Desde EU a El Salvador sin sentencia.

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/ Por: Bibiana Belsasso /

Las imágenes son escalofriantes: 238 reos llegando a El Salvador, esposados de manos y pies, agachados y con dos agentes resguardando a cada persona para internarlos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo, conocido como Cecot.

Son 238 presos capturados en Estados Unidos, quienes, en su mayoría, eran integrantes del cártel del Tren de Aragua, de origen venezolano, y miembros de Los Mara, el MS-13 y enviados a un tercer país como lo es El Salvador. Detenidos que aún no han recibido sentencia. Es una táctica más de Donald Trump para generar terror entre personas ligadas a los cárteles criminales y a los migrantes.

Los presos fueron bajados de tres aviones tipo Boeing en el país sudamericano y al llegar al Cecot ya los esperaban custodios del penal, quienes los obligaron a arrodillarse, a dar su nombre y después fueron rapados.

El presidente estadounidense, Donald Trump, apeló a la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una ley de guerra antigua para deportar a migrantes, esto pese a que un juez federal, James E. Boasberg, detuvo temporalmente su orden, minutos antes de la deportación masiva.

Sin embargo, Trump hizo oídos sordos, argumentando que la resolución se dio cuando los aviones ya estaban en camino a El Salvador.

Son presos, por las imágenes que se distribuyeron, confinados en situaciones mucho más duras que incluso la cárcel de Guantánamo. Pero también la forma en que estas personas han sido trasladadas, evidentemente es violatoria a los derechos humanos.

La Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 sólo se ha utilizado tres veces en la historia estadounidense y el juez Boasberg argumentó que “la centenaria legislación hace referencia a actos hostiles perpetrados por otro país que sean equivalentes a una guerra, algo lógico si se tiene en cuenta el contexto histórico de finales del siglo XVIII en Estados Unidos, cuando se redactó esta ley”.

Incluso, exigió el regreso de los aviones con los reos en caso de que alguna de las aeronaves ya estuviese en marcha hacia el país centroamericano.

Según reportes, el juez anuló cinco deportaciones iniciales en un primer fallo y buscaba extender el primer veto a cualquier futura deportación similar.

VIOLACIÓN DE DERECHOS

Desde que puso en marcha el Cecot ha recibido serias críticas por parte de los organismos defensores de los derechos humanos y en estos momentos se pone en la mesa el hecho de que esos 238 reos, que estaban en EU, no tenían sentencia, estaban presos sin pruebas que demostraran su culpabilidad o que en realidad pertenecieran al Cártel del Tren de Aragua o al MS-13.

A través de su red Truth Social, Trump señaló que: “Ésos son los monstruos que el corrupto Joe Biden y los demócratas de izquierda radical enviaron a nuestro país. ¡Cómo se atreven!”.

Asegura que los integrantes del Tren de Aragua invadieron al país, provocando el incremento de violencia e inseguridad.

Pese a la orden del juez, el mandatario estadounidense los sacó del país y los envió a la que es considerada la cárcel más dura en el mundo para quienes se dedican al crimen organizado y que son atrapados, una prisión que se ha vuelto el símbolo de la lucha contra los cárteles de Nayib Bukele, la cual comenzó hace tres años.

Lo cierto es que para que El Salvador reciba a estos presos, Estados Unidos les enviará anualmente 6 millones de dólares.

El Cecot alberga a 40 mil presos y está ubicado en una zona rural de Tecoluca, a 75 km al sureste de San Salvador. Los reos que llegan ahí no tienen derecho a visitas conyugales o familiares, duermen en planchas de cemento sin cobijas o almohadas.

El acuerdo se pactó semanas antes, cuando el secretario de Estado de EU, Marco Rubio, viajó a El Salvador y sostuvo pláticas con el presidente Bukele.

El mismo Rubio agradeció a Bukele, a quien considera un “amigo” de EU y “el líder más fuerte de la región”, ya que con el acuerdo mantendrá a los detenidos en las prisiones a un “precio justo” y eso “ahorrará dinero a los contribuyentes estadounidenses”.

Según Bukele, el dinero ayudará a sostener el sistema penitenciario que actualmente cuesta 200 millones de dólares anuales. Bukele hizo un llamado a los defensores de derechos humanos para que defiendan a los ciudadanos y no a miembros del crimen organizado, incluso dijo que, si alguno de los grupos quería a los reos, él se los entregaba en una oferta de al dos por uno, pues no es partidario de quienes defienden a criminales dedicados al secuestro, homicidio o narcotráfico.

Pero lo cierto es que no se tiene la certeza que estos deportados sean todos parte de los grupos criminales, reitero, aún no han recibido sentencia.

En El Salvador, el presidente Bukele ha declarado que estas personas no deben ser reinsertadas a la sociedad porque piensa que ya es imposible una segunda oportunidad, cree que deben estar encerrados de por vida y evitar que vuelvan a dañar a la sociedad.

Y no sólo construyó una enorme prisión para delincuentes, sino que envió a decenas de detenidos a cárceles más chicas, lo que ha provocado quejas de familiares.

Hasta febrero de 2024, movimientos de víctimas, organizaciones de derechos humanos locales y reportes de medios registraron 327 casos de desapariciones forzadas, más de 78 mil detenciones arbitrarias por parte del gobierno de Bukele, con 102 mil personas privadas de la libertad en el país, una situación de hacinamiento carcelario del 148% aproximadamente, y al menos, 235 muertes bajo custodia estatal.

Nadie está en contra de que quienes infringen la ley, sobre todo quienes cometen actos violentos, como homicidio, secuestro, desaparición forzada o terrorismo, sean castigados, es lo que debe de ser, pero también esto se tiene que realizar bajo la ley, sobre todo para evitar que el día de mañana los delincuentes aleguen que hubo fallas al debido proceso y queden en libertad, o incluso demandando internacionalmente a las autoridades que los detuvieron y encerraron de esa manera.

En realidad, no se sabe cuántos miembros del Tren de Aragua están en EU. Cadenas de noticias han reportado dos casos de venezolanos cuyos abogados indicaron que sus clientes fueron señalados como miembros de esa organización criminal, sin evidencia ni verificación. Si se sabe que miembros del Tren de Aragua está operando con fuerza no sólo en Estados Unidos, sino también en México.