DESAPARICIÓN “VOLUNTARIA” EN VERACRUZ .

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/ Estela Casados González /

Tal vez fue la primera desaparición mediática de la que se tiene registro en Veracruz, al menos para este siglo. Sobresalió porque hizo evidente la indolencia e incapacidad de la autoridad para resolver la crisis humanitaria que ya se venía gestando de tiempo atrás. La desaparición de Gabriela Benítez Ybarra, de la cual se tuvo noticia el 13 de junio de 2011, exhibió el quehacer, sin apego a Derechos Humanos, de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz.
Un día, en medio del proceso de denuncia por la desaparición y tal vez harto de las exigencias de la mamá de Gaby para que se diera debido seguimiento al caso, Reynaldo Escobar Pérez, procurador de Veracruz en aquel tiempo, declaró ante los medios de comunicación que “la menor de edad había huido voluntariamente” porque tenía problemas con su mamá. Sin siquiera considerar otras líneas de investigación, aseguró tener las pruebas que sostenían su dicho, pero nunca las exhibió.
No tenía por qué hacerlo. Solo necesitaba revictimizar a la familia de la desaparecida y desvirtuar los hechos para desviar la atención de la gente. Mucho se especuló sobre el feminicidio de Gaby, cuyos restos mortales “aparecieron” tres meses después, sepultados en una reserva ecológica que se encontraba a unas cuadras de su casa. Nos quedamos con la duda sobre lo que sabía o ignoraba el señor Procurador. Y de ese tema se puede hablar mucho.
Catorce años después nos encontramos con una situación aún más grave: surgieron colectivos de búsqueda de personas en prácticamente todo el estado de Veracruz, los cuales se han visto obligados a realizar tareas de búsqueda, localización de fosas clandestinas y ubicación de los restos mortales de personas desaparecidas que fueron víctimas de homicidio y feminicidio. A los últimos tres ex gobernadores esta crisis humanitaria les fue totalmente indiferente. En el mejor de los casos, se abordó el tema a medias: no hubo voluntad política siquiera para escuchar de viva voz a los colectivos de búsqueda. Se huyó de sus reclamos, de sus gritos de auxilio.
Se creó la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas de Veracruz y durante varios años su existencia básicamente era un membrete. Hoy en día, entre otras acciones, al menos, conocemos en tiempo real las desapariciones de personas en Veracruz gracias a la actualización constante de las fichas de búsqueda que son socializadas ampliamente por la Comisión.
Por obvias razones, la titularidad de este organismo siempre ha sido motivo de observación entre los colectivos de búsqueda y la sociedad civil. La formación, experiencia y compromiso ético de quien la dirija será decisivo para contrarrestar la crisis humanitaria que vive Veracruz.
Hace unos días causó indignación y fue señal de alarma las declaraciones a medios de comunicación de la actual titular de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas de Veracruz, Lutgarda Madrigal Valdez. Desestimó las desapariciones de personas al afirmar que la mayoría son localizadas y cuando esto no sucede es porque se fueron por voluntad propia. Esta afirmación nos trasladó catorce años atrás. Recordó lo dicho por el procurador Escobar y produjo el mismo efecto, sólo que ahora se exhibió el desconocimiento total de una crisis que, se supone, esta Comisión debe atender con apego a derechos humanos, en coordinación con las familias de personas desaparecidas y con diagnósticos actualizados.
La desaparición de personas en un fenómeno vivo, que continuamente afina su letalidad y estrategias. Es grave que el sistema burocrático y político que atiende este fenómeno se haya detenido en el tiempo y replique el mismo desprecio e indiferencia hacia las familias de las personas desaparecidas. Nombrar como titular a personas cuya trayectoria es ajena al tema, pero cercana a la perspectiva de gobiernos que incubaron la violencia en Veracruz es un desatino monumental que costará la integridad de muchas familias.
Justo así es como el Estado mexicano funge como cómplice por omisión. Lo que observamos ahora es una estrategia cada vez más lejana del humanismo y más cercana a las superficialidades que están de moda y que cuestan la vida a la gente de Veracruz.

 

Publicado en el Diario de Xalapa el día Domingo 20 de julio del 2025.
Publicado en el Sol de México el día Martes 22 de julio del 2025.