Día de las Forjadoras Anónimas de la República

*

Cada 14 de septiembre, México conmemora el Día de las Forjadoras Anónimas de la República, una efeméride que no aparece en todos los calendarios ni es recordada institucionalmente, aun cuando representa una deuda histórica con miles de mujeres que, sin nombre en los libros oficiales, sostuvieron los procesos fundacionales del país. No fueron protagonistas en los retratos ni en los discursos patrios, pero sin ellas no habría república que celebrar.

Esta fecha, incorporada recientemente al calendario cívico con enfoque de género, busca reconocer a las mujeres que participaron en la Independencia, la Reforma, la Revolución, la construcción institucional, la resistencia comunitaria y la vida cotidiana de la nación, sin que sus nombres hayan sido registrados, protegidos o celebrados.

¿Quiénes son las forjadoras anónimas?

Son las mujeres que bordaron banderas insurgentes, que escondieron a combatientes en sus casas, que trasladaron mensajes entre pueblos, que curaron heridos en las guerras, que alimentaron a ejércitos sin uniforme. Son también las que criaron hijos en medio del conflicto, las que resistieron el despojo, las que organizaron comités vecinales, las que alfabetizaron en la clandestinidad, las que sostuvieron la vida cuando el Estado no llegaba.

Son las indígenas que defendieron sus tierras sin ser reconocidas como líderes. Las afrodescendientes que resistieron la esclavitud sin que sus nombres quedaran en los archivos. Las campesinas que participaron en tomas de tierras, las obreras que lucharon por jornadas dignas, las maestras rurales que enseñaron a leer en lenguas originarias.
Algunas que ya no son tan anónimas

Aunque muchas permanecen en el anonimato, el trabajo de historiadoras, periodistas y activistas feministas ha permitido recuperar algunos nombres que antes fueron silenciados:

– Manuela Medina, capitana insurgente que comandó tropas en la lucha por la Independencia, herida en combate y olvidada por décadas.

– Gertrudis Bocanegra, estratega michoacana que organizó redes de comunicación entre insurgentes y fue fusilada por el ejército realista.

– Carmen Serdán, quien desde Puebla impulsó la Revolución Mexicana y resistió el asalto a su casa con armas en mano.

– Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, periodista, anarquista y activista que denunció el régimen porfirista desde la prensa crítica.

– Las mujeres zapatistas, que participaron en la lucha armada, en la logística, en la resistencia territorial, y que fueron borradas por la narrativa oficial centrada en Emiliano Zapata.

¿Por qué importa esta efeméride?

Porque la historia oficial ha sido escrita desde una mirada masculina, centralista y elitista. Porque los monumentos, los libros de texto y las ceremonias cívicas han privilegiado los nombres de hombres con rango militar o político, mientras las mujeres fueron relegadas al papel de “acompañantes”, “esposas” o “madres de héroes”.

Conmemorar a las forjadoras anónimas es un acto de justicia histórica. Es reconocer que la república no se construyó solo en los congresos ni en los campos de batalla, sino también en las cocinas, en los patios, en las aulas, en los caminos rurales, en las asambleas comunitarias.

Es también una forma de interpelar el presente: ¿cuántas mujeres siguen siendo invisibles en los procesos políticos, sociales y culturales actuales? ¿Cuántas siguen sosteniendo la vida sin reconocimiento, sin salario, sin derechos?

Hacia una memoria plural

El Día de las Forjadoras Anónimas de la República no busca sustituir nombres, sino ampliar la memoria. No pretende borrar a los héroes, sino sumar a las heroínas. No se trata de corregir la historia, sino de completarla.

En Xalapa, en Veracruz y en todo México, esta efeméride puede ser una oportunidad para que escuelas, medios, instituciones y comunidades recuperen las historias de sus propias forjadoras: las mujeres que han resistido, cuidado, organizado y transformado sus entornos sin que nadie las nombre.

Porque como dijo la historiadora Gabriela Cano: “La historia de las mujeres no es una historia paralela, es la otra mitad de la historia”.

Mujeres insurgentes, revolucionarias y comunitarias vinculadas a Veracruz, muchas de ellas invisibilizadas en la historia oficial pero recuperadas desde la memoria feminista y territorial:

Mujeres insurgentes

1. Rafaela López Aguado de Rayón.

Originaria de Huatusco, Veracruz. Hermana de Ignacio López Rayón, participó en redes de comunicación insurgente y resguardó documentos clave del movimiento independentista. Su papel fue esencial en la logística y protección de líderes.

2. María Ignacia Rodríguez de Velasco (La Güera Rodríguez)
Aunque nacida en la Ciudad de México, tuvo vínculos con Veracruz por sus redes comerciales y familiares. Fue una figura influyente en círculos criollos y se le atribuye haber apoyado la causa independentista desde espacios de poder informal.

3. Mujeres anónimas de Córdoba y Orizaba
Durante la entrada del Ejército Trigarante en 1821, mujeres de estas ciudades ofrecieron alimentos, refugio y apoyo logístico. Aunque no quedaron registradas con nombre propio, su participación fue clave en la consolidación del movimiento.

Mujeres revolucionarias

4. Carmen Serdán Alatriste
Aunque su acción principal fue en Puebla, tuvo vínculos con Veracruz por la ruta de los hermanos Serdán hacia el exilio. Fue una de las primeras mujeres en tomar las armas durante la Revolución Mexicana y organizó redes de propaganda.

5. Jovita Valdovinos
Campesina de la región de Papantla, participó en movimientos agrarios posrevolucionarios. Defendió tierras comunales y organizó mujeres para exigir reparto agrario justo en la década de 1920.

6. Mujeres jaraneras de Tlacotalpan
Durante la Revolución, muchas mujeres de esta región participaron como mensajeras, cocineras y curanderas en los ejércitos zapatistas y carrancistas que cruzaban la zona. Su papel fue vital en la resistencia cultural y logística.

Mujeres comunitarias y defensoras.

7. María Teresa Fernández
Activista de Xalapa en los años 70, impulsó redes de alfabetización popular y defensa de derechos laborales para mujeres trabajadoras del hogar. Fundadora de colectivos vecinales con enfoque feminista.

8. Dominga Xochitl Tepoztli
Defensora náhuatl de la Sierra de Zongolica. Ha luchado por el acceso al agua, la salud intercultural y la protección de los saberes ancestrales. Su liderazgo comunitario ha sido reconocido por redes indígenas y feministas.

9. Mujeres del Colectivo Las Patronas
Originarias de Amatlán de los Reyes, desde 1995 brindan alimentos y apoyo humanitario a migrantes que cruzan Veracruz en tren. Su acción solidaria ha sido reconocida internacionalmente como ejemplo de resistencia ética y comunitaria.

10. Mujeres defensoras del río Atoyac
Diversas lideresas comunitarias han encabezado luchas contra la contaminación del río, articulando demandas ambientales con derechos humanos y justicia territorial. Aunque muchas no figuran en medios, su activismo ha frenado megaproyectos extractivos.