*Línea Política .
/ Agustín Contreras Stein /
ES DE ALGUNA manera preocupante que gran parte del país le esté contando los días al presidente López Obrador. Nunca, al parecer, se había dado este fenómeno político donde la mayoría del pueblo mexicano se despide a un mandatario con cierta prisa y que no quiera saber más de él. También es una de las experiencias de las que debe aprender mucho la futura mandataria para que al final de su gobierno, no tenga que sufrir en carne propia lo que ahora está viendo pasara con el personaje a quien sucede. Para la mayoría de la gente, se insiste, tiene el calendario en sus manos y marcando la fecha del treinta de septiembre como los últimos momentos en que el presidente mantenga el poder en sus manos.
Es claro para muchos, independientemente de quienes lo defienden, que López Obrador se va sin aplausos sinceros, sin una palabra de agradecimiento, ni de reconocimiento por su trabajo realizado a lo largo de cinco años diez meses que duró su mandato, sino al contrario, el pueblo mismo ya quisiera que se fuera de una buena vez y dejara de hacer daño a la nación.
La misma presidenta electa debe estar pensando lo mismo, aunque se ve obligada a aparentar todo lo contrario, porque sabe bien que le deja un país incendiado, con alarmas que anuncian el desastre y hasta un posible levantamiento social, algo que en estos momentos no quisiera Claudia Sheinbaum, al iniciar su mandato, supuestamente constitucional. Y es que mucho sabe la futura mandataria que López Obrador, le hereda un país descontento, enojado propiamente por tantas mentiras que produjo con saña y envenenamiento hacia la sociedad. Los ciudadanos se dieron cuenta, que López Obrador nunca quiso a México y consecuentemente nunca quiso ser verdaderamente mexicano.
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OTRO QUE TAMBIÉN SE VA PRONTO
CUITLÁHUAC GARCÍA JIMÉNEZ, es también otro personaje que los veracruzanos ya quisieran que llegara el treinta de noviembre para verlo terminar su mandato sin que nadie le diga que le vaya bien y gracias por todo lo que hizo por Veracruz. Hubo gobernadores como Rafael Hernández Ochoa, como el mismo Agustín Acosta Lagunes, que dejaron al Estado, dejando buenas cuentas y a quienes se les agradeció haber administrado los recursos económicos de los veracruzanos con honestidad. Haber trabajado por el desarrollo de la entidad y puestas las bases para que los gobiernos que siguieron pudieran hacer lo suyo.
Pero en el caso del actual gobernador de la entidad, no se puede decir nada, pues en lugar de aprovechar los recursos enviados por la federación y que le correspondían directamente para realizar grandes obras que beneficiaran a todos los veracruzanos, optó por desviarlos y enviarlos a la federación de vuelta, ya sea por incapacidad o por quedar bien con el presidente López Obrador, que fama ha tenido de vivir de esta manera y utilizar a sus más cercanos amigos y compañeros para hacerse poderoso mandatario.
García Jiménez, les falló a los veracruzanos, pero quedó bien con el hombre que siempre vino a Veracruz, para dejar claro, según él, de que el gobernador veracruzano, era un hombre honesto y trabajador.
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FOMENTO A LA CULTURA DE LA PREVENCIÓN EN XALAPA
NO TEMBLÓ ESTA VEZ, cuando menos es el reporte que tenemos, pero como cada año, en este día, se replicaron las acciones de prevención entre la población xalapeña.
El simulacro dio buenos resultados y dentro de la participación de un promedio de cincuenta dependencias públicas y del sector privado, se evidenció el interés por fomentar la cultura de la protección civil, donde se tuvo la oportunidad de evaluar la capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia. El director de protección civil del ayuntamiento de Xalapa, Luis Sardiñas Salgado, recordó que los simulacros son convocados por la Coordinación Nacional de Protección Civil y la Secretaría de Protección Civil del Estado.
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Y EL LUNES aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
