María Ramírez
SemMéxico, Cd. de México, 13 de septiembre, 2021.- El pasado jueves 9 de septiembre Carolina Hidalgo, una médica veterinaria acudió a la farmacia. Mientras ella era atendida, un hombre entró demandando ser atendido de manera violenta. Carolina le pidió a la cajera que pudieran terminar con su orden primero antes de que pasara el señor.
Fue entonces que este hombre identificado como «Eduardo N» comenzó a agredir a Carolina insultándola.
«Pinche lencha», «feminazi», «ustedes siempre salen con lo suyo» fueron algunos de los insultos que lanzó este hombre en contra de Carolina y luego de la agresión verbal vino la agresión física, comenzó a empujarla, y posteriormente la pateó.
«Te voy a partir tu madre”; “Tócame y yo te reviento el hocico” y “Sé dónde vives” gritaba el agresor.
Mientras él le pegaba, Caro gritaba por ayuda, pero nadie de quienes estaban alrededor intervinieron excepto por un ciudadano al final que iba pasando que le pidió a él que se calmara.
Cuando el señor intentó darse a la fuga, Carolina se interpone entre él y su vehículo. Cuando llegaron las patrullas, este señor comenzó a decir que él era la víctima, que ella lo había agredido y los policías los remitieron a la delegación Cuauhtémoc por riña. Esto a pesar de que Carolina les dijo que tenía pruebas de la agresión pues había grabado en su celular lo que le había dicho el señor.
Llegaron con a la juez cívica CUH-2. Estando ahí, las autoridades intentaron persuadir a Caro para que no interpusiera ninguna denuncia intimidándola y diciéndole que mejor le otorgará el perdón porque él decía ser una persona de la tercera edad y la amenazaron con meterla a la cárcel.
Se valoró el estado de salud de ambas partes en un hospital y se constató que el señor presentaba lesiones menores dado que ella se defendió ante el ataque, mientras que Carolina presentaba una contusión en la rodilla izquierda y le pusieron un yeso. Sin embargo, las autoridades también consideraron que la lesión que ella presentaba también era menor porque no necesitaría más de 15 días de recuperación.
Pasadas unas horas, Carolina constató que el agresor no era una persona de la tercera edad. La jueza entonces les dio dos opciones: o se perdonen ambos, o ambos se van al “Torito” 36 horas.
A principio Carolina decide que lo va a perdonar, pero el agresor siguió amenazándola, burlándose de ella, agrediéndola sin que las autoridades le pusieran un alto.
“¿La única forma que existe para que este señor pague en algo la agresión que me hizo es que los dos vayamos a la cárcel?” preguntó Carolina a la jueza y ésta contestó que sí. “Pues entonces vamos a la cárcel, no voy a permitir que se quede impune” dijo Carolina.
Fue así como luego de ser agredida y de que las autoridades no escucharan su versión, no la asesoraran para poder interponer una denuncia ante el ministerio público por agresión y por discriminación, Carolina y el agresor fueron llevados al “Torito” en donde debían permanecer 36 horas.
Ahí afortunadamente, y a diferencia de lo ocurrido en la delegación, Carolina recibió un buen trato por parte de las autoridades quienes incluso señalaron que ella no debía de haber llegado a ese lugar.
Ya en libertad, Carolina dice a SemMéxico que se encuentra un poco más tranquila. Ha tenido ya contacto con una abogada y entablará la demanda por agresiones y discriminación en contra del agresor. Además, interpondrá algún recurso ante la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX por el mal trato recibido por parte de las autoridades de la delegación Cuauhtémoc.
Tendrá que tener la pierna inmovilizada hasta el 23 de septiembre, día en el que el ortopedista determinará si es necesario realizar una resonancia magnética o si uede ya iniciar un proceso de reahibilitación y de qué tipo.
El impacto de este episodio no ha sido sólo físico. Caro y su esposa temen por su integridad y por la seguridad de su hogar y de su negocio, pero no se darán por vencidas.
“Tenemos que exigir que el sistema se cambie por dentro no podemos seguir permitiendo que intimiden a lxs denunciantes y que nublen el proceso. ¡Exigimos justicia!” señala Carolina.
Sobre este caso, Lessie Ann Hidalgo- Scott, esposa de Carolina, señala que solo quieren vivir en un país donde puedan sentirse libres de ser quienes son, sin miedo.