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La activista iraní y premio Nobel de la Paz 2023, Narges Mohammadi, fue detenida de manera violenta por fuerzas de seguridad durante una ceremonia en memoria del abogado de derechos humanos Khosrow Alikordi, según denunció su propia fundación y confirmaron autoridades locales.
El arresto ocurrió en la ciudad de Mashhad, donde Mohammadi participaba junto con otros defensores de derechos humanos en un acto público que terminó con un operativo policial que incluyó el uso de fuerza para dispersar a los asistentes.
Mohammadi, de 53 años, ha sido una de las voces más persistentes contra la represión estatal en Irán, especialmente en temas de derechos de las mujeres, tortura, aislamiento prolongado y abusos en centros de detención.
Su activismo le ha costado múltiples encarcelamientos a lo largo de tres décadas, y aunque obtuvo una liberación temporal por motivos de salud en 2024, nunca dejó de denunciar violaciones sistemáticas a los derechos humanos en su país.
De acuerdo con el gobernador de Mashhad, Hasan Hoseini, la detención se justificó por la supuesta emisión de consignas consideradas contrarias a las normas, aunque organizaciones civiles y la propia Fundación Narges Mohammadi calificaron el operativo como un acto de represión dirigido a silenciar a figuras críticas del régimen.
En el mismo evento fueron detenidos otros activistas, entre ellos la defensora Sepideh Gholian, lo que ha generado preocupación internacional por un posible incremento de acciones punitivas contra la sociedad civil iraní.
El Comité Nobel noruego condenó públicamente la detención, calificándola de brutal y exigiendo la liberación inmediata de Mohammadi.
La organización recordó que la activista fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz por su lucha constante contra la opresión de las mujeres y por su defensa de la abolición de la pena de muerte en Irán, un trabajo que ha documentado desde prisión y que ha tenido impacto global.
Diversas organizaciones internacionales han señalado que este nuevo arresto se inscribe en un patrón de hostigamiento contra defensores de derechos humanos, periodistas y figuras críticas del gobierno iraní.
La detención de Mohammadi, una de las activistas más reconocidas del país, vuelve a colocar bajo escrutinio la situación de derechos humanos en Irán y la respuesta estatal frente a la disidencia.
Agencias.
