/ Eduardo Sadot /
Los jóvenes estudiantes y los trabajadores del poder judicial entre sus demandas estaba ser recibidos y ser escuchados, era una exigencia que se repitió en los momentos previos a la imposición de la reforma judicial.
Al margen de todo lo que se ha dicho, que la reforma al poder judicial es consecuencia del resentimiento de Andrés López, también que es venganza contra Norma Piña porque él quería a la ministra Yasmín Esquivel para manejar a la Corte a su antojo y no lo dejaron imponerla como presidente, menos cuando se descubrieron sus tesis plagiadas. Entonces como venganza contra el poder judicial mandó a Batres, cuestionada también en sus estudios de derecho, cuya ignorancia se hace evidente en cada sesión del pleno de la Corte, sumada al ampliamente conocido lenguaje con sus vecinos en la vecindad que seguramente dejó de habitar.
Los ministros acudieron respetuosos e institucionales a la “consulta” sobre las reformas al poder judicial propuestas por Andrés, prepararon sesudos documentos, serios y propositivos, invirtieron sus talentos, conocimientos y experiencia, no obstante que ellos y nosotros sabíamos que era solo para cumplir con la farsa de integrar sus observaciones, cuando obrador dijo que no le cambiaran ni una coma y así lo hicieron.
Las reflexiones ahora quedan para la historia y para evidenciar la cerrazón e insolencia de una caterva de morenistas babeantes y ensoberbecidos por el poder y que en el clímax de su euforia, ha habido quienes sostienen que el pueblo bueno y sabio les dio con el voto de junio la facultad de cambiar la constitución con esa reforma, una declaración fraudulenta, engañosa, falsa y perversa. En su afirmación ignoran intencionalmente que fue una elección donde ganaron con el 25% de los 130 millones de mexicanos que componen el universo poblacional, pero presumen y agregan que en esa elección los mexicanos eligieron también llevar adelante la aprobación de la reforma. Una gran mentira, porque los mecanismos de participación ciudadana tienen reglas y nombres específicos y no es en la misma boleta de una elección, el plebiscito y sus modalidades, referéndum, iniciativa ciudadana, revocación de mandato por mencionar solo unas. Si cualquier cambio dependiendo de su trascendencia debe convocar y contener la opinión ciudadana, asimilarla e integrarla al texto de cualquier reforma que se pretenda llevar a cabo, si se pretende una constitucional con mayor razón. Es una irresponsabilidad maniobrera pretender cambiar la constitución y las reglas de su modificación, peor aún, es hacer reformas constitucionales comprando, presionando y amenazando a los senadores para cooptar votos que no ganaron en las urnas.
No basta decir escucho, Norroña lo dijo hagan lo que hagan, si eso no es una actitud tiránica no sé cómo se llama.
Han llegado al cinismo de sostener que no les importa el tratado de libre comercio y que se cancele porque le venderemos a China, de verdad son ignorantes China no necesita comprarnos nada, ellos venden, además de estar lejos, vamos a dejar perder el mercado de nuestros vecinos y dejaremos pasar a venderle a Estados Unidos todo tipo de producto, todos le venderán menos nosotros, pobre Patria y pobres de las nuevas generaciones.
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