Diana Maffía “Me preocupan más las grietas y disputas dentro del feminismo que las barreras externas para concretar estos logros”

*Diana Maffía así se expresa en torno a su nuevo rol de defensora de género en un medio de comunicación.

Desde septiembre, Diana Maffía fue designada como Defensora de Género del Diario Perfil. En dialogo con Diario Digital Femenino, la filósofa feminista reflexionó sobre su trabajo, los medios de comunicación y el rol de las mujeres.

La iniciativa de nombrar a Maffía fue del Jefe de Redacción de la versión impresa de Perfil, que se imprime los sábados y domingos. Su trabajo consiste en comentar en una columna las ediciones del fin de semana anterior.
Para Maffía, se trata de un espacio reducido “no sólo por el tamaño de la columna sino porque sólo es sobre la edición impresa del diario, y no sobre todos los productos de la editorial Perfil”. Esto se convierte en un obstáculo, debido a que la editorial posee otras publicaciones, como la revista Hombre, que están fuera del alcance de la columna y poseen alto contenido misógino.

Por Lenny Cáceres

– ¿Qué panorama puede trazar sobre los medios de comunicación en la actualidad?

Como lectora me siento mucho más vulnerable con las modalidades de los medios de comunicación en la actualidad. La prensa escrita, con firma del o la periodista y en un medio con una línea editorial explícita, ha dado lugar a muchas modalidades que aplanan la función periodística, sobre todo virtual. Cualquiera produce contenidos, algunos intencionadamente publicitarios o con objetivos de atacar individual o institucionalmente, muy a merced del dominio económico en los medios on line, sin responsabilidad ni respaldo en los blogs personales o las redes, con el mismo grado de credibilidad. Creo que esto es una pérdida para quienes sí desarrollan una tarea periodística con los resguardos necesarios. Y la propia publicidad oficial (la divulgación de los actos de gobierno, una función de la transparencia y la rendición de cuentas, no la propaganda) pasa a buscar cercanía y público en redes sociales informales, eludiendo los controles y el rigor.

– Con respecto a su función, teniendo un lugar dentro de las redacciones, ¿Qué panorama ve? ¿Es una tarea sencilla? ¿puede modificar miradas que pudieran estar naturalizadas?

Mi función en la Editorial Perfil no es en la redacción, de modo que no observo la vida interna allí. Fui a visitarla al comienzo, antes de aceptar la función, y me sorprendió la cantidad de redactoras y editoras mujeres. También tiene más columnistas que lo habitual en los diarios nacionales. Mostraron gran receptividad a las sugerencias que fueron surgiendo de la columna (incluir deportistas mujeres, fútbol femenino, periodistas deportivas, hacer visibles mujeres en profesiones y ámbitos laborales neutralizados como el trabajo rural, incluir recursos para denunciar la violencia cuando se da información policial sobre femicidios o violencia de género, agregar mujeres en las secciones, entre otras). Las editoras que trabajan allí y el propio Jefe de Redacción están involucrados en ese cambio.

Antes de publicar mi primera columna, sólo al anunciarla, comenzaron en las redes a hablar de “policía de género” y “feminazi”. La columna va tomando de a poco su identidad, que no es la de señalar errores ni contar firmas y fotos (legítimo y que también es necesario hacer) sino la de ofrecer una mirada feminista alternativa, enlazar notas aparentemente distintas para ir incluyendo categorías de juicio y de análisis más inclusivas. Me lleva mucho tiempo de lectura atenta de todo el diario (que tiene muchísimo contenido, a contramano de los diarios impresos actuales) y una agudización del ojo crítico. Pero fundamentalmente es un duelo tener que elegir dos o tres cosas para comentar, porque cada fin de semana habría muchísimas que quedan postergadas.

– ¿Por que es importante que comiencen a incluir estas funciones en las redacciones? ¿Se puede prever un impacto en la opinión pública y en la sociedad a futuro?

Es posible que esta decisión de Perfil produzca un efecto contagio, un interés por no banalizar el feminismo en su posibilidad de presentar miradas políticas igualitarias del mundo y la cultura. Es mi esperanza que sea así. Por lo pronto se agudizó tanto la convocatoria de otros medios (radios, televisión, prensa escrita) a partir de esta función que renové la tarea de responsable de prensa personal de Marcela Espíndola, de la Red Par, con quien habíamos trabajado juntas en la Legislatura.

Los medios se realimentan unos a otros, fue impactante para mí esa revelación. Así que considero que sí es posible, a través de esa transferencia, un impacto en la opinión pública y la sociedad. Me preocupan más las grietas y disputas dentro del feminismo que las barreras externas para concretar estos logros. Por eso valoro mucho la reunión que van a concretar, los pactos feministas que allí se puedan hacer, la ética que surja de plantearnos objetivos comunes y formas de alcanzarlos. Creo que fueron las comunicadoras las que le dieron una dimensión multitudinaria a la marcha NiUnaMenos, y que debemos apretar filas para no perder esa unidad.

https://diario.femenino.com.ar

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