Madrid, 15 jul. 22. AmecoPress. – Esta mañana se ha presentado en el Ministerio de Igualdad el “Estudio sobre las necesidades y demandas de las personas no binarias en España”, coordinado por la Dirección General de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI. La presentación del estudio ha contado con la presencia de la directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGBTI, Boti G. Rodrigo, y con la autora y autor del estudio, Isabel López y Gorka Tobalina.
El estudio es el resultado de un trabajo colectivo en el que se han implicado muchas personas. “Un ejercicio de reflexión colectiva que se debe traducir en la creación de conocimiento útil que apoye la promoción de políticas públicas concretas y de cambios sociales necesarios”, ha explicado Boti G. Rodrigo.
Y es que “había la necesidad de levantar la voz. Había muchas ganas de colaborar y hablar”, ha destacado Isabel López. De hecho, el estudio ha contado con la participación de 2000 personas. El no binarismo de género es un fenómeno social emergente que se hace visible y con un aumento de la tendencia en los últimos ocho años. Pero se sabe muy poco de ello. Las personas no binarias —aquellas que no se identifican ni como hombres ni como mujeres— suscitan muchos interrogantes, incluso dentro del colectivo LGTBQ. Ante esta “demanda constante de pedagogía social”, son las personas no binarias las que se ven obligadas a responder a las dudas, con el consiguiente desgaste.
El 95 por ciento de las personas que han participado en el estudio tiene menos de 35 años y un 75 por ciento declara que tenía entre 15 y 25 años cuando encontró la primera etiqueta relativa al género no binario.
El 84 por ciento de las personas que han participado en el estudio se identifica con la etiqueta de género no binario. Del otro 16 por ciento, un 3 por ciento hace lo propio con género fluido y otro 3 por ciento se siente más cómodo en la categoría de agénero. Además, el 64 por ciento se considera trans y el 3 por ciento intersex. La mayoría de las personas encuestadas, el 75 por ciento, nacieron como mujeres.
Pero las categorías no son inmutables. El 78 por ciento de las personas interpeladas para el estudio reconoce haber cambiado de etiqueta, al menos una vez en la vida.
Respecto al uso de los pronombres, un 35 por ciento de las personas indica que hacen un uso indiferente de ellos, mientras que un 19 por ciento alterna entre “ella” y “elle”. El 15 por ciento combina “él” y “elle”, mientras que el 9 por ciento se identifica como “elle” en exclusiva.
“Estamos presenciando el surgimiento de una realidad dentro del colectivo LGTBIQ, que tiene sus propios problemas, sobre el que hay un gran cuestionamiento y existe muy poco conocimiento cuando se trata de dar respuestas que se ajusten a sus demandas y realidades. Este estudio, pretende paliar esta situación”, ha concluido López.
Gorka Tobalina ha sido el encargado de transmitir “las condiciones particulares de vulnerabilidad a las que se enfrentan las personas no binarias en su vida cotidiana” que se recogen en el estudio. Es fundamental conocer estas situaciones “para llevar a cabo políticas públicas y mejorar la vida de las personas”.
Vulnerabilidades
El estudio consiste en tres bloques. El primero, titulado “Conceptualizaciones propias y emergencia del no binarismo en el contexto español”, recoge las comprensiones propias de las personas no binarias sobre los conceptos de no binarismo de género, persona no binaria y experiencia no binaria; y proporciona un análisis sobre las condiciones, agentes y entornos que son clave en la emergencia del no binarismo en el contexto español.
El segundo bloque, titulado “Las personas no binarias en el contexto español”, recoge elementos clave en la interacción de las personas no binarias con el contexto, identificando elementos que, de manera transversal, aparecen en los relatos sobre diversos ámbitos de la vida. También se identifican las principales necesidades y demandas de las personas no binarias en diversos ámbitos públicos y privados, como el sanitario, administración y espacios públicos, laboral, familiar, relaciones sexoafectivas, educativo y el relativo al ocio y el descanso.
El bloque final recoge las principales conclusiones, desafíos y recomendaciones para atender las necesidades y demandas de las realidades no binarias en el contexto español.
En ese sentido, se identifica a los grupos de amistades, los grupos de iguales y el contexto digital, como los entornos facilitadores de recursos materiales y afectivos más relevantes para la transición o evolución en el género. Por el contrario, el entorno familiar y los ámbitos educativo, sanitario y laboral son identificados como los entornos más inseguros y que imponen las limitaciones más importantes para acceder a recursos materiales y afectivos para la transición y/o evolución en el género.
Por otra parte, el estudio también señala que el modelo vigente de definición y aplicación de la identidad género en el acceso a recursos y políticas públicas, produce condiciones particulares de desigualdad y barreras específicas, que se deben al desconocimiento en la atención a posibilidades de género. El 60 por ciento considera que reconsiderar los modelos de registro del sexo para propósitos públicos y abordar el reconocimiento de las personas no binarias son desafíos prioritarios.
Dichas exclusiones producen efectos materiales y concretos, por ejemplo, en experiencias de evitación y desconfianza sobre las instituciones y servicios públicos básicos. Esto se traduce en miedo a las consecuencias de la visibilidad pública, así como en incertidumbre hacia las relaciones sociales y en precarización de las condiciones de vida.
Según el estudio, cuando las personas no binarias expresan su identidad de género, se encuentran con comentarios de desconocimiento (38 por ciento) y con preguntas incómodas (21 por ciento). El 16 por ciento reseña actitudes de desprecio. En el extremo opuesto, el 21 por ciento habla de interés respetuoso. Que es una moda, una chorrada, una fase o una necesidad de llamar la atención son los principales comentarios que reciben las personas no binarias.
Entre otras conclusiones, el estudio afirma que se hace patente la falta de un “debate social serio, respetuoso y riguroso” que se pregunte por las respuestas que como sociedad se quieren dar a los desafíos que estas vivencias y experiencias no binarias plantean.
Fotos: Archivo AmecoPress.