El arte ayuda al feminismo: Mónica Mayer

*La artista dictó la conferencia magistral “Arte feminista: tres proyectos personales”, en la que platicó sobre sus obras El Tendedero, Maternidades secuestradas y Archiva.

Paola Cortés Pérez

29/05/2021, Xalapa, Ver.- Después de 43 años, el proyecto artístico El Tendedero está más vigente que nunca, lo que, según su autora Mónica Mayer Lucido, quiere decir que la violencia contra las mujeres no ha disminuido.

Ana Gabriela Ramírez Lizárraga, directora de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (UV), comentó que Mayer, “desde sus inicios se ha caracterizado por estar inconforme con las definiciones del arte; inquieta, crítica, poseedora de un fino sentido del humor que aplica en todos los campos de su producción donde ha desarrollado un enfoque integral”.

Mónica Mayer es considerada a nivel internacional como la precursora y promotora del arte feminista y el miércoles 26 de mayo dictó la conferencia magistral “Arte feminista: tres proyectos personales”, como parte de las actividades del Encuentro Artes UV 2021, a través de Facebook Live.

Para que un trabajo artístico sea propositivo y revolucionario, dijo, tiene que plantear una propuesta política y artística; por ello se ha interesado por el arte feminista, por el lado político que tiene.

“Me interesa trabajar con formas que cuestionan el arte, quiero cuestionar desde el arte por qué lo hacemos, cómo lo hacemos, para quién y desde dónde lo hacemos; me interesa la relación con el público, no plantearle un arte absoluto y sea sólo contemplativo.

”Me interesan las formas de distribución, no sólo los museos y galerías, debemos salir a las calles, utilizar los medios de comunicación, las redes sociales, encontrar distintas formas para que el arte salga no sólo en los espacios tradicionales.”

Con respecto al arte feminista, explicó que es todo aquel que proviene de quien se asume como artista feminista, es decir, lo que entre todas y todos definimos qué es.

“Quiero que mi arte feminista tenga una temática que aborde cuestiones de género, feminista, y desde aquí podemos hablar del que sea, podemos abordar todas las temáticas que se nos ocurran.”

Como parte de la charla, compartió con los asistentes tres de sus proyectos que conjuntan las ideas del arte feminista: El Tendedero (1978), Maternidades secuestradas y Archiva.

El Tendedero inició en 1978 en el Museo de Arte Moderno, el tema primordial era la ciudad y se le ocurrió abordar un tema relevante en ese momento: el acoso en el transporte público, situación que estaba naturalizada, por lo que no se hablaba de ella.

Este proyecto ha sido expuesto en Estados Unidos, Colombia, Argentina, Japón, así como en varios museos, universidades, planteles educativos y ciudades de México; donde ha servido para visibilizar y denunciar la violencia que viven las mujeres.

“El Tendedero es una pieza que funciona en espacios pedagógicos, de activismo y en museos; han surgido muchos tipos, algunos los he asesorado y otros se han dado libremente, convirtiéndose en una herramienta que ha sido usada de diferentes maneras.”

Ante una pregunta realizada por la audiencia sobre qué sentimiento le provoca darse cuenta que después de 43 años sea más vigente que nunca, comentó que le producía tristeza, aunque también le da gusto que sea una herramienta útil para la población, como artista significa hacer una pieza que gira de manera maravillosa.

“Me da una tristeza horrible, mi tendedero favorito será cuando lo vean y digan: ‘A poco hacían estas cosas antes, pero qué bola de incivilizados, como se atrevían a tratar así a las mujeres’.”

El segundo proyecto, Maternidades secuestradas, es una pieza que empezó a hacer mientras trabaja en algunos archivos y conversaba en pequeños grupos con activistas y artistas, después ellas conformarían sus grupos para hablar con otras mujeres sobre qué es una maternidad secuestrada.

“En nuestro país la peor maternidad secuestrada es cuando te desaparecen o matan a tus hijos.”

El tercer proyecto lo llamó Archiva. Obras maestras del arte feminista en México; mencionó que también es resultado de visitar el archivo de Ana Victoria Jiménez y de cuestionarse por qué en los grandes libros de arte universal no se incluyen a artistas mujeres y latinoamericanas.

“Si nosotros no entramos en sus narrativas, vamos a hacer las nuestras, lo digo como artista mexicana y latinoamericana; si no hacemos nuestras propias historias nadie las hará, por eso hice mi archivo de obras de arte feminista mexicano, no tengo a todas, pero es una investigación de la que pueden entrar y salir experiencias.”

El objetivo principal es que cada artista construya paulatinamente sus propios archivos porque todas y cada una de las historias son importantes y deben ser escritas.

Por último, dijo que le gustaría que el arte feminista ingresara al feminismo y al arte contemporáneo. Generalmente, en el feminismo ha notado que el arte y la cultura siempre se dejan al final, en vez de entender que la revolución planteada desde el feminismo es un cambio desde lo cultural.

“El arte es uno de sus principales herramientas, entonces tendríamos que encontrar maneras de que el arte sea una parte íntegra del movimiento.”

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