Detrás de un himno.

Por Mina Moreno

“Y la culpa no era mía,
ni dónde estaba,
ni cómo vestía, 
el violador eras tú. 
El violador eres tú, 
son los jueces,
el Estado, 
el Presidente.”
Un violador en tú camino. Autor: colectivo chileno Lastesis.

Surgió en Chile, hoy ha traspasado fronteras, continentes e idiomas, desde América hasta la India.

Creado por el colectivo Lastesis fundado por Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres, todas originarias de Valparaíso, nace el performance e himno feminista, a raíz de una investigación que han hecho las cuatro mujeres sobre la violación en Chile.

Según un informe de Human Rights Watch, durante los primeros 30 días de protestas en Chile se han recibido 442 querellas, 71 de ellas corresponden a abusos sexuales.

Uno de los casos, más recientes de violencia contra las mujeres en Chile, es el de la mimo Daniela Carrasco, quien apareció muerta, después de ser detenida por los carabineros.

También, conmocionó a los chilenos, el asesinato de la fotoperiodista Albertina Martínez Burgos en Santiago, quien había cubierto las protestas y la represión de las manifestaciones estos últimos meses.

De acuerdo, con la investigación de Lastesis, en Chile solo el 8% de los juicios por violación sexual recibe una condena, por eso hacen una crítica a los jueces. “Los procesos de condena no están funcionando, hay una incompetencia de los poderes en operar sobre las denuncias y muertes a manos de policías y militares”, señalan.

“El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer”, dice el inicio de la canción.

El himno revela de cuerpo entero, las sociedades de patriarcado, misoginia pura, retrograda, falaz e hipócrita, donde hemos nacido las mujeres de ayer, de hoy y esperemos que las mujeres del futuro, rompan estás cadenas y yugo, que hoy nos tienen en jaque, a todas las mujeres de México hasta India.

Y, para muestra un botón, una joven india de 23 años murió a principios del mes de diciembre de 2019, en un hospital de Nueva Delhi, India, después de que un grupo de cinco hombres le prendiera fuego viva, en un tren en la madrugada de un jueves, cuando iba a comparecer ante un tribunal en el Estado de Uttar Pradesh, en el norte de India, para declarar sobre la violación, que sufrió en diciembre de 2019, según la policía.

Entre, sus asesinos supuestamente se encontraba el presunto violador.

En Cuba, el femenicidio no está considerado como tal, la figura de la violencia intrafamiliar no existe, en la mente de los cubanos, se ha fijado una idea arcaica sobre los golpes y maltrato de la mujer, la consideran cosas de enamorados o del matrimonio, simplemente no existen estadísticas oficiales de cuántas mujeres cubanas mueren a manos de su pareja, tratan de cubrir el sol con un dedo y sin embargo, estos crímenes existen.

Recuerdo, particularmente un caso, la mujer ante tanta violencia y golpes sufridos durante la relación, decide dejar a su verdugo, él la busca y logra convencerla de verse, la cita en un parque y ahí, en un supuesto abrazo la apuñala, espera a que se desangre y muera, para retirarse dejándola sentada, así es como la policía cubana descubrió el cadáver.

En México, los ataques atroces a mujeres con ácido han ido incrementándose producto de la más absoluta bestialidad, el caso, más reciente es el de María Elena Ríos Ortiz de 26 años y quien es saxofonista originaria de Oaxaca, en septiembre 2019 fue atacada por un hombre, se señala como agresor al empresario y político Juan Vera Carrizal, quien también ha sido un ex diputado local por parte del Partido Revolucionario Institucional, fue él quien le lanzó ácido directamente, después de tres meses hospitalizada en Oaxaca, ha sido recientemente trasladada a la ciudad de México para ser atendida.

Sin embargo, María Elena, nos recuerda otros casos como el de Helena Saldaña Aguilar, María del Carmen Sánchez Flores, Esmeralda, Kenny Finol, una escort de 26 años, fue hallado en Ecatepec, Estado de México, con el rostro carcomido por el ácido que le aventó su asesino.

Los ataques con ácido en México, no tienen cifras oficiales, sin embargo, es un crimen en expansión y que ha pasado desapercibido y las leyes no lo contemplaban como un crímen grave, hasta que en la sesión de pleno de 5 de diciembre de 2019, la Cámara de Diputados reformó el Código Penal Federal y se aumenta la penalidad para quien lesione a una mujer, la mínima es de 10 años, por lo que es ya un delito grave.

El aumento en los casos de feminicidio, han calado en la sociedad mexicana, como el de Abril Peréz, quien pesé haber denunciado a su agresor Juan Carlos, terminó siendo acribillada a manos de sicarios, debido a una pésima determinación judicial emitida por el Juez Federico Mosco quien considero que no existía una intención del agresor de acabar con la vida de Abril cuando la atacó con un bat y un bisturí, el cuatro de enero de 2019 al estar dormida, por lo que reclasificó el delito de intento de feminicidio a violencia intrafamiliar.

Lo cual, fue confirmado por el Magistrado Héctor Jiménez López, de la Cuarta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de la ciudad de México, quien inclusive fue más allá, pues en su sentencia determinó que:

“..Y es que, como se vió, si bien se demostró que el imputado lesionó a la ofendida con un objeto contundente; lo cierto, es que no pudo determinarse hasta este momento, qué tipo de objeto, fue que el imputado utilizó para lesionar a la ofendida; en ese sentido, tampoco puede determinarse que el citado objeto tuviera el potencial lesivo de un arma o un explosivo, y por ende, la hipótesis constitucional de prisión preventiva oficiosa no puede considerarse actualizada.”

Y, así de un plumazo se decido la vida de una mujer maltratada, humillada y lacerada por la violencia de su ex marido, de quien por cierto, se sabe huyó rumbo a Estados Unidos.

Por eso, lo acertado del estribillo de:

“El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer”

Con notoria misoginia, omisión, negligencia y porque no también corrupción, jueces de control en México, no resuelven con perspectiva de género.

Igual, situación pasa en la Procuraduría General de Justicia de la ciudad de México y lo sé, por experiencia propia respecto del caso de Wendy, a quien desde el defensor del Doctor Agustín, hasta personal de dicha dependencia, han tratado de catalogar de loca, como lo hizo un Agente del Ministerio Público de apellido de la Sancha.

Así, nuestra justicia a la mexicana, cambiaron las leyes y el sistema penal, ahora es oral, pero en este trance hacia una supuesta modernidad, se les olvidó un pequeño detalle debieron cambiar también al personal, no basta darles cursos, si son incapaces de realizar su trabajo, bajo estudio y análisis de perspectiva de género, de analizar que las mujeres tienen situaciones de desventaja frente a los agresores, que obligan a los juzgadores y funcionarios a ver a través de los ojos de una víctima.

Mientras, ello no ocurra seguiremos siendo mudos testigos de casos como los aquí narrados.

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