia que vive está mucho más patente, incluso en el discurso, en el lenguaje de la gente, de los académicos, de los profesores. Creo que las identidades que se refieren a la orientación sexual -—L, la G, la B— está un poquito más normalizado. Yo, de pronto de broma, digo como que la G ya está muy vista. Pero tenemos que dar visibilidad al orgullo en general, ¿no?”, aclara.

“Hace falta justamente —continúa— dar foco a otras partes de la diversidad. La T es un ejemplo claro, ¿no? La identidad trans, la identidad intersex, las otras orientaciones que no están tan visibilizadas, como la bisexualidad, que la gente no entiende muy bien”, puntualiza. Desde luego, agrega, se tiene que generar una visibilidad positiva, no una donde sea como “ponerles un tiro al blanco en la espalda. Así mejor, no. Gracias”.

Con las integrantes de la Cinig, además de las múltiples actividades de cierre de semestre, se movilizaron para lograr en el Mes del Orgullo un cine-debate en Biomédicas, una de las 100 actividades que este mes se tendrán en la UNAM. El 24 de junio participaron en la XL Marcha del Orgullo de la Ciudad de México.

 

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