/Por Inocencio Yáñez Vicencio./
Si alguien tenía dudas de que el derecho no hablaría por la boca de Lenia Batres sino Amlo, quedó patentizado al tomar protesta como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Como ha dicho el prestigiado constitucionalista mexicano Diego Valdés, que el presidente de la República tenga la facultad de nombrar ministros es ya un atentado al principio republicano de la division de poderes, como dejar que una minoría de cuatro, frente a once, puedan impedir que el máximo tribunal haga valer el principio de que una decisión del poder legislativo no contravenga la Constitución, es algo que merece corregir porque en noviembre el presidente aprovechará la renovación de una plaza para completar los cuatro ministros incondicionales, que como lo ha reiterado su testaferra que acaba de tomar posesión, van a obstaculizar que tengamos un Tribunal Constitucional.
Con la propuesta de Lenia Batres, el presidente Andrés Manuel López Obrador deja claro que de lo que se trata es de destruir la Suprema Corte de Justicia de la Nación, promoviendo una persona vulgar, lépera, barbajana, sin un ápice de pudor, que no sabe ni siquiera en qué tipo de juzgado demandar , lo que supone fueron atentados a su ” honorabilidad” al grabar un video que la exhibe como como una mujer vulgar, en que, sin embargo no niega ser la autora de tan denigrante acto, con lo que queda claro que el presidente quiere mostrarnos que a ese Tribunal, puede llegar cualquier sátrapa y que no es digno por lo tanto ni de credibilidad ni mucho menos confianza.
No olvidemos que desde que llegó a la presidencia de la República, desencadenó una campaña negra contra sus integrantes por sus remuneraciones, jubilaciones y fallos que no le gustaban.
Lenia Batres, arribó diciendo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no puede estar por encima de la Constitución, que se ha excedido.
Miente, nuestra Constitución no permite eso, eso fue denunciado en Estados Unidos por Edouard Lambert, en su célebre libro: El gobierno de los jueces, porque aquél país tiene una constitucion que no es explícita, como la nuestra sino una constitución muy abstracta, que dice todo y nada a la vez. En Xalapa mismo escuché alguna vez decir a Jaime Cárdenas Gracia, asesor de Amlo, que por la via de la interpretacion se podrían evitar muchas reformas.
Esas interpretaciones corresponden en primer lugar al poder judicial, entre las varias interpretaciones que se conocen. Nuestra lucha por hacer de la Constitución una ley normativa, vinculante, pasa por lo nominal y las de carácter semántico ( karl Loewenstein ). Queremos que sea proclama y programa, pero, antes que otra cosa, norma suprema.
En Estados Unidos, no obstante que en 1934, para vencer las resistencias conservadoras contra la política del Nuevo Trato, los jueces, en quienes recae la facultad de dejar sin aplicación una ley anticonstitucional, dice Ronald Dworkin, privilegian los principios. J. Waldron, encabeza en Estados Unidos contra el poder judicial que atenta contra la soberanía desde su fundación, por la resistencia que los Padres tuvieron a la democracia, lo que no forma parte de nuestro debate. Lo que hoy tenemos es un intento de desmantelamiento del sistema republicano por una pandilla que llegó a la presidencia de la República con el claro propósito de aniquilar la escalera para que nadie más suba.
Es probable que antes arribaran a la Suprema Corte de Justicia de la Nación hombres y mujeres que salían de las barracas pero se buscaba que fueran expertos del derecho y gente honorable.
Salvo las constituciones de los 20 que fueron conocidas como de los profesores, por intervenir Adolfo Posada, Hans Kelsen…, son producto del debate político, por eso se llaman constituciones políticas, de ahi que a partir de la discusión sobre el vigilante de la Constitución entre Carl Schmitt y Hans Kelsen, que por fortuna tuvo más consenso la propuesta del austriaco, la composición de los tribunales constitucionales se inclina por balancear lo jurídico con lo político.
A partir de aquí se dice que la soberanía ya no está en el parlamento sino en la Constitucion, por lo que no habría que temer dado que el poder reformador está en la mayoría calificada del Poder Legislativo, el temor es que los jumentos que ha enviado Amlo a la Corte, no sepan que detener toda violación a nuestra Constitución no es estar por encima de ella sino que se trata de impedir que una camarilla o su jefe pase sobre la voluntad constituyente.
Si ya de por si cualquier pica pleitos se arrogaba titulo de constitucionalista, seguro que a partir del nombramiento de Lenia Batres, aparecerán como hongos venenosos por donde quiera, aunque como ella, no sepan qué es la supremacia constitucional, cual es la diferencia entre poder constituido y poder constituyente( Sieyés ), el poder reformador, los diferentes conceptos de constitución material, la diferencia entre constitución rígida y constitución flexible, la diferencia entre la declaración de Virginia y la declaración de la Revolución francesa, la diferencia entre las constituciones históricas y las constituciones liberales, los aportes de Locke y Montesquieu a la teoría de la división de poderes, qué entienden los alemanes por patriotismo constitucional…
Ese es el propósito, degradar con elementos ignorantes la Corte y una profesión, tal vez aristocrática, pero que, quienes los señores y las señoras de la Toga le han dado lustre.
Enviar a la Corte barbajanes tiene como propósito desprestigiarla y anularla, para concentrar el poder absoluto en la presidencia de la República.
La banda de Morena es tan ignorante que podrá dinamitar la SCJN enviando la servidumbre de Amlo, pero tendrá el gobierno más no el poder, ese va a repudiar su plan golpista el próximo 2 de junio , votando contra Morena.