Dulce Lilian; nos faltó mucho por celebrar.

La columna rota.

por Frida Guerrera Villalvazo.

Cerré los ojos y Le pedí un favor al viento: Llévese todo lo que no sea necesario. Ando cansada de equipajes pesados. De aquí en adelante apenas lo que entre en el bolsillo y en el corazón.

Cora Coralina (1889 – 1985) poetisa brasileña

Hoy estamos ante un nuevo año, un año que deseamos y trabajamos porque sea mucho menos violento que el anterior, un año que no sitúa de frente a retos que parecen imposibles de vencer. Muchos y muchas de nosotras pertenecemos a las generaciones que hemos visto pasar infinitos sucesos durante cincuenta o más años, en este país y mundo cada vez más sumido en la indiferencia, en la falta de capacidad para interactuar con el resto, cuando niña imaginaba que llegar al 2020, era como una fantasía, hoy estamos de frente a ello, y jamás pensé que tendríamos una sociedad tan llena de guerras sobretodo tan llena de rencores, una sociedad con abismos de comunicación entre unos a otras y otras a otras más, sociedades que ya no nos escuchamos, que dejamos de importarnos, que alardeamos que hacemos mucho por detener tanto dolor pero que realmente golpeamos a los y las que son diferentes. Sí está sociedad y autoridades nos deben mucho como mujeres las que durante años hemos sido, sobajadas, humilladas, violentadas, asesinadas, tanto que el año que recién se fue ha sido uno de los más violentos para nosotras. Desde FridaGuerrera, agradecemos su acompañamiento y ganas de parar las cosas a quienes empáticos se unen para mostrar el horror, abrazar a las familias que acompañamos, y ayudar a exigir justicia para cada una de ellas, respetamos a quienes no comparten nuestras formas de ayudar a detener el infierno feminicida, y les pedimos dejen de voltear sus ojos para atacarnos, nosotras no somos los enemigos, solo somos un brazo más de dolor, que busca, grita y ayuda a encontrar justicia y verdad.

Ayer 01 de enero de 2020, se cumplieron 05 meses de dolor para la familia de Dulce Lilian Pillado Ramírez, una madre de 20 años que fue asesinada dentro de su departamento en Coacaloco, Estado de México, que compartía con Abraham su esposo y su pequeño de 03 años de edad quien fue quien abrió la puerta para que descubrieran el horror de encontrar a Dulce asesinada. Los medios de comunicación y las redes sociales solo dieron parte de forma amarillistas del terrible feminicidio de ese 01 de agosto de 2019, hoy como muchos de estos crímenes se quedan en el olvido de la vertiente de información y sucesos que para esos medios llaman más la atención, que venden más, que darle seguimiento a hechos como el que dejó sumida en el infierno a la familia de Dulce Lilian, ninguno de esos medios o redes sociales ha pensado en las noches eternas de llanto, se ha preguntado cómo es que intentan reconstruir su vida, no intentan hilvanar palabras que puedan mostrar el perpetuo dolor y vacío dejado en sus vidas, ni siquiera imaginan cómo fue que “festejaron” estos días de “fiesta”. Hay sonrisas si, que solo se vislumbran cuando los padres de “Dulcecito” como cariñosamente le decían la recuerdan. Cuando cada mañana despiertan viendo el rostro de su pequeño que todos los días la recuerda, que con sus acciones les hace saber lo que ese último día vivió cuando su mami fue asesinada. Abraham, sigue prófugo y lo estamos buscando porque estamos seguros de que caerá como todos para que las autoridades definan su responsabilidad legal.

Seguimos compartiendo las cartas de dolor, las líneas escritas desde el sufrimiento y la desesperanza, que al ser redactadas esperan puedan llegar hasta el cielo ahí donde se encuentran las Voces de la Ausencia.

Mi bebé:

 Nunca pensé que un momento tan cruel llegará a mi vida, que un estúpido acabará con tu vida y la de nosotros. ¿Cuántas cosas más nos faltaron por realizar?, ¿En dónde se interrumpió nuestro amor?

 Qué pena que te hayas enamorado de quien no lo merecía, de quien te arrebato de nuestras vidas.  El corazón me duele al ver la realidad, como quisiera que no llegara la Navidad, Año Nuevo. Nunca dejaré de amarte y recordarte.

Mamá Selene.

Fuente: Voces feministas.