*TIERRA DE BABEL
/ Jorge Arturo Rodríguez /
Feliz Navidad… Perdón, me estoy adelantando, pero ya ven que en esta sociedad del consumismo -¿para qué otra cosa vivimos?-, apresurar el consumo de lo que gustemos y se nos antoje, nos hace felices, al menos momentáneamente. Porque, para aliviar la ansiedad, necesitamos satisfacer nuestra voracidad… Ojalá y siguiéramos las palabras del cantautor sevillano José Lucena: “El ser humano necesita poesía para vivir y en tiempos de crisis, necesita la palabra para que le acompañe. Hay algo en todo eso que es innato al ser humano.” ¡Qué lejos estamos de ese mundo! Claro, no todos.
La cantante Patti Smith es elocuente: “En mi vida he visto un mundo tan movido por el poder y el dinero”. Ni qué decir del comentario de la escritora Gioconda Belli: “La palabra es a veces el único muro de contención contra las dictaduras”, para luego afirmar que el mundo necesita una revolución de la imaginación política y de la empatía. ¡Qué lejísimos estamos de esa imaginación política y de la empatía!
Vaya, como confirma el chiste: “El perro de mi novia se murió, así que le compré otro idéntico. Ella me gritó y me dijo: “¿Qué voy a hacer con dos perros muertos?”.
En fin, se acerca el final de este año y ¿cómo nos irá? Pos piense usted en que a la vuelta de la esquina estaremos atados a los juegos de la Copa Mundial de Futbol, y con eso nos daremos por bien servido. Olvidemos la realidad de nuestro México lindo y qué herido…
La cantante Ana Gabriel lo dijo con firmeza: “Decirles que México tiene que despertar; somos más los buenos. Y sé que con lo que estoy diciendo me pone en peligro, pero no me importa si soy alguien que puede alzar la voz por nuestros países”. Y añadió: “Llamo a la paz, llamo a la unificación… Yo creo en el amor, yo creo en Dios, creo en el ser humano y sé el dolor que estamos viviendo. Por eso quiero decirles que siento mucho lo que estamos viviendo”. Ahí ‘ta. Pero nos hacemos de la vista gorda. Y el Gobierno alza cortinas de humo, para tapar el ojo al macho. Vaya, hacerse el güey.
Es el presente: mi abuelo decía que mi generación depende demasiado de la última tecnología. Así que le desconecté de la respiración asistida. Así nomás. No nos pongamos a lamentar, porque la violencia está presente, se siente… ¿y qué hacemos?
Grecia Quiroz, viuda del alcalde Carlos Manzo, al tomar posesión como presidenta municipal sustituta de Uruapan, señaló: “Hoy no vengo con un discurso vacío, como muchos que los políticos acostumbran a hacer”. Ahí les hablan.
Agregó: “Hoy vengo con el corazón destrozado, porque me quitaron a mi compañero de vida, a mi compañero de lucha, al padre de mis hijos, pero hoy también vengo con este valor que él me enseñó”.
Atrévanse a alzar la voz y ya verán lo que pasa. Pero no tan aprisa. Fíjense que estaba jugando al ajedrez con mi amigo y me dijo: “Hagamos esto interesante”. Así que dejamos de jugar al ajedrez.
Lo dijo la Arquidiócesis de Xalapa: “Urgente necesidad de purificación de la violencia en México”. Sí, pa’ allá vamos, no con plan B, plan C, sino con el esperanzador Plan Michoacán por la Paz y la Justicia.
A ver cómo nos va, México.
Los días y los temas
El filósofo Byung-Chul Han, al recibir el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025, expresó:
“Últimamente he reflexionado mucho sobre la creciente pérdida de respeto en nuestra sociedad. Hoy en día, en cuanto alguien tiene una opinión diferente a la nuestra, lo declaramos enemigo. Ya no es posible un discurso sobre el que se base la democracia. Alexis de Tocqueville, autor de un famoso libro sobre la democracia estadounidense, ya sabía que la democracia necesita más que meros procedimientos formales, como son las elecciones y las instituciones. La democracia se fundamenta en lo que en francés se llama moeurs, es decir, la moral y las virtudes de los ciudadanos, como son el civismo, la responsabilidad, la confianza, la amistad y el respeto. No hay lazo social más fuerte que el respeto. Sin moeurs, la democracia se vacía de contenido y se reduce a mero aparato. Incluso las elecciones degeneran en un ritual vacío cuando faltan estas virtudes. La política se reduce entonces a luchas por el poder. Los parlamentos se convierten en escenarios para la autopromoción de los políticos. Y el neoliberalismo ha creado ya una gran cantidad de perdedores. La brecha social entre ricos y pobres se sigue agrandando cada vez más. El miedo a hundirse socialmente afecta ya a la clase media. Precisamente estos temores son los que lanzan a la gente hacia los brazos de autócratas y populistas.” (magisnet.com, 27/09/25).
¿Lo quieren más claro?
De cinismo y anexas
Va, así de cruel es la vida o nos la hacen cruel: “Traté de advertir a mi hijo sobre jugar a la ruleta rusa. Le entró por un oído y le salió por el otro.”
Hasta la próxima.












