De promesas incumplidas y atole con el dedo.

Sin tacto.

Por Sergio González Levet.

Una de las más famosas y veleidosas promesas de campaña del candidato Andrés Manuel López Obrador fue que descentralizaría las secretarías del Gobierno federal hacia ciudades de provincia, a fin de que estos lugares tuvieran una derrama económica adicional.
Llegó a Presidente Electo Andrés Manuel y de inmediato hizo declaraciones en el sentido de que ya se estaba trabajando en la descentralización. Se hicieron anuncios, se nombraron las nuevas sedes…
¡Y nada más se ha hecho!
Una nueva muestra del atole con el dedo presidencial, quien no reconoce que su promesa no se ha cumplido tampoco en este asunto, y se enoja si alguien se atreve a preguntarle sobre ello, como pasa con muchas otras cosas.
La primera dependencia que dizque se descentralizó fue la Secretaría de Educación Pública. Esteban Moctezuma y su staff estuvieron despachando en unas oficinas prestadas por el Instituto Tecnológico de Puebla, y en los primeros días del sexenio estuvieron haciendo presencia en el lugar, pero poco a poco las actividades se fueron regresando al edificio central de la calle Argentina, en pleno centro histórico de la Ciudad de México, y todos le huyen a ir a qué chula es Puebla, qué linda.
Lo mismo sucedió con Quintana Roo. Fue hasta Chetumal, en el c… del mundo, el presidente López Obrador y le dijo a sus casi paisanos que la economía de la capital iba a ser renovada por la llegada de esta importante oficina y porque la región volvería a ser zona libre para la importación de productos extranjeros.
Pero no, solamente llegaron unos cuantos funcionarios de Turismo, ocuparon también unas oficinas prestadas en el Centro Internacional de Negocios y Convenciones, y Miguel Torruco no se ha vuelto a parar por allá.
Cuente usted lo mismo para Tlaxcala y la Secretaría de Cultura, Sonora y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Oaxaca y la Secretaría de Bienestar Social, Nuevo León y la Secretaría de Economía, Chihuahua y la Subsecretaría de Minería, Yucatán y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Michoacán y el IMSS, Tabasco y la Secretaría de Energía (cerca de Coatza, ¿verdad Rocío Nahle?), Veracruz y Conagua…
Eso sí, cada secretario del Gabinete ha visitado convenientemente los lugares en los que supuestamente estarán sus nuevas oficinas; cada uno también se ha entrevistado con el gobernador o gobernadora correspondiente; cada uno ha empezado a ver lugares para instalar o construir la sede de su correspondiente dependencia… y cada uno de ellos se ha ido difuminando del estado en que les tocó, para concentrarse en la ciudad de México, de donde ninguno quiere salir para no alejarse del centro del poder.
Eso de la descentralización fue otra mala idea del Presidente, quien se lanzó a hacer afirmaciones sin pensarlo mucho y sin que hubiera estudios de viabilidad que le confirmaran la posibilidad de su ocurrencia.
Otro atole con el dedo, una más que no se cumple porque no se podía cumplir, y con la que no hablaron ni han hablado con la verdad.
“No robar, no mentir, no traicionar al pueblo”.

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