Educación, vía para erradicar la violencia digital .

Necesario, un trabajo de prevención: Tamara Martínez Ruiz, coordinadora para la Igualdad de Género de la Universidad Nacional¨.

/ Laura Lucía Romero Mireles /

02.07.2023 México La vía para erradicar las violencias y agresiones en el entorno digital y fuera de él es la educación, y la segunda emisión del Foro Universitario contra la #Violencia_Digital_ contribuye a esa tarea.

En la inauguración del encuentro, Diana Tamara Martínez Ruiz, coordinadora para la Igualdad de Género de la UNAM, señaló que la pandemia nos ha hecho ver, entre otros aspectos, la importancia de las tecnologías como nuevas vías para democratizar la educación. Pero, por desgracia, “este espacio no está exento de reproducir violencias y violencias de género”.

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de Relaciones en los Hogares registró en 2021 que el 13 % de las mujeres de 15 años y más han experimentado alguna situación de violencia a través de medios digitales, expuso. Ésta se presenta en diversos espacios: por ejemplo, el 14 % la vive en el entorno escolar; el 5 % en el laboral; el 16 % en el comunitario o el 1 % en el de pareja.

La prevención de la violencia es una labor de las instituciones y de nuestra Universidad, recalcó, puesto que, entre otras consecuencias, las víctimas de las violencias digitales, con frecuencia reducen la utilización de las tecnologías, limitando sus libertades y sus confianzas en el uso de los medios digitales y electrónicos, e internet, lo cual impacta en los derechos humanos de las personas, desde vivir una vida libre de violencia hasta el acceso a la educación.

Martínez Ruiz precisó que se vuelve necesario fortalecer los esfuerzos por disminuir las violencias digitales no sólo por medio de estrategias punitivas, sino también mediante un trabajo de prevención. “Este foro nos permitirá reflexionar sobre cómo podemos combatirla y prevenirla”.

Como institución universitaria, finalizó, es nuestro deber promover ambientes libres de violencia e impulsar las acciones necesarias para promover la igualdad sustantiva en todos los ámbitos y para todas las personas, incluyendo el virtual. “La UNAM discute estos temas, tan necesarios de visibilizar, para darles solución”.

La directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Carola García Calderón, sostuvo que un reto constante que ha acompañado el desarrollo de las tecnologías de información y comunicación es cómo utilizarlas con responsabilidad y de manera segura.

La vida cotidiana nos obliga a tener un estrecho y frecuente contacto con ellas, por lo que resulta pertinente hablar de alfabetización mediática, añadió. Diseñar y producir procesos de enseñanza-aprendizaje, así como espacios que le otorguen la importancia debida a ese tema, es una tarea multidisciplinar.

Únicamente colaborando seremos capaces de enseñar a los usuarios a identificar situaciones que nos vulneran, a tener la capacidad de evitarlas o, incluso, denunciarlas. Desde la academia es necesario trabajar en la alfabetización digital y abrir los debates necesarios para que se dé un mayor desarrollo de políticas públicas eficientes que promuevan la seguridad, la libertad de expresión y la privacidad en la digitalidad, en especial, de grupos vulnerables expuestos a las violencias que pueden existir en internet”.

En tanto, César Domínguez Pérez- Tejada, director general de Divulgación de la Ciencia (DGDC), recalcó la necesidad de reflexionar profundamente sobre cuáles son los límites de la libertad de expresión y cómo las redes sociales pueden ser reproductoras de estigmas, estereotipos y discursos de odio.

Es imperativo que las plataformas sociodigitales garanticen la seguridad de los usuarios, pero es a la sociedad a la que le corresponde fomentar un ambiente de respeto y educar en ese sentido, alertó.

Se requiere la construcción de políticas públicas y normas de convivencia que nos hagan respetarnos los unos a los otros. “Iniciativas como la que hoy nos ocupa, nos permitirán avanzar en esa construcción y nos darán la oportunidad no sólo de reflexionar sobre esa cuestión, sino de sembrar las bases de una cultura digital”.

En aumento

Cristina Múzquiz Fragoso, directora de Docencia en Tecnologías de Información y Comunicación de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC), dijo: “por segunda vez nos reunimos para abordar un tema crucial: la violencia en redes sociales y plataformas digitales”.

Según un estudio de la ONU, en 2020, el acoso en redes sociales inicia a las edades de 14 a 16 años. “Esta tendencia aumentó durante la pandemia ya que todos estábamos más tiempo en línea”. En ese mismo estudio se concluye que el 60 % de las niñas y mujeres jóvenes, entre 15 y 25 años, han experimentado algún tipo de acoso. De ahí la importancia del tema.

En el contexto del Seminario de Redes Sociales y Entornos Digitales, organizado por la DGTIC, la DGDC y la FCPyS, la universitaria comentó que este encuentro es organizado por representantes de entidades comprometidas con la promoción de un entorno digital seguro y equitativo. “Nuestro objetivo es analizar este problema y reflexionar sobre las acciones que podemos emprender para combatirlo y garantizar la seguridad de todas las personas”.

Un espacio más que habitamos

En la conferencia Violencia digital en México, Marcela Hernández Oropa, coordinadora de Proyectos del Frente Nacional para la Sororidad, acotó que “lo que más ha costado en el trayecto de visibilizar la violencia en los espacios digitales, es que se sepa que lo virtual es real, un espacio más que habitamos las personas”.

La violencia digital no se puede entender como disociada de los otros tipos de violencia. Es una modalidad más, pero con ciertas particularidades: es posible agredir bajo el anonimato, con identidades falsas o usurpando la identidad de alguien más; o cuando un contenido nocivo llega a internet es difícil “bajarlo” o no hay garantía de total eliminación, sobre todo si se llega a viralizar.

Las sociedades están aprendiendo a regular los espacios virtuales que fueron pensados como absolutamente libres; pero hoy vemos que es necesario acotar nuestras interacciones, resaltó.

El “violentómetro” virtual va desde la exclusión virtual, insultos electrónicos y violación de datos personales, hasta la sextorsión, difusión de contenido íntimo sin consentimiento y la trata virtual de personas, pasando por el acecho, el hostigamiento, la suplantación o la difamación virtuales. La mayoría de las víctimas saben que la persona que las agrede es una expareja o alguien que no ve sometida a laa mueres en el espacio virtual en el que habitan.

Finalmente, Hernández Oropa recomendó que en caso de querer denunciar, la víctima debe resguardar toda la información y pruebas (conversaciones, capturas de pantalla, etcétera) en dispositivos USB y contar con testigos.