Desde Ucrania un mensaje de paz a través del arte

El reportero Danilo Mauro Malatesta estuvo en Odesa, donde los habitantes firmaron una reproducción de una de sus obras que representa a Cristo con María en brazos. Es un símbolo del sufrimiento de la humanidad. En el lienzo hay oraciones y un agradecimiento al Papa. Para el autor es un signo de perdón para toda la humanidad

Michele Raviart – Ciudad del Vaticano

Decir basta a la guerra a través del arte. Es la inspiración del reportero y artista Danilo Mauro Malatesta, que llevó una reproducción en lienzo de una de sus obras, “De Secunda Pietate”, a las calles de Odesa, donde los ciudadanos del gran puerto ucraniano la firmaron con mensajes de paz y oración. Malatesta, fotoperiodista de larga trayectoria, había sido invitado por el exarca greco-católico de Odesa, Mychajlo Bubnij, a informar sobre la guerra y permaneció en Ucrania durante quince días este mes de abril. Allí, tras un largo viaje desde Roma a través de Moldavia, pudo exponer su obra, cuyo original se encuentra en el Oratorio de Santa Silvia, en la iglesia de Sant’Andrea al Celio. La Piedad de Malatesta – compuesta por nueve placas fotográficas realizadas con la antigua técnica de la ambrotipia – representa a Cristo sosteniendo a María, en representación de toda la humanidad sostenida por el Resucitado. Y éste es el mensaje que quería llevar al pueblo ucraniano, martirizado y ahora símbolo de todas las guerras del mundo.

A Danilo Mauro Malatesta le hemos preguntado ¿cómo surgió la idea de llevar la obra a Ucrania?

“Para mí era realmente una necesidad. Me dije a mí mismo ‘casi casi voy a intentarlo’. Llevaré mi mensaje y mi mensaje de paz es este trabajo que he hecho. Cuando se la mostré al obispo, se quedó magnetizado, verdaderamente fulgurado, y me dijo que era una cosa muy bella. Le dije entonces que quería exponerla en la calle Deribasivska, que es la más segura de la ciudad, y él se ocupó de conseguir todos los permisos. Todo se pensó rápidamente y ahora el cuadro se conserva en la iglesia de San Andrés de Odessa”.

Durante el tiempo de la exposición la gente, los ciudadanos de Odesa se acercaron y la firmaron…

Se me ocurrió traer unos rotuladores amarillos y azules y hacer que todos los que quisieran firmar lo hicieran. En un momento dado no había más espacio. La firmaban los que se asomaban por allí, al principio de esta calle, porque no se podía ir más lejos. Cuando llegué allí, a las 11.00, me quedé petrificado. Muchas personas la habían firmado. Incluso hay un mensaje del exarca al Papa que dice: “Muchas gracias al Santo Padre Francisco y a todo el pueblo de romano”.

¿Y en cambio la gente común, los ciudadanos, qué han escrito? Hay muchos escritos, claramente, en ucraniano…

“Está escrito ‘Dios ayúdanos’, ‘Gracias Señor por este mensaje’, ‘Gloria a ti Padre’, ‘Fuerza Ucrania’, ‘Gracias italianos’. Son todos mensajes escritos rápidamente, pero sobre todo hay firmas. Así que fue emocionante. Por la noche estaba agotado, pero me sentía muy feliz”.

La obra expuesta en la calle Deribasivska
La obra expuesta en la calle Deribasivska

¿Qué ambiente encontró en esas personas que pasaban por allí?

“Algunas se conmovieron cuando les expliqué lo que era esta ‘secunda pietate’: la imagen de un Cristo Resucitado que sostiene en sus brazos a su mamá, que representa a la humanidad. Es una imagen impactante. Es el perdón. Representa el amor y el perdón. Y hasta que no aprendamos a perdonar, nunca se acabará ningún tipo de hostilidad”.

En estos quince días, además de este episodio tan intenso y emocionante de la firma de la obra, ¿cómo has vivido la ciudad?

“La ciudad estaba desierta. Pocas cosas en los supermercados. Una ciudad también desarticulada por todos estos caballos de Frisia, por lo que ya no se podía ir hacia el centro o el mar. Controles de carretera cada trescientos metros. Fue triste, triste, Entonces, cuando las sirenas antiaéreas empiezan a sonar, empiezas a mirar por encima de tu cabeza. Cuando estuve allí, hubo dos bombardeos muy cerca, a siete kilómetros de distancia. Fue una situación muy tensa, porque esperabas el desembarque en cualquier momento”.

¿Has visitado otras zonas en Odessa?

“Estuve en Mykolaiv y en los pueblos de los alrededores que habían sido liberados durante esos días. Había una mujer cuyo marido e hijo habían sido asesinados. Estaba con un periodista y lo único que podía hacer era contar esos rostros devastados por el dolor”.

Ahora la reproducción de la obra está en Odesa, ¿cuánto tiempo permanecerá allí?

“He donado la imagen por lo cual no regresará. La firmada la traje a Italia y la otra, sin firmar y limpia, la doné a la iglesia de San Andrés en Odesa”.

¿Así que, básicamente, se queda en Ucrania lo que es un llamamiento a la paz?

“Es un llamamiento a la paz, un llamamiento a la paz y a un pueblo martirizado por la guerra. También es un llamamiento a la paz en el mundo, porque he visto muchas cosas. He visto Afganistán, he visto Somalia, Mozambique, Ruanda, Burundi, Angola… La única diferencia es que aquí tenemos la guerra ‘en la puerta de casa’ y nos afecta más porque somos europeos y quizás lo sentimos mucho más. También hay muchas realidades en África y Sudamérica que estamos olvidando por completo. Lo que quería dar era un mensaje de paz a toda la humanidad desde la zona más caliente de la Tierra en este momento, donde hoy corremos el riesgo de una guerra nuclear”.