*Entre los mayores desafíos para enfrentar esta problemática están la corrupción del sistema de justicia y la colusión de autoridades con los grupos criminales, que permiten estos delitos: Serena Chew Plascencia.
/ Mirtha Hernández /
05.09.2024.- La desaparición forzada tiene que erradicarse de nuestra vida social, y desde las ciencias sociales debemos trabajar para entender la complejidad de este problema, garantizar la verdad y la justicia a las familias que lo sufren, así como la reparación del daño y la no repetición.
Así lo afirmó la académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Serena Chew Plascencia, durante el pódcast Construyendo el debate. Desaparición forzada: visibilización y desafíos, en el que expuso que este flagelo tiene actualmente dos dimensiones: la desaparición de personas cometida por el Estado y la que realiza el crimen organizado.
Ambas, dijo, se han incrementado desde 2006, tras el inicio de la guerra contra el crimen organizado y que se mezcla con otros delitos, como la trata de personas, el trabajo forzado y la explotación sexual.
Con ella coincidió el licenciado en Comunicación por la FCPyS y fundador de la organización “Ayúdame a encontrarlos. Haz que regresen”, Yohamin Eduardo Pérez, quien recordó que en nuestra nación suman ya más de 110,000 personas en esta condición, y lamentó que el gobierno no establezca comunicación con los familiares de desaparecidos, quienes viven en un duelo intermitente.
Serena Chew, quien también es maestra en Estudios Políticos y Sociales y antropóloga social, añadió que este problema genera ruptura del tejido social, pues la desaparición forzada es la representación más aguda del abandono social. A la persona desaparecida no se le puede dar por muerta, aunque se tengan indicios de ello, ya que se debe llegar a la verdad.
A veces, señala, las familias son estigmatizadas, puesto que la gente piensa que la desaparición de su pariente es porque “anda metido en algo”.
La académica mencionó que entre los mayores desafíos para enfrentar esta problemática están la corrupción del sistema de justicia y la colusión de autoridades con los grupos criminales, que permiten estos delitos, o bien, pueden obstaculizar su denuncia.
Asimismo, detalló que pareciera haber desaparecidos “de primera” y “de segunda”. Los primeros son los que por suerte o poder económico logran que sus casos tengan una cobertura mediática y las autoridades investigan y buscan resolverlos para bajar la presión hacia las instituciones.
Los “de segunda”, agregó, son los que no tienen la atención de los medios y generalmente se trata de niños, niñas, adolescentes, campesinos, indígenas, personas de las periferias que ya tenían una condición social de vulnerabilidad desde antes de su desaparición.
Poca visibilidad
Yohamin Eduardo Pérez aseveró que se da poca visibilidad a la desaparición forzada porque es un tema incómodo para el gobierno, ya que se sabe que ha fallado en la gestión de este fenómeno.
Subrayó que las redes sociales han posibilitado evidenciar este delito y su complejidad, pero no lo resuelven. A las familias y a las organizaciones sociales les queda usar estos canales cuando ven que las autoridades hacen poco por localizar a sus desaparecidos, cuando no hay el necesario clamor mediático para que las búsquedas continúen”, dijo en el pódcast conducido por Mariel Cabello.