/ Yamiri Rodríguez Madrid /
Aunque sí se dan algunas charlas a jóvenes de preparatoria y universidad sobre la violencia en el noviazgo, es un tema en el que hay que insistir. En un alto porcentaje de los feminicidios perpetrados en Veracruz, y en todo el país, el homicida es la pareja de la víctima. El caso más reciente lo acabamos de vivir con Karina Casillas, la joven universitaria que fue asesinada por su novio el 18 de febrero en el Puerto y quien, acto seguido, intentó quitarse la vida.
Karina tenía 25 años y estudiaba la carrera de Nutrición en la Universidad Veracruzana (UV). Tristemente no es ni la primera ni la última universitaria en morir de esta forma. Monse Bendimes, de solo 20 años de edad y con toda una vida por delante, fue asesinada en 2021, en Boca del Río, por su novio Marlon Botas; por eso es urgente redoblar las campañas de prevención de las violencias; no permitir que estas se normalicen, terminen en feminicidio.
Es cierto que las jovencitas deben poder detectar cualquier tipo de violencia, pero también las madres y padres de familia tenemos un peso enorme en esta tarea en la manera en que educamos a nuestros hijos. Prohibirle el novio a la novia usar determinada prenda de vestir, es un foco rojo: es violencia. Los celos enfermizos, son otro foco rojo. Eso no es de ninguna manera amor, es manipulación. El chantaje de quitarse la vida si los dejan, es también violencia. Los insultos, los apretones, las amenazas de golpear a amigos, los gritos y los golpes, es el indicador de que es momento de alejarse antes de convertirse en una estadística.
Este 2023 inició con 68 feminicidios en todo el país; 7 de estos fueron en Veracruz; es decir, 10 por ciento de este tipo de asesinatos contra jóvenes y mujeres. Y lo que nos falta.
@YamiriRodriguez