*Escrito por Luz Cecilia Andrade.
24.10.2024 /Cimac Noticias.com/ Ciudad de México.- De acuerdo con la Red Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas (RNPDNO) de enero a septiembre de 2024 se registran más de mil desapariciones en Chiapas de las cuales 345 son niñas, niños y adolescentes, es decir, el 34% del total de desapariciones, siendo Tuxtla, Tapachula, Comitán, San Cristóbal de las Casas y Reforma donde se concentra el 50% de las desapariciones de las infancias.
Esto es alarmante, pues las violaciones graves afectan de forma diferente a los niños y a las niñas. Según los casos denunciados por la ONU, de los menores de edad reclutados el 85 % eran niños. Mientras que el 98 % de los actos de violencia sexual se cometieron en contra de niñas.
La Red por los Derechos de las Infancias y Adolescencias en Chiapas (REDIAS), señala que la sistematización de fichas de Alerta Amber – la cual se activa en caso de secuestro infantil- de Chiapas y de la Comisión Estatal de Búsqueda contabiliza actualmente 354 casos.
En cuanto al secuestro y la matanza, así como la mutilación, estos actos afectaron de forma más notable a los niños que a las niñas ( 76 % y un 70 % respectivamente), detalla Amnistía Internacional.
“Chiapas, una bomba de tiempo”
Estas cifras, sin duda alarmantes, devienen de un contexto de conflicto armado que se ha gestado en Chiapas años atrás y que el padre Marcelo Pérez, activista reconocido en la región de Los Altos, asesinado el domingo pasado por grupos armados, describió como “una bomba de tiempo”.
En junio de este año, por ejemplo, Cimacnoticias documentó que los conflictos entre grupos políticos y armados han puesto en riesgo la vida de infancias y adolescencias en al menos 10 municipios de Chiapas.
En su momento las defensoras del estado demandaron la atención inmediata a la crisis humanitaria que se vive en entidades como Tila y Pantelhó con énfasis en población de niñas, niños y adolescentes víctimas de desplazamiento forzado. Pero hasta el momento no ha habido respuestas claras.
En noviembre, a 34 años de la Convención de los Derechos de la Niñez, REDIAS expuso su preocupación por los escenarios «sumamente complejos» a los que se enfrentan para garantizar la sobrevivencia, vida y desarrollo de niñas, niños y adolescentes en Chiapas quienes se han convertido en objetivo de grupos criminales a través del reclutamiento forzado, que en la entidad tiene la modalidad de enganche mediante endeudamiento.
La organización ha venido advirtiendo que están en riesgo 2 mil 507 niñas, niños y adolescentes de ser reclutados en San Cristóbal, y 8.1 % en el estado.
Para dimensionar esta violencia basta ver las cifras del 2023 respecto a distintos fenómenos: 428 denuncias de desaparición de niñas, niños y adolescentes: 4 adolescentes asesinados por arma de fuego; 2 eventos de desplazamiento forzado de comunidades en Chenalhó, Frontera Comalapa y Motozintl.
“Casi siempre estamos aterrorizados por los disparos que se dan en mi comunidad”, así resume un adolescente de los Altos, el sentir de las infancias y adolescencias en dichos contextos.
En septiembre, REDIAS, en alianza con la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), hicieron un llamado urgente al Estado para garantizar la seguridad de las niñas, niños y adolescentes afectadas de Chiapas.
La organización MeLel Xojobal, que trabaja con niñas, niños y adolescentes tsotsiles y tseltales en Chiapas, señala que este es uno de los estados más violentos para las niñas y adolescentes debido a que es la entidad con el mayor número de embarazos adolescentes y matrimonios infantiles en el país.
Hasta el momento, del 37% de las infancias y adolescencias desaparecidas en Chiapas, 22% no han sido localizadas. 79 niñas, niños y adolescentes reportados como desaparecidos en 2024 no han sido localizados y 2 fueron localizados sin vida, advirtió REDIAS.
Conflictos armados: principal fuente de violencia para infancias
Amnistía Internacional señaló en 2023 que las niñas y niños son de los grupos de personas que más sufren durante un conflicto armado y por ello los Estados y la comunidad internacional tienen obligación de brindarles una protección especial.
En la Declaración de Ginebra sobre los derechos del niño de 1924 se declaró que “la humanidad ha de otorgar al niño lo mejor que pueda darle” y que “el niño debe ser el primero en recibir socorro en caso de calamidad”.
Existen otras leyes y normas que velan por la seguridad de niñas y niños, de sus comunidades y que contribuyen a la recuperación después de la guerra. No obstante, aún seguimos viendo que las infancias y adolescencias son vulneradas, desplazadas y desaparecidas a raíz de estos conflictos y grupos armados.
Resolver estos conflictos es complicado, pues la ayuda que las niñas, niños y adolescentes necesitan en estos contextos depende de la valoración que se realice de su situación en concreto.
La Organización de Naciones Unidas definió seis violaciones graves contra los niños y las niñas en tiempos de guerra:
- El asesinato y la mutilación de niños/as
- El reclutamiento o la utilización de niños/as como soldados
- La violencia sexual contra los niños/as
- El secuestro de niños/as
- Los ataques contra escuelas y hospitales
- La denegación de acceso humanitario para los niños/as
Para prevenir que estos escenarios sigan pasando, el estado debe garantizar protección general de la infancia, combatir su reclutamiento a través de medidas específicas; brindarles rehabilitación así como reintegración social, de lo contrario, la problemática continuará.