Durazo, nuevo virrey del noroeste.

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Por : Héctor Calderón Hallal

Una novedosa forma de cofradía se está fraguando desde hace por lo menos 20 días en todo el tramo carretero concesionado, comprendido desde Tepic, Nayarit, hasta Hermosillo, en el estado de Sonora.
Mil 200 kilómetros paralelos o alternativos a la ya legendaria, Carretera Internacional o camino federal México 15, han sido materialmente intervenidos por civiles, cuyas funciones y origen no han sido suficientemente explicadas por ninguna autoridad, pues cobran haciendo valer una “autoridad” que quién sabe quien les dio, bajo el pretexto de “estar manifestándose pacíficamente” por el hecho de que “el gobierno” siga cobrando por el peaje.
En una flagrante comisión del delito de ataque y obstrucción a las vías generales de comunicación (del orden federal) en sus artículos 166 y 167 fracción III, de la ley sustantiva penal vigente en el país, por decir lo menos.
Y se infiere que es una especie de “cofradía” o “fondo piadoso”, como en el pasado colonial, el que se va recabando para decirlo de manera eufemística, porque ha trascendido que es la propia Guardia Nacional la que protege a los “manifestantes” a lo largo del camino, no sólo protegiendo su integridad… sino recogiendo el dinero recolectado durante el día.
¿Acaso para vigilar y operar su reparto piadoso y salomónico entre los “muy humildes descalzonados” modernos que, como en la Revolución Francesa (los “sans culottes”), recurren a actos de violencia extrema bajo la protección o con el impulso del “nuevo estado revolucionario?… son esos nuevos “descalzonados” de cinto pitiado y hebilla con diamantes.
Porque, ¿a dónde va todo este dinero recolectado que dejan de recaudar los entes operadores de estos tramos carreteros?
Que, hay que aclararlo, no los opera directamente Caminos y Puentes Federales de Ingresos, S.C. (Capufe), sino organismos fiduciarios integrados de manera tripartita por las empresas constructoras, la institución financiera (bancos) y los gobiernos de los estados, respectivamente.
Sólo un par de casetas de cobro son las que no están tomadas y libres del acoso de los “manifestantes cívicos”; estas son: Vainillo y Mármol, en Sinaloa; en estas casetas no hay manifestantes y los usuarios sí pueden contar con el beneficio del seguro del viajero; lo que no sucede en los otros casos, previos a Vainillo y Mármol, que son: las casetas de Trapichillo, Ruiz, Acaponeta, en Nayarit y Rosario, en Sinaloa.
Así que son 12 casetas , de las 14 que hay en el tramo, las que están “tomadas pacíficamente”… están “libres de cobro”, dicen tramposamente los individuos que se atraviesan al paso de los vehículos en la famosa pluma, con picadientes en la boca y un paliacate sudado al cuello, soltando una bronca risa irónica y la clásica consigna de: “lo que guste cooperar, de 100 pa´arriba”.
El despertar del “México bronco”, habría consignado Jesús Reyes Heroles en estos, que son episodios en los que los Dorados de Villa habrían languidecido, por la cruda sinvergüenzada de sus acciones.

Son esas 12 casetas de cobro donde se pide “una cooperación voluntaria”, que va de los 100 a los 120 pesos sin excepción… pero también sin ninguna garantía de seguro de vida o daños, además de no poder comprobar ni fiscal ni administrativamente la erogacion de ese gasto.
Siguiendo el trayecto, se pasa por Costa Rica, San Pedro, Las Brisas, El Pisal, Cuatro Caminos y San Miguel, todas en Sinaloa. También están tomadas, no obstante que en las últimas dos, son operadas por el organismo público desconcentrado llamado Capufe. Aquí la cuota no baja de los 100 pesos, no obstante que son históricamente las cuotas más bajas cuando las opera el gobierno (48 y 55 pesos).

En este último tramo señalado, se han presentado actos de violencia contra conductores de transporte público o privado quienes, al negarse a pagarles a los manifestantes la cuota “voluntaria por boteo” que piden -pues necesitan comprobante para justificar sus traslados, además del seguro de viajero- han sido obligados con uso de arma de fuego a pagar la misma suma establecida oficialmente por Capufe.
Y las corporaciones policiales de los tres niveles de gobierno, en el pasado y hoy, cuando se les ocupa más porque no hay una justificación política de peso para estas “tomas” y “cobros” indebidos… brillan por su ausencia.
Argumentan los tomadores de casetas que el lapso legal para que se recuperase la inversión de las empresas, los bancos y los gobiernos ya transcurrió, por lo que dicen que son ilegales los cobros… aunque ellos los siguen exigiendo a los usuarios carreteros.
Luego se arriba a La Jaula y después a Fundición, en Sonora; el panorama es igual, desolador. Las policías locales y la Guardia Nacional pasan a toda velocidad por las casetas, sin mirar siquiera a los manifestantes; eso si, sin pagar claro está.
Se sigue hasta el libramiento Guaymas-Hermosillo, a donde por las protestas de la tribu Yaqui, la tensión es más fuerte pues hay con frecuencia interrupciones al flujo vehicular por las protestas de esta comunidad indígena. Todo un calvario, donde lo que menos hay son medidas de seguridad y garantías, en este tramo de la rúa troncal que comunica a México con el pacífico norte, California y Arizona.
Pero volviendo a la analogía originalmente planteada de las cofradías… ¿A qué fondo público o piadoso van estos recursos, celosamente “protegidos” y hasta recolectados por la Guardia Nacional?.
¿No será el financiamiento de alguna campaña política para algún candidato?
Cabe señalar que al titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal (SSyPC) ya no se le ve despachar en la Ciudad de México. Ha trascendido incluso que su renuncia es inminente, para que se dedique de lleno a cabildear buscando el voto de los sonorenses y que, incluso, está desde hace un par de semanas despachando en territorio sonorense, bajo el pretexto de atender directamente el grado de descomposición por violencia que vive esa entidad.
Será el sereno, pero esto, a la manera de la época virreinal, nos da la certeza de que hay nuevo “señor virrey” cobrando alcabalas en la región noroeste. Se llama Alfonso Durazo Montaño y es el “gallo” de AMLO para la candidatura al Gobierno de Sonora por Morena.

Autor: Héctor Calderón Hallal
@pequenialdo
E-Mail: [email protected]

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