*Escrito por Arantza Díaz.
31.04.2025 Ciudad de México.- El Plan Nacional de Desarrollo es el eje rector más importante de cada gobierno; una guía que evidencia cuáles son las prioridades del Estado, pero también, los puntos ciegos de su agenda. La construcción de este documento tiene sus bases en la participación ciudadana y representa, entre otras cosas, hacia dónde remará el país los próximos seis años –hasta 2030-, por ello, es una responsabilidad colectiva poner la lupa sobre el documento y revolucionar la forma en que comprendemos el Plan Nacional de Desarrollo; no más letras muertas, ni archivos olvidados en los cajones de las Secretarías.
Los alcances de este documento son variados y, en esencia, podría implicar un cambio de paradigma en los derechos humanos de las mujeres, siempre y cuando, exista una verdadera voluntad política, una articulación interinstitucional y por supuesto, recurso suficiente para tener un margen amplio de maniobra.
¿Qué es un Plan Nacional de Desarrollo?, ¿quién vigila su cumplimiento?, ¿qué debemos saber de esto? Para responder a estos esencialismos, Cimacnoticias conversó con la doctora Gloria Rocío Estrada Antón, presidenta de la Comisión Técnica de Comercio Exterior del Colegio de Contadores Públicos de México.
Las bases del Plan Nacional de Desarrollo están contenidas en el artículo 26 de la Constitución, apunta Gloria Estrada, ahí se estipula cómo se debe crear un proyecto nacional para que no sea un gobierno alimentado por ideas; no puede existir –digamos– un gobierno de ocurrencias. Todo debe estar planeado y definido.
«La ley facultará al ejecutivo para establecer los procedimientos de participación y consulta para que se pueda crear este Plan Nacional de Desarrollo»,, en primeros meses, el gobierno en turno abre sus convocatorias para que haya una participación ciudadana, pero también, de instituciones, de organizaciones y de sectores para que se puedan aportar ideas y construir el Plan Nacional de Desarrollo.
Esta etapa concluyó y dio lugar, precisamente, a la construcción del plan que se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 15 de abril. Para este Plan Nacional de Desarrollo se contó con la creación de dos foros de consulta pública, mismos, que contaron con la participación de la titular de la Secretaría de las Mujeres Citlalli Hernández y que pretendía escuchar a las mujeres y con base en ello, construir el apartado focalizado en las mujeres, sin embargo, esta información ha quedado en el vacío, pues el Plan Nacional no posee ninguna propuesta novedosa y repite los mismos compromisos realizados por Claudia Sheinbaum en su llegada a la presidencia.
“Sin duda existe una gran crítica de cómo se da, pues habla de dar una amplia consulta a la ciudadanía. Esta presidenta y cualquier otra, llega con una estrategia de nación, pero están obligados a consultar a por dónde están las prioridades y fue muy limitado, pues se concretó en sólo dos foros en los que prácticamente nadie participó, fueron sólo unas cuantas horas en puntos lejanos (Ciudad de México y Ciudad Juárez), no existió una amplia consulta. Nunca informaron cuántas propuestas recibieron, ni qué seguimiento se les dio.
Es como si estos dos foros no hubieran existido y finalmente, el Plan Nacional de Desarrollo ya está aquí y va a dirigir la política pública en los próximos 5 años”, refirió la legisladora Martha Tagle en el programa radiofónico de Cimac “Mesa Política”.
En papel normativo se puede apuntar a que las distintas estructuras civiles y privadas deben participar en la creación de este Plan Nacional de Desarrollo, «es así como la Constitución lo establece», repara la doctora Gloria Estrada. Y es que, se estipula que todas las ideas deben estar ahí contenidas, debe ser deliberativa, consensuada y consagrar los acuerdos necesarios para abrazar a todos los sectores que confluyen en la creación del documento.
Sin embargo, ¿qué tanto se puede presumir que el Plan Nacional de Desarrollo es accesible?: Si nosotras hiciéramos en este momento una encuesta, cuántas personas tienen conocimiento de la función que tiene el Diario Oficial de la Federación y lo que en él se publica, nos llevamos la sorpresa de que no muchas personas conocen que a través del Diario Oficial podemos identificar todas aquellas publicaciones oficiales que nos impactan como gobernados y creo que aquí el trabajo del Gobierno Federal también es la de difundir, el de difundir esa información para que aquellos destinatarios del Plan Nacional de Desarrollo conozcan cómo es que les va a afectar.
Claro que, a su vez el Plan Nacional de Desarrollo se va a traducir en política pública y al final nosotras vamos a ver cómo se entrelaza la planeación nacional con su implementación en política pública y finalmente en la creación del marco jurídico que son las leyes, responde la doctora Gloria.
México atraviesa por la apodada construcción de la Cuarta Transformación; «el piso 2» con su abanderada, Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta del país, quien oscila su discurso entre los derechos humanos de las mujeres indígenas, el feminismo, las brechas salariales y por supuesto, el ambicioso Sistema Nacional de Cuidados. Sus apuestas políticas han sido colocadas sobre la mesa desde su campaña presidencial y naturalmente, su Plan Nacional de Desarrollo goza de algunas peculiaridades a celebrar, pero también, puntos, en extremo, endebles donde parece que la transversalidad del género sólo está contenida en rubros obvios, mientras que en otros donde esta herramienta es vital, existe un discurso gínope que hace cuestionar si se va a tientas – o no- en su política autoproclamada feminista.
«En el tema de género, particularmente, hay una mención muy específica que hace Plan Nacional de Desarrollo sobre la garantía de esos derechos de las mujeres. Hace mucho hincapié precisamente en el acceso a los derechos humanos de las mujeres, reconociendo que esos derechos pues se ven truncados precisamente porque las mujeres enfrentan retos muy diferentes por condiciones de género con relación al género masculino»
Hablando precisamente de los ejes transversales, el Plan Nacional de Desarrollo tiene un eje transversal de los derechos de las mujeres.
¿Esto te parece novedoso, Gloria? No, en realidad ya existía en los anteriores planes de desarrollo, pero el énfasis que hace este es establecer qué. por ejemplo, el tema de la pensión que se le da a las mujeres arriba de los 60 y hasta antes de los 64 años, los derechos agrarios donde más de 150 mil mujeres van a tener reconocidos sus derechos sobre la tierra, un sistema nacional de cuidados; prevención de enfermedades, temas que se relacionan con los embarazos en adolescentes; la prevención y erradicación de la violencia de género en contra de las mujeres; representación política, entre otros.
A la mano tenemos un qué [se hará], pero para llegar a esto, falta responder una pregunta aún más expresa: ¿Cómo?
Ante ello, Cimacnoticias recoge cada uno de los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo en donde las mujeres están contempladas y recupera otros ejes fundamentales donde la perspectiva de género queda completamente fuera del radar del Estado, aún, cuando se cuenta con evidencia suficiente para respaldar la segregación y la exclusión que atraviesa a las mujeres en sectores diversos como la salud y la tecnología.
Eje General: Desarrollo con bienestar y humanismo | ||
Objetivo del Estado | Estrategias relacionadas a las mujeres | Datos y contrapesos |
Fortalecer la red de protección social para garantizar la inclusión social y económica de toda la población, con especial atención a los grupos en situación de vulnerabilidad | Estrategia 2.1.1Garantizar el acceso pleno a los derechos sociales de niñas, niños, adolescentes y jóvenes de hasta 23 años en situación de vulnerabilidad, priorizando a quienes carecen de uno o ambos padres, mediante apoyos económicos para su cuidado y educación. Estrategia 2.1.2Fortalecer la autonomía económica de las mujeres adultas mayores de 60 a 64 años en todo el país, con especial atención a mujeres indígenas y afromexicanas. |
En entrevista con Cimacnoticias, la economista especializada en temas de género Carmen Ponce Meléndez ha declarado que invertir en programas sociales es algo positivo, pues permite que muchas personas tengan acceso, por ejemplo, a la canasta básica y, en el caso de las mujeres, contribuye a que muchas de ellas salgan de la pobreza. No obstante, la economista ha referido de forma sostenida que no basta con estos apoyos económicos si no se cierran otras esferas de la violencia que empujan a las mujeres a la segregación y pobreza durante la vejez. Una verdadera garantía de seguridad se articula de cuidados, un patrimonio, una vida libre de violencia y la posibilidad de que toda mujer, a lo largo de su vida laboral, tenga la posibilidad de amasar un recurso propio en aras de construir una autonomía digna. Cuando hablamos de mujeres adultas mayores, la autonomía económica es determinante, ya que pueden o no disponer y usar de manera regular una cierta cantidad de recursos económicos que les permita satisfacer sus necesidades básicas y envejecer de forma digna. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nuevo Edición (ENOEN) de 2022, se estimó que había 17 millones 958 mil 707 personas de 60 años y más, representando al 14% de la población total del país, en las mujeres este porcentaje es de 15%. Según el Instituto Nacional de las Personas Mayores (Inapam), los factores que determinan la seguridad económica son el contexto social, político y económico, así como las oportunidades en su entorno. En el caso en que la situación sea favorable es porque las mujeres pudieron acceder a trabajos bien remunerados y dignos para crear ahorros y obtener bienes para su calidad de vida. Aunque se plantea que las mujeres de 60 años a 64 sean beneficiarias, su implementación se dará de manera gradual. Es decir que, durante 2025, solo las mujeres de 63 a 64 años que se registren y sean aprobadas serán parte del programa y hasta el 2026, se unirán el resto de las mujeres. |
Objetivo 2.3: Garantizar el ejercicio pleno del derecho a una educación inclusiva y equitativa para niñas, niños, adolescentes, jóvenes y personas adultas, promoviendo una formación humanista, científica, intercultural, plurilingüe e integral que mejore el bienestar de la población e impulse el desarrollo del país. | Desarrollar acciones y brindar apoyos para garantizar el ingreso, permanencia, orientación vocacional y conclusión de trayectorias educativas en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo Nacional, con perspectiva de género y pertinencia cultural. | En este objetivo se apunta el derecho a una educación inclusiva y equitativa, sin embargo, falta someter este punto a un crisol importante: Las mujeres son el grupo que más abandona sus estudios universitarios a causa del trabajo de cuidados que deben desempeñar en casa. De manera puntual, ese “desarrollo de acciones y apoyos”, debe contemplar, de manera forzosa, el sacrificio que hacen las adolescentes y universitarias por cumplir con su trabajo en casa; no basta con promover una “formación humanista” , si esta no es accesible para todas y todos. De acuerdo con la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022, aproximadamente 32 millones de personas mayores de 15 años ejercieron el trabajo de cuidados en sus hogares, de este universo, el 75% fueron mujeres. Es así, que las mexicanas, desde su adolescencia, pueden llegar a dedicar hasta 40 horas semanales al cuidado de su hogar, mientras que los hombres dedican casi la mitad de este tiempo; 25 horas. Según la Agenda Estadística de la UNAM 2022, las mujeres representan el 51% de su plantilla estudiantil. Y si bien se puede celebrar que las mujeres son mayoría en la educación superior, su tránsito para concluir una carrera es totalmente distinto; su camino para graduarse será más complejo y las cooptará de un mejor futuro laboral. |
Objetivo 2.4: Impulsar el desarrollo científico y tecnológico a través de la educación, formación y capacitación para el trabajo, garantizando servicios innovadores, pertinentes y actualizados que mejoren el bienestar y la calidad de vida de todas las personas. | Estrategia 2.4.2Impulsar políticas y programas de recapacitación, reinserción y reconversión de habilidades con perspectiva de género para fortalecer el bienestar laboral de toda la población en edad de trabajar. | La única estrategia dentro del objetivo 2.4 apunta a “programas de reconversión de habilidades con perspectiva de género”, una apuesta poco clara sobre cuál será exactamente el uso de esta herramienta y cuáles serán los beneficios que traerá en la vida de la población económicamente activa.
Asimismo, queda un vacío explicativo en saber qué son las “habilidades con perspectiva de género” y cómo estas habilidades pueden aportar a mejores oportunidades laborales, según refiere el mismo objetivo, se trata de garantizar un bienestar social y si bien se podría esbozar que la estrategia pretende apuntar a especialistas con mayores conocimientos en género, la realidad es que queda al aire cuáles son las especificidades de esto y si realmente repartir masivamente talleres de género implica una mejoría en la calidad de las atenciones. Ejemplos son varios y las instituciones que han virado a la perspectiva de género como una “necesidad” en sus filas forzando a sus plantillas a tomar cursos no es novedoso. En el sistema judicial se tiene la responsabilidad de realizar el trabajo desde una óptica de género y derechos humanos, incluso, la Suprema Corte de Justicia goza de toda un área dedicada a la investigación y difusión de género y derechos humanos; La Unidad General de Conocimiento Científico y Derechos Humanos que despliega cursos y capacitaciones todo el año. Los resultados: La Asociación Mexicana de Juzgadoras en México, a través de una encuesta realizada por World Justice Project (WJP) dio a conocer que en 2022 sólo 1 de cada 4 juezas encuestadas, consideró que se utiliza la perspectiva de género de forma adecuada entre sus colegas, en otras palabras, el 75% de jueces, juezas, magistradas y magistrados, no hace uso de esta herramienta en el tratamiento de sus casos. |
Objetivo 2.7: Garantizar el derecho a la protección de la salud para toda la población mexicana mediante la consolidación y modernización del sistema de salud, con un enfoque de acceso universal que cierre las brechas de calidad y oportunidad, protegiendo el bienestar físico, mental y social de la población. | Estrategia 2.7.2Reforzar las políticas de salud colectiva, tomando en consideración prácticas médicas tradicionales respaldadas científicamente, que prioricen la detección, prevención y atención de enfermedades, así como la promoción de la salud, contribuyendo al bienestar poblacional a través del Sistema Nacional de Salud Pública. Estrategia 2.7.7Consolidar la infraestructura y equipamiento médico alineados con las necesidades demográficas y epidemiológicas, reduciendo las brechas en atención sanitaria |
Según apunta la estrategia del objetivo 2.7, se considerarán las prácticas tradicionales que se focalicen en la promoción y contribución del bienestar colectivo, siendo una de las prácticas más evidentes la partería. A pesar de que esta estrategia reconozca la medicina tradicional, no se debe dejar fuera del visor que se ha aprobado una Norma Oficial Mexicana 020 que segrega la partería y criminaliza este trabajo.
La llegada de la NOM 020 implica, entre otras cosas, una división de las parteras, desdibuja lo que es una Casa de Partería y prohíbe a las parteras tradicionales el uso de medicamentos; la vida de mujeres corre peligro con la llegada de un marco normativo que, más que contemplar las necesidades de las mujeres durante el parto emprende una división y apremia su incapacidad para brindar una atención humana y de cuidados a las madres y sus bebés. El primer punto para deshilar los puntos débiles de esta norma es saber que pretende limitar y excluir a las parteras tradicionales, en su lugar, serán las enfermeras obstétricas y perinatales quienes ocuparán el espacio, sin embargo, resulta evidente la pérdida de conocimientos; las y los enfermeros no son parteros, ni poseen las herramientas de una partera tradicional para garantizar un nacimiento seguro, saludable y acompañado. Pero, si en esencia podría parecer que el Estado defiende la seguridad de las mujeres y que, no hay nada mejor que atenderse en manos de «profesionales», ¿entonces, cómo golpea a las parteras? El asunto es que, las personas de enfermería no tienen idea de cómo laborar la partería; esa carrera no les da las herramientas suficientes para ejercer como parteras y las clases que toman durante su formación, las da, precisamente, las parteras tradicionales. No es nuevo que se criminalice el trabajo de las mujeres parteras, pues desde mediados del 1800, cuando se instauró la ginecología los saberes de estas mujeres fueron relegados; considerados faltos de ciencia, incluso, se sabe de documentos donde los doctores les llamaban sólo “ancianas de vecindad”. Graciela Freyermuth Enciso escribe para Cimacnoticias en Entre la autonomía y la norma: partería tradicional frente a la NOM-020 que la pretendida regulación -desde el sector- salud fue denunciada como una forma de apropiación institucional, sin consulta previa, que pone en riesgo no sólo la continuidad de sus prácticas, sino también los derechos culturales, reproductivos y territoriales de las comunidades. A pesar de que el Artículo 2º de la Constitución mexicana reconoce el derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación, a preservar sus sistemas normativos internos y a ejercer sus propias formas de organización, incluida la atención a la salud, la NOM-020-SSA-2024 omite por completo este marco jurídico. La norma no establece distinciones entre parteras indígenas y mestizas, ni entre aquellas que ejercen en contextos rurales, urbanos o comunitarios, diluyendo así la especificidad del derecho colectivo a la autodeterminación. Al ignorar este sustento constitucional, la NOM uniforma el tratamiento normativo de la partería tradicional y desvincula su ejercicio de los sistemas de salud propios de los pueblos indígenas. En este sentido, resulta contradictorio el discurso a favor de las comunidades indígenas -hablando, incluso, del llamado Año de la Mujer Indígena-, así como las estrategias de este objetivo de reconocer los saberes tradicionales cuando se tiene en el mapa la NOM 020 que más que producir un bien comunitario, ejerce el extractivismo sobre el trabajo y conocimiento de las parteras de nuestro país. |
Objetivo 2.8: Fomentar la investigación e innovación en salud para mejorar la capacidad de respuesta del sistema de salud mexicano, asegurando eficiencia y eficacia, con un enfoque prioritario en las personas en situación de mayor vulnerabilidad. | Estrategia 2.8.1Ampliar el acceso a servicios de salud especializados, preventivos y de largo plazo, con el objetivo de reducir la incidencia y el impacto de enfermedades crónicas, degenerativas e incapacitantes. Estrategia 2.8.2Formar talento científico de alto nivel para asegurar la continuidad y evolución de la investigación en salud, generando publicaciones científicas y materiales de divulgación que favorezcan el conocimiento sobre temas prioritarios y emergentes en salud pública y bioética, con un enfoque de género e interculturalidad. |
La estrategia 2.8.1 nombra la necesidad de ampliar el acceso a servicios de salud, particularmente, en la atención a enfermedades degenerativas e incapacitantes. En este recuadro no se hace una mención particular sobre la perspectiva de género a sabiendas, de que existe un vacío importante en materia de investigación y prevención en los padecimientos que atraviesan a las mujeres, como el cáncer de mama / cervicouterino, así como otras enfermedades crónicas con altas tasas registradas en mujeres como la artritis; padecimientos que tardan años en ser diagnosticados y con frecuencia, son finalmente atendidos en etapas avanzadas.
Sólo en un repaso breve, en este objetivo resulta vital que se reconociera la falta de mastógrafos en México. De acuerdo con datos abiertos de los Recursos en Salud Sectorial 2023, actualmente hay 803 mastógrafos en todo el país para atender a mujeres de 50 años y más que representa al 23.8 % de las 67 millones mil 958 mujeres reportadas en el país a mediados del año pasado. Se estima que en México al menos la mitad de los casos de mujeres diagnosticadas con cáncer de mama son detectadas en etapas avanzadas o metastásicas, es decir, cuando el tumor maligno invade otras áreas del cuerpo. La mastografía es uno de los principales mecanismos para detectarlo -principalmente en las mujeres de 40 años en adelante-. Sin embargo, el sistema de salud mexicano no se da abasto para producir las mastografías suficientes para un buen diagnóstico. De acuerdo con el estudio exploratorio que correlacionó la cantidad de mastógrafos del sector público existentes en 2020 con la cantidad de mujeres de entre 40 y 69 años, actualmente se cuenta con el número de mastógrafos suficiente sólo para elevar la oferta de estudios de tamizaje al 50% a nivel nacional. También se observó que la distribución de estos equipos no es equitativa, pues hay estados con grandes necesidades de inversión en equipo y que han sido dejados a la deriva con apenas un grupo reducido de mastógrafos -entre 6 y 10 en todo el Estado- donde figuran Chiapas, Colima o Oaxaca. Por su parte, la estrategia 2.8.2 apunta a los avances científicos y estudios oportunos, nuevamente, no se se hace alusión a la perspectiva de género y a la necesidad de sacar el androcentrismo de la medicina. Los avances científicos no siempre representan una mejoría en la calidad de vida de las mujeres, pues la medicina tiene una sólida raíz en el androcentrismo y en el desconocimiento del cuerpo de las mujeres. Esto se replica en otras enfermedades autoinmunes como la artritis que tiene una tasa mayor en mujeres. En terrenos de padecimientos mentales, se encuentran las dificultades para que especialistas logren dar un diagnóstico certero de autismo, pues las pruebas de investigación se han realizado teniendo como modelo único los signos de los hombres, por ello, existe una tasa altísima de mujeres que utilizan el «masking» (forzarse a ser funcionales y disfrazar sus conductas). En la psiquiatría, Cimacnoticias ha conversado con la doctora Gisel Cano especialista en adicciones quien ha apuntado para la investigación Muertes en Custodia que, con frecuencia, la industria farmacéutica asume que la humanidad es sinónimo de hombre. Esto quiere decir que, en materia de adicciones, muchos fármacos fueron diseñados exclusivamente para hombres, por lo tanto, las y los psiquiatras andan a «tientas» hasta encontrar la mejor dosis para erradicar ciertas adicciones; no hay ninguna basal que le permita saber cuáles funcionan mejor en el cuerpo de las mujeres. Según la revista Revisiones en Cáncer (2024), en el mundo, el cáncer de ovario es más frecuente a partir de los 50 años. Además, en la revista se ha dedicado todo un apartado a los factores «menos claramente establecidos»; las preguntas aún son muchas y tampoco hay pista alguna sobre con qué elementos externos se relaciona el cáncer de ovario. No se sabe qué tanto influye la alimentación, la actividad física, el consumo de alcohol, ni de tabaco, ni de terapias hormonales y tampoco qué tanto ciertos fármacos podrían representar la creación de células cancerígenas en los ovarios: «No hay evidencia sólida que respalde las hipótesis», sostiene la revista especializada. |
Objetivo 2.9: Garantizar el derecho a una vivienda adecuada y sustentable que mejore la calidad de vida de la población mexicana, contribuyendo a cerrar las brechas de desigualdad social y territorial. | Estrategia 2.9.2 Impulsar el financiamiento en el sector de vivienda mediante mecanismos y programas que faciliten la adquisición, autoproducción y mejora de viviendas, con el objetivo de reducir el rezago habitacional.
Estrategia 2.9.2 Impulsar el financiamiento en el sector de vivienda mediante mecanismos y programas que faciliten la adquisición, autoproducción y mejora de viviendas, con el objetivo de reducir el rezago habitacional. |
En el objetivo que refiere el derecho a la vivienda y programas de adquisición no hace ninguna alusión -en ninguna de sus estrategias- a las mujeres. Sin embargo, se puede rastrear mayor información sobre otras medidas como el cerrar brechas salariales y los proyectos por incluir a las mujeres en el mercado formal, recordando que este sector tiende a ejercer con mayor incidencia en la informalidad. Ahora bien, se esboza de forma muy escueta la reducción del rezago habitacional y es nula la perspectiva de género: ¿Cómo se garantizará que las mujeres puedan obtener créditos y adquirir una vivienda? El derecho a la vivienda es una más de las desigualdades que padecen las mujeres en México y, en un contexto de encarecimiento causado por la gentrificación contrastado con los bajos ingresos, cada vez es más difícil que las mujeres accedan a una vivienda digna, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi, 2018), solo el 35.6 por ciento de los financiamientos otorgados por los Organismos Nacionales de Vivienda (Onavis) y 31.6 por ciento de subsidios federales se otorgan a mujeres, en contraposición al 60 y 66.8 por ciento respectivamente, para los hombres.
Caso similar sucede con el acceso a créditos de banca múltiple (Comisión Nacional Bancaria y de Valores, 2022). Todo esto a pesar de que las mujeres tienen una mayor participación en la fuerza laboral, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE, INEGI 2023). Tener un techo seguro es fundamental para la estabilidad mental, familiar y social de todas las personas, pero más aún para las mujeres, pues en una sociedad profundamente machista, a ellas se les encomiendan las actividades de cuidados. Asimismo, estos datos deben ser cruzados con los elementos de la violencia -particularmente la doméstica-, donde la falta de una vivienda y un espacio seguro implica una estructura de la violencia. Esto quiere decir que, sin autonomía, ni un hogar propio, las mujeres tienden a experimentar con mayor incidencia las agresiones físicas, psicológicas y sexuales de sus parejas, en añadidura, son ellas quienes quedan en vulnerabilidad al escapar de estos hogares. Sin hogar, contención y seguridad, la calidad de vida de las mujeres se ve fuertemente mermada. Ahora bien, ¿todo está perdido en este apartado? Sí y no. Si bien aquí no se habla expresamente de mujeres, sí podemos encontrar un indicio en la reforma al Infonavit lanzada en diciembre del 2024. Según sostiene el dictamen, el beneficio principal recaerá sobre 3 grupos poblacionales: 1.- Madres autónomas Sobre esta misma línea, se ataja que la creación de esta empresa filial pondrá el foco sobre la clase trabajadora y sus necesidades de vivienda, conformando así, una opción no regresiva que ofertará diversas modalidades de acceso a la vivienda (como por ejemplo. créditos flexibles u operaciones de contado) y con ello, la reforma promete eliminar las barreras económicas que han cooptado a la población de acceder a sus derechos. |
Eje General: Economía Moral y Trabajo | ||
Objetivos del Estado | Estrategias relacionadas a las mujeres | Datos y contrapesos |
Objetivo 3.1: Dignificar la remuneración laboral de las personas trabajadoras, especialmente aquellas de familias vulnerables, garantizando salarios justos. | Estrategia 3.1.2Garantizar que la política de salarios mínimos incorpore perspectiva de género y justicia social, contribuyendo a reducir las brechas salariales de grupos históricamente discriminados, mediante monitoreo y evaluación. | El primer objetivo que nombra a las mujeres en el Eje General 3: Economía Moral y Trabajo, es el 3.1, que hace alusión a los salarios mínimos. Según apunta, para lograr esto, se realizarán políticas públicas que prioricen la justicia social y el cierre de las brechas salariales. En este objetivo, se tienen los primeros resultados con el avance de la Ley de Salario Mínimo que contempla la regulación del sistema de propinas en la industria del entretenimiento, servicios, restaurantes y hoteles, donde las mujeres ocupan un buen porcentaje de estas plantillas laborales.
La iniciativa fue aprobada este mes de abril por la Comisión de Trabajo y Previsión Social y parte de las condiciones de trabajo que ha generado el empleo informal, el cual es definido como aquellas «actividades realizadas por empresas sin personalidad jurídica que no están registradas bajo formas específicas de la legislación nacional, caracterizadas entre otros elementos, por un alto déficit de trabajo seguro y bien remunerado» por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). |
Objetivo 3.2: Promover el trabajo digno para todas las personas en edad laboral, especialmente para los grupos históricamente vulnerados, facilitando su inserción en empleos alineados con las vocaciones económicas de los mercados laborales regionales y locales. | Estrategia 3.2.2 Fortalecer las capacidades institucionales que garanticen los derechos laborales, promuevan la igualdad de oportunidades y la inclusión de grupos vulnerables al mercado laboral formal, con un enfoque en el Humanismo Mexicano, la igualdad sustantiva y la no discriminación.
Estrategia 3.2.5Brindar acceso a la seguridad social para los trabajadores de la economía digital, adaptándose a las nuevas necesidades tecnológicas del mercado laboral. |
Dentro de la misma rama de salarios, se encuentra la promoción del trabajo digno, la igualdad de oportunidades y por supuesto, la seguridad social de las personas que trabajan en la economía digital. Este rubro se enfoca en el empleo formal y en la igualdad de oportunidades a través de fortalecer las capacidades institucionales. Sin embargo, esto no representa precisamente el hilo negro, pues según la Organización Internacional del Trabajo, al menos el 75% de las empresas en el mundo tienen políticas de inclusión y equidad de género.
La conversación en este asunto oscila en que, no sólo basta al hablar de equidad en las compañías, sino en los motivos esenciales por los cuales las mujeres no logran acceder a espacios de tomas de decisión; no basta con más mujeres en el trabajo, si éstas, no logran desarrollarse, hacer carrera, reconocimiento y obtener cargos gerenciales. Según el informe “Mujeres en los negocios 2023: Los avances hacia la paridad”, realizado por de Grant Thornton”, se proyecta que para este 2025 las mujeres ocupen sólo 3 de cada 10 cargos gerenciales / ejecutivos. Y aunque los motivos son varios -como por ejemplo, la violencia laboral, el acoso, el pacto patriarcal, el sexismo-, se debe apuntar a que el cuidado es una de las claves más importantes. Según registró el IMCO, en México, 31.6 millones de personas de 15 años y más brindan cuidados sin recibir una remuneración a cambio, esto representa 32% de la población total. Sin embargo, tres de cada cuatro personas cuidadoras son mujeres, en específico madres, quienes tienden a pausar sus carreras profesionales por este motivo. Asimismo, apuntan a un hallazgo preocupante: 9 de cada 10 personas que abandonan el trabajo por motivos de cuidado son las mujeres. En aras de repensar esto, se recuerda que el Sistema Nacional de Cuidados ya ha comenzado a desplegarse y ha puesto el acento en las infancias, por lo que en este objetivo, resulta fundamental no sólo hablar de equidad en el mercado formal, sino también, de que el piso sea parejo al momento de ejercer una carrera profesional. |
Objetivo 3.3: Dignificar las pensiones aumentando la inclusión, cobertura y rentabilidad de los ahorros, fortaleciendo el Sistema de Ahorro para el Retiro. AQUI NO HAY NADA AUNQUE LAS MUJERES NO GOCEN DE DINERO EN EL RETIRO | Estrategia 3.3.2Promover un sistema de ahorro para el retiro transparente, cuya normatividad priorice a las y los trabajadores | Focalizado los sistemas de ahorro para el retiro, ninguna de las estrategias nombra la perspectiva de género y tampoco dedica un apartado particular a cómo mejorar las condiciones de las mujeres, ello, a pesar de que, al final de la vida laboral, las mujeres no gozan de recursos, ni sostenibilidad en la vejez. En México, sólo 2 de cada 10 mujeres mayores, 25.4 por ciento, reciben ingresos por pensión contributiva, es decir, una remuneración exclusiva para quienes laboraron en el sector formal y que contaron con seguridad social, mientras que en el caso de los hombres mayores este ingreso lo adquieren 4 de cada 10, 41.5 por ciento, según el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
En el estudio “Futuro Equitativo: Pensiones y Brecha de Género” del mismo instituto, se expone que, de acuerdo con las proyecciones demográficas, se espera que para 2050 el número de adultos mayores se duplique en comparación con 2024: pasará de 11.2 a 26.7 millones. Se estima que de esta población, 14.7 millones serán mujeres mayores de 65 años o más, mientras que 12.0 millones serán hombres. Esto significa que las medidas adoptadas en el presente respecto a las pensiones, en algunos años tendrán un impacto directo en los ingresos y en el sustento de una población envejecida, en su mayoría compuesta por mujeres. Según Daniela Balbino, investigadora del Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C, (IMCO) la disparidad de ingresos se registra en los ahorros acumulados en las Afores pues, en promedio, las mujeres tienen en sus cuentas individuales alrededor de 75 mil 208 pesos, 24% menos que los hombres, que tienen 98 mil 891 pesos. A esto se suma el considerable tiempo que ellas dedican al trabajo no remunerado, una labor que recae mayormente en manos de las mujeres en forma de cuidado de hijos, personas adultas mayores, enfermos y que no es reconocido por el sistema de pensiones. Aunque su valor económico se ha calculado en 24% del Producto Interno Bruto (PIB), la participación de las mujeres en estas tareas, a menudo, se traduce en una disminución aún mayor de sus ingresos destinados para la vejez. Las interrupciones en sus carreras profesionales, así como la ocupación en empleos a tiempo parcial o informales para atender estas responsabilidades, no se reflejan adecuadamente en sus registros de cotización. Ahora bien, se recuerda que dentro de las reformas de López Obrador se encuentra el dictamen busca que los ahorros para el retiro y vivienda de los trabajadores de 70 años o más que no hayan sido reclamados o que se encuentren inactivos sean enviados a este nuevo Fondo de Pensiones y se usen para que las y los mexicanos puedan recibir 100 por ciento de salario en la edad de jubilación, aunque cualquier reforma en la materia, para ser verdaderamente justa y equitativa, debe contemplar una perspectiva de género, dado que en México hay más de 67.6 millones de mujeres. El decreto de reforma fue firmada por el presidente el pasado primero de mayo del 2024 y contempla modificar el segundo párrafo del artículo 302 de la Ley del Seguro Social, agregando la creación de un Fondo de Pensiones para el Bienestar, el cual será un “fideicomiso público no considerado entidad paraestatal”. Adicionalmente, este fondo prevé utilizar recursos incautados por el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep), así como de las utilidades de proyectos gubernamentales. |
Objetivo 3.5: Contribuir al bienestar y la inclusión social de la población rural, enfocándose en micro, pequeños y medianos productores agropecuarios, acuícolas y pesqueros, así como en las personas jornaleras, mediante acciones que mejoren sus ingresos. | Estrategia 3.5.1Mejorar el ingreso y promover la inclusión social de la población rural y las personas jornaleras, a través de la formalización del empleo y la dignificación del trabajo, garantizando el reconocimiento de sus derechos y la mejora de sus condiciones laborales. | En nuestro país actualmente 950 mil mujeres rurales trabajan en el sector primario: es decir, agricultura (83.7%), ganadería (12.7%) y pesca (1.4%) . Pese a su importante labor en el desarrollo del campo y las labores agrícolas, ellas continúan siendo relegadas de espacios como el educativo, social, salud e incluso en el acceso a las tecnologías de la comunicación.
De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres, las mujeres rurales que se encuentran en estado de pobreza, presentan a nivel mundial, un alto índice de deserción escolar, ya que generalmente son requeridas para ayudar en actividades asociadas con los roles de género conservadores que aún predominan en muchas comunidades rurales. Sin embargo, a pesar de estas cifras donde las mujeres son una parte indispensable de la industria agroalimentaria, en este objetivo, no se nombra la perspectiva de género, a pesar, de que resulta urgente hacerlas benefactoras del mejoramiento de ingreso, inclusión social, la dignificación de su trabajo, reconocimiento y formalización. |
Objetivo 3.8: Garantizar el acceso efectivo a telecomunicaciones e internet mediante el despliegue de infraestructura adecuada y la provisión de servicios de conectividad accesibles, eficientes y de calidad para toda la población. | Estrategia 3.8.1 Promover proyectos para el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones y la provisión de servicios, asegurando certeza jurídica, técnica y financiera, con el objetivo de ampliar la conectividad a toda la población. | Haciendo énfasis en el acceso a internet y servicios de conectividad accesibles, este objetivo no menciona en ninguna de sus estrategias el cierre de la brecha digital, un asunto esencial que ha minado el acceso al derecho de la conectividad de las mujeres, niñas y adultas mayores de nuestro país. A nivel global, los hombres tienen 25% mayor probabilidad de adquirir los conocimientos y habilidades para usar la tecnología que las mujeres. En América Latina, 40% de las mujeres no están conectadas o no pueden pagar el acceso a Internet. Estos retos son particularmente agudos si además se consideran otras circunstancias y condiciones de vulneración como la pobreza, discriminación, racismo y situación migratoria, entre otras, según documenta la Unesco. Asimismo, el órgano internacional advierte que, en México el 63% de las mujeres que nunca han hecho uso del internet es porque no saben cómo hacerlo. Esta segregación constituye un acto de discriminación y la cooptación a derechos como la formación académica, acceso a la información y profesionalización. Ante ello, se pone bajo la lupa que ninguno de los objetivos que promueven la conectividad eficiente, así como el acceso a internet, nombra en ninguna de sus estrategias a las mujeres o el cierre de la brecha digital. |
EJE GENERAL: DESARROLLO SUSTENTABLE | ||
Objetivo del Estado | Estrategias relacionadas a las mujeres | Datos y contrapesos |
Objetivo 4.5: Proteger y restaurar los ecosistemas naturales, promoviendo su uso sustentable mediante una política ecológica humanista, inclusiva y participativa. | Estrategia 4.5.2 Fortalecer y ampliar la protección de los ecosistemas naturales mediante la consolidación y gestión efectiva de áreas naturales protegidas y otros esquemas de conservación, con especial atención a territorios indígenas.
Estrategia 4.5.3Fomentar actividades productivas sustentables en los ecosistemas naturales para aumentar la productividad forestal, proteger la biodiversidad y mejorar los medios de vida de las comunidades. |
Dentro del Eje General 4 las mujeres y la perspectiva de género nunca son nombradas, sin embargo, es importante nombrar este objetivo pues hace hincapié en que se ampliarán los ecosistemas naturales a través de la conservación poniendo especial atención a los territorios indígenas, además de mejorar la vida de las comunidades.
Esto último, cobra especial relevancia pues se sostiene que se pondrá el foco en las comunidades indígenas, su bienestar y la conservación del territorio, la transversalización de las mujeres aquí es fundamental, a sabiendas, de que son ellas quienes cargan con fuertes labores de defensa, protección y lucha por salvar los recursos de sus comunidades. Ellas, en muchos casos serían las cuidadoras de la tierra, de la cultura, de la lengua, de la historia, de la vida silvestre y de las plantas, todos los aspectos que constituyen un territorio. Y en muchos casos, la amenaza de afuera también resultó en un proceso de empoderamiento de las mujeres en sus propias comunidades. Las mujeres son un aliciente ante las crisis climáticas, las actividades productivas sustentables, la conservación de los territorios indígenas, sin embargo, en ningún momento es reconocida su participación en este importante trabajo y tampoco son contempladas en ningún otro punto del Desarrollo Sostenible. |
¿Y las mujeres?: La lupa en el Eje transversal 1: Igualdad sustantiva y derechos de las mujeres
El Plan Nacional de Desarrollo contempla tres ejes transversales: Igualdad sustantiva; innovación pública y derechos de las comunidades indígenas. En aras de saber qué precisa exactamente el eje por los derechos humanos de las mujeres, se desglosan 5 objetivos esenciales.
- Autonomía Económica para cerrar brechas, condiciones de acceso a trabajo y empoderamiento /Acceso a seguridad social, acceso a tierras y bienes, promoción de la igualdad sustantiva y fortalecimiento del marco normativo e institucional.
- Sociedad de cuidados: Fortalecer marco institucional para reconocer el trabajo de cuidados, el Sistema Nacional de Cuidados, acceso equitativo a servicios de cuidado, inclusión del sector privado para garantizar educación inicial y salud. Garantizar la remuneración de este trabajo y crear condiciones laborales flexibles que permita conciliar el trabajo remunerado con el de cuidados.
- Participación plena y sustantiva de mujeres en las ramas de lo político, social y comunitario
- Impulsar un cambio cultural con estrategias de educación y promoción de la autonomía: Erradicar los estereotipos de género, garantizar una vida libre de violencia para toda mujer en condición de vulnerabilidad, fomentar la eliminación de comportamientos sexistas, garantizar el ejercicio de los derechos sexuales y prevenir toda violencia psicológica y emocional promoviendo «entornos libres de violencia»
- Garantizar a las mujeres víctimas de violencia una respuesta inmediata, así como la máxima protección del Estado mediante mecanismos efectivos. Sorprendentemente, a pesar de la crisis de violencia feminicida y de desapariciones, en este punto sólo se cuenta con 3 estrategias que constan de impulsar acciones entre los 3 órdenes de gobierno para garantizar protección; fortalecer los mecanismos de respuesta inmediata priorizando los riesgos de violencia feminicida y coordinar acciones eficaces para la atención, sanción y erradicación de violencia.
En los apuntes generales, hay que recordar que el Plan Nacional de Desarrollo presenta 4 ejes generales: Gobernanza con justicia y participación ciudadana; Desarrollo con bienestar; Economía Moral y trabajo; Desarrollo Sustentable. Asimismo, consta de 14 Repúblicas y las mujeres se encuentran en la séptima República con un total 7 objetivos y 22 estrategias, como los derechos agrarios, la cartilla de las mujeres, el Sistema Nacional de Cuidados.
¿Qué es un eje transversal y por qué parece apuntar a una contrariedad? De forma concreta, se puede entender como una herramienta estructurada que debe estar presente en todo el Plan Nacional de Desarrollo. Según reza el documento oficial, tiene por objetivo erradicar las desigualdades estructurales que han limitado el acceso de las mujeres a sus derechos y oportunidades
«Este eje busca garantizar que las mujeres sean el centro del desarrollo nacional: es tiempo de las mujeres, no solo como beneficiarias de derechos, sino como protagonistas del cambio social, económico y político. Para ello, se impulsan políticas y estrategias que aborden de manera integral las condiciones que perpetúan la desigualdad, con un enfoque interseccional que considere la diversidad de experiencias y realidades de las mujeres a lo largo de su vida, incluyendo a mujeres indígenas, afromexicanas, con discapacidad, rurales, de la diversidad sexual y en condiciones de pobreza»
Asimismo, dentro de este eje transversal se reconoce que la transformación del país requiere una perspectiva de género en todas las políticas públicas, asegurando que los presupuestos, programas y acciones atiendan las necesidades específicas de las mujeres, sin embargo, como se ha demostrado en la comparativa realizada por Cimacnoticias, la realidad es que no existe esta «transversalidad» en muchos de los objetivos; menos en las estrategias para lograrlos.
En el programa de Cimac Radio «Mesa Política», la legisladora y activista Martha Tagle precisamente apunta a que este Plan incluye de una manera muy general los qués: ¿Qué se hará? pero no responde a una pregunta esencial: ¿Cómo?
Dentro de este este eje transversal sí se habla de algunas violencias estructurales, se encuentran algunos datos estadísticos y se hace un esfuerzo por evidenciar que hay algunas disminuciones en la violencia, sin embargo, esto no se ve acreditado en ningún lado. De hecho, dice Martha Tagle, estos datos ni siquiera están citados; es un salto de fe donde debes creer que lo dice el Secretariado Ejecutivo.
Como ya se apuntaba, da una pincelada general por algunas de las cosas que ya había dicho la presidenta sobre brechas salariales, participación y el ambicioso Sistema Nacional de Cuidados, sin embargo, no existe un valor más amplio que permita saber con precisión cuáles son las medidas que habrán. El documento arroja algunas cifras sobre las horas de cuidado y lo que implica el cuidado, pero parece quedar estancado y deja fuera una verdad necesaria: El cuidado es extremadamente amplio y se requiere en cualquier etapa de la vida, sin embargo, queda sólo en el piso de la primera infancia, siendo la única política pública palpable los cuidados en los primeros mil días de vida y los Centros de Educación y Cuidado Infantil (CECIS).
Sobre la materia, la directora de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) atajó en el programa de radio:
«Las estancias infantiles y escuelas de tiempo completo se mencionan como algo nuevo pero es la recuperación de algo que ya se tenía, no es algo novedoso. Las escuelas fueron un logro de la ciudadanía, no es nada de creación sino recuperación de lo que ya existía»
Martha Tagle también abonó, recordando que los CECIS que, se dice, son parte del sistema de cuidados, son para derechohabientes y las guarderías que desaparecieron era para las mujeres que no tenían derechohabiencia, ellas necesitaban esos espacios: «Ahorita van a abrir las CECIS del IMSS que qué bueno, pues se necesitan, pero quienes las también necesitan son las mujeres que no tienen un empleo formal», lamentó Tagle.
Ahora bien, este eje transversal sí resulta novedoso, considerando que en el Plan Nacional de Desarrollo anterior no existía ningún elemento similar a este. Asimismo, durante el gobierno de Peña Nieto se dedicó apenas un escueto apartado a las mujeres, lo que podría celebrarse como el primer Plan Nacional de Desarrollo en más de una década en realmente nombrar asimetrías estructurales, brechas salariales, el cuidado, trabajo no remunerado, la feminización de la pobreza e incluso, los derechos agrarios. Sin embargo, este hecho de transversalización parece quedar enfrascado en sí mismo.
Esto último, infiere que, si bien se puede nombrar una «ganancia» en el panorama de las próximas políticas públicas, resulta evidente que esta transversalización quedó muy fuera del radar en la mayoría del Plan Nacional de Desarrollo; sólo se nombra la «perspectiva de género» en elementos que ya conocemos como el salario o la justicia, temas que han sido reiterados de forma incisiva en el gobierno y que realmente no ofrece un uso de esta herramienta que vaya más allá de esta lectura de siempre. Por ejemplo, como se analizó, no hay apuntes sobre la brecha digital, el retiro en la vejez o el reconocimiento de las mujeres en la defensa de territorio, asuntos que vitales que parecen quedar fuera del panorama del Plan Nacional de Desarrollo, aún, cuando se presume de un eje transversal que debería estar presente en cada uno de los objetivos.
En palabras de Martha Tagle:
«En los hechos no se ve la transversalidad, se habla de que el eje de igualdad sustantiva es transversal y eso implicaría en que cada una de las demás propuestas estuviera esta visión de la perspectiva de género de cómo se alcanzarán las otras metas incorporando a las mujeres y no es así. Sólo está que es un eje transversal y se concreta a atender algunas de las situaciones que enfrentan las mujeres y al revisar el tema de los indicadores de medición se encuentra, por ejemplo, los cuidados, más mujeres en empleos formales y disminuciones en la brecha salarial, pero no vemos en concreto, esto en qué se va a traducir. Se ve bien que exista un eje transversal que atravesará toda la acción, pero cuando vemos los detalles, esto no se ve para nada como transversal y se limita a muy pocas acciones»
Finalmente, el remate de todo estos objetivos, estrategias y desarrollo de programas terminan siendo letras muertas si junto a ellas, no las acompaña una fuerte inyección presupuestaria que permita el desarrollo de cada una de estas acciones. Es decir, no sirve de mucho que existan ejes transversales y que se nombre la perspectiva de género de forma reiterada en el documento, si éste, no se articula de recurso económico para verdaderamente pasarlo del discurso a la acción.
Precisamente, Alma Margarita Oseguera refiere en el programa de radio de CIMAC que mucho se habla del Sistema Nacional de Cuidados y de acciones por la igualdad sustantiva, sin embargo, en un análisis del Presupuesto Federal 2025, la realidad es que el dinero no da para hacer todas las acciones que plantea para cumplir con el compromiso de una vida libre de violencia para todas las mujeres y niñas en el país. El recurso destinado es insuficiente y los programas sociales absorben una buena parte del presupuesto federal.
Para empezar, el Anexo 13 ‘Erogaciones para la igualdad entre mujeres y hombres’ presentó un aumento de 154 millones 243 mil 421 pesos, respecto al proyecto presentado en noviembre, alcanzando un total de 479 mil millones 248 millones 381 mil 179 pesos.
Pese al aumento, un millón 420 mil 611 pesos se añadieron al ‘Programa de Igualdad entre mujeres y hombres etiquetado’ en el ramo 07 de la Defensa Nacional y 152 millones 873 mil 310 pesos a ‘Producción para el Bienestar’ que se encuentra en el ramo 08 de Agricultura y Desarrollo Rural.
Sin embargo, la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores sigue acaparando el presupuesto del Anexo 13 con 252 mil millones 370 millones 714 mil 768 pesos, seguido de la Beca Universal de Educación Básica Rita Cetina con 61 mil millones 298 millones 019 mil 675 pesos, programa presentado por Claudia Sheinbaum Pardo y Mario Delgado Carrillo, secretario de Educación Pública, el pasado 4 de octubre.